A veces me gusta insertar algún tema
generalísta en el blog para no caer en lo monotematico. Aunque por otra parte
La Orotava siempre ha sido un pueblo lector y con grandes bibliotecas tanto
publicas cómo privadas. Por lo tanto, no podía dejar de dedicarle un escrito a
estos pequeños tesoros hechos de papel llamado libros.
Al mundo del libro por desgracia,
cómo a todo en esta sociedad, ha llegado el mercantilismo, pero ya no de la
forma natural de querer sacar beneficios, sino del vil mercantilismo. Empiezo así
de claro porque el universo del libro ya no es lo qué era. Una, por el cambio
tan drástico de las filosofías de ventas de las editoriales, y dos, por el salto
del libro al mundo digital. Personalmente creo que en España tenemos muy buenos
escritores pero que muchos trabajos se están quedando durmiendo un sueño
injusto en muchos cajones al no tener los escritores posibilidades de que se
publiquen sus obras. Y esto lo digo porque cada día veo en el mercado más
libros escritos por políticos y vividores que libros escritos por quienes de
verdad tiene vocación de escribir. Porque para escribir indudablemente hay que
tener vocación. Obviamente las editoriales son privadas y allá ellos. Creo que
las editoriales deberían hacer una reflexión de lo qué de verdad se publica y a
quién se premia. Por eso yo admiro a esas editoriales pequeñas que se la juegan
y publican libros de autores nuevos y humildes. Hace unos años publicaron unos
muy famosos libros en España que nadie quería publicarlos, me refiero a los de
Dan Brown, hasta que llegó una editorial pequeña y lo hizo. Y triunfó. Pero
como el grande siempre se come al pequeño llegó el poderoso y a golpe de
talonario compró los derechos de ese autor. Y lo veo lógico, pues el autor
vende su producto a quién mejor se lo pague porque hoy en día vivir solamente
de escribir libros es tarea complicada. Pero bueno en estos tiempos de crisis
las editoriales dicen que se están reinventando pero oyendo lo que se oye de
los precios que le pagan a por un libro a gente que posiblemente les escriban
el libro pues a mí me repugna que se hayan descartado tal vez 3 buenas
publicaciones para publicarle un libro a un farsante. Sea político, empresario,
famoso, etc. Y encima los precios de los libros carísimos. Y con una calidad de
papel a medio y largo plazo fatal. Sea cual sea la editorial ¿saben que un
libro estando en un lugar a temperatura ambiente y aunque esté bien cuidado su
vida es de 70 años? A todos nos ha
pasado de comprar un libro y en menos de un año empezar a amarillearse sus páginas.
Pero me hace gracias que luego yo tengo publicaciones con más de 50 años y están
los bordes de las páginas algo amarillos que es natural pero el interior
perfecto. Pero eso sí, un buen libro de tapa dura no lo consigues por menos de
20 €. Y se amarillean todos. Con lo cual parte de mi biblioteca puede perderse
en unas décadas. Pero lo dicho, las editoriales que hagan lo que quieran. Ya
más abajo explicaré que clase de libros son los que ahora leo y no son
precisamente las últimas novedades. Aparte de las editoriales están luego los
escritores. Naturalmente cómo en todo hay escritores mejores que otros. Hay
quién escribe un libro y es un fenómeno mundial. Hay quien escribe diez y nunca
acaba de triunfar. Yo he tenido grandes decepciones con este tema de comprarme
un libro que no me llena y defraudarme. Aunque el mayor chasco que yo me he
llevado fue con un autor consagrado a nivel mundial como Stephen King. Yo leía
sus libros hasta que llegó a mis manos “Casa Negra” (libro que ya de por si
empezó siéndome problemático y ya luego explicaré el por qué) y en el
transcurso del libro fue tan grande el insulto despectivo hacia los enfermos de
Alzheimer que se escribió y sin venir a cuento que yo me dije a este tipo no le
compro un libro más. Y así fue. De mi no ve este señor ni un euro más. A veces
los autores quieren poner tanta floritura y tanto adjetivo en el libro que
llegan a situaciones aberrantes.
Aunque la verdadera enfermedad terminal
del libro va a ser el salto al mundo digital. Creo que estas nuevas vías de
comercio a través sobre todo de las Tablets y ebooks, más descargas ilegales,
van a acabar literalmente con el libro. Yo veo muy bien que el libro se
digitalice, que se comercie y que cada uno elija el formato que desee. Pero acuérdense
que llegará el momento de que, con la excusa del ahorro de papel, el cuidado al
medio ambiente y la generalización tecnológica se deje de imprimir libros. O a
lo sumo se reduzcan las ediciones de papel a números muy bajos. Yo he tenido la
experiencia de que muchas veces para conseguir un libro antiguo o muy difícil
de localizar he tenido que tirar por vía digital para obtenerlo. Y ese libro en
formato digital que yo ansiaba leer cuando por fin lo he conseguido no lo he
disfrutado. Llámenme romántico, idiota que no protejo el medio ambiente y
prefiero un gasto de papel, o lo que quieran. Pero yo necesito el libro en el
formato de toda la vida. Necesito el tacto del papel, el poder pasar sus páginas,
el poder hacerle una marca para una reseña, el marcar esa pagina con un trocito
de papel pegado… Yo se que todo eso con la Tablet se puede hacer. Pero lo siento, no es lo
mismo. Y estoy encantado con esto de las Tablets. Pero en lo referente a los
libros soy inamovible. El otro día oí a un librero decir que posiblemente en
dos generaciones el libro en formato en papel desaparecerá. Para mí
personalmente si aun estoy vivo será una tragedia. ¿Pero, y para las
editoriales y escritores? Porque yo llego a la siguiente conclusión. Si un
libro ya te lo dan digitalizado lo que se va es más rápido a extender por la
Red. Si ya desde hace años tecleas muchos
libros y en paginas de descargas ya están en formato PDF y a un clik al segundo
tienes ese libro, que a su autor le llevó meses escribir y a la editorial un
dinero importante invertido. Yo creo que con la digitalización se está
perdiendo dinero. Porque lo que ahorras en un formato físico lo estas perdiendo
por la piratería. Y como ya se ha demostrado de nada valen las medidas de
seguridad, los códigos y todas estas historias. Otra cosa de las que deberían
reflexionar autores y editoriales.
Personalmente considero que tengo
pequeños tesoros con los libros. Unos tendremos más volúmenes, otros menos y de
temáticas distintas. Seguro que en muchos libros coincidiremos, pero yo les
aseguro que no hay dos bibliotecas iguales. Yo tengo la suerte de tener una
biblioteca como yo siempre digo comprada, heredada y regalada. Por lo cual me
ha permitido tener acceso a volúmenes ya inexistentes o difíciles de conseguir.
Yo tenía un profesor que decía que lo ideal es que de cada 10 libros que se
lean 7 sean ensayos, 2 biografías y 1 novela. Pero que la cruda realidad es que
se leen 9 novelas y a lo sumo 1 ensayo o una biografía. En España vender ensayo
es cosa complicada. Porque el gusto del lector va más enfocado hacia la novela.
Por eso digo que no hay dos bibliotecas iguales. Hay gente que se va haciendo
una biblioteca paulatinamente a base de las últimas novedades. Otros pues
tenemos mezcla de todo un poco y ya las grandes bibliotecas suelen ser libros
en su mayoría antiguos. El problema es cuando el libro se “muere”.
Digo que se “muere” porque todo
libro cuando se descataloga las editoriales tengo entendido que se quedan con
10 copias y el resto lo reciclan. Antes directamente lo incineraban. Y ya esos
libros solo quedan a nivel de stock en las librerías y alguna distribuidora.
Luego están las personas que comprar libros los leen y ya se quedan en una
librería cogiendo polvo. Y esa es otra forma de muerte que tiene el libro. Porque
cuando lo lees, pero después no lo relees, lo consultas o le das alguna función
cultural ese libro queda desahuciado. La forma de distribuirlos es fácil. Se
deja el libro en cualquier lugar céntrico con una nota explicando que ese libro
no puede morir en una biblioteca y que si a mi no me ha gustado su historia tal
vez a ti sí te llene. Hace un tiempo que estoy meditando el desgajarme de forma
masiva de una parte de mi biblioteca personal. Cómo he dicho de libros que a mí
no me han llenado pero que no quiero que “mueran”. Pero eso tendría que ponerme
un día tranquilamente y seleccionarlos. Mi idea es dejarlos por varios puntos
del Casco Y subir la imagen a las redes sociales y el primer interesado que
llegue que se lo quede. Aparte de que sería una buena forma de retroalimentación
porque si muchas personas hacemos lo mismo a lo mejor tú te llevas mi libro y
yo el tuyo. Y empezamos entre muchas personas una circulación de intercambio
callejero de libros que personalmente creo que aporta mucho a nivel cultural. Y
sin rueda de prensa, foto ni cargo al erario público. Iniciativa privada cómo debe de ser.
Yo me he llevado grandes chascos
con los libros. Cuento una pequeña anécdota que me pasó con “La conjura del
Greco”. Este libro lo veía cada vez que iba a un centro comercial. Lo veía
hasta de lejos y pasaban los meses y allí estaba como llamándome que solo se
iría conmigo hasta que lo compré. No me gustó. Esto es así. Por eso prefiero
que no “muera” en mi biblioteca.
Aunque desde hace dos años leo
prácticamente ensayos antiguos que son de gran valor para mi y que por su
puesto no voy a devaluar mi pequeña biblioteca distribuyéndolos. Anímense a
hacerlo si tienen libros en casa y no saben qué hacer con ellos. Hacerse una
biblioteca es caro. Lo sé. En lo referente a “Casa Negra” libro de infausto
recuerdo para mi porque me dio problemas desde el principio. Resulta que lo
compré vía online y en aquella época el comercio electrónico estaba aun en
pañales y ni yo me di cuenta ni lo especificaba en la web (web muy famosa por
cierto) y no se me ocurrió otra cosa que enviármelo a Canarias. Cuándo me llega
el libro que fueron 24 € tuve que pagar 20 € de aduana. Y ese es otro problema
que tenemos aquí. Que hay múltiples publicaciones que no llegan a Canarias
porque las distribuidoras y libreros no pueden hacer frente a los gastos de
aduanas. Y encima para más fastidiar las editoriales peninsulares tampoco están
muy por la labor de ceder en Canarias sus derechos de impresión a las
editoriales canarias. Con lo cual me obligan o a la compra online y a gastarme
el doble, a la compra en webs como Amazon o a ir a la Península y comprarlo
allí en formato papel. La verdad es que es un tema que el ministerio de Cultura
y los de Hacienda deberían remediar. Por eso digo que el libro electrónico
tendrá sus virtudes, pero también sus defectos. Llega alguien compra un libro
digitalizado lo sube a la red y ya todo el mundo accede a él. No sé como serán
los procesos actualmente porque sinceramente no estoy comprando libros
catalogados en el presente. Quitando los que me han traído aun tengo unos 80
pendientes de leer y ya mi nivel de lectura ha bajado y leerme esa media que
tenia entre 17 y 20 libros anuales pues ha menguado bastante. Y ahora esto no
lo digo por hacer publicidad porque les aseguro que no gano nada y a la vez creo
que estoy perjudicando a las librerías. Pero si quieren ampliar o empezar ha hacerse
una biblioteca les recomiendo en estos tiempos de crisis que vayan a las
tiendas de segunda mano. O ya si se lo pueden permitir pues acudan a las librerías
de viejo en donde ya no hay gangas sino joyas. Eso sí, no hay nada como ir a tu
librería de toda la vida de trato personalizado y ver el stock. Esto es un
vicio caro. Pero eso sí, un vicio sanísimo. Para mi es algo que yo creo que si
perdiera mi biblioteca yo no sé si moriría, pero cogería cama por depresión
seguro. No sé cómo definir lo que sentiría.
En definitiva, cuidemos los
libros y démosles vida. Como dice un conocido mío llenémoslos de nuestras energías
telúricas.
La imagen para esta publicación es
del “Quijote de Ibarra”. Una magnifica edición ilustrada que el Ayuntamiento de
La Orotava hizo por el Cuarto Centenario del Quijote.
Feliz Día del libro y felicidades
para los Jorge.
Y recuerden que el próximo fin de semana, días 27 al 29 de abril, en la plaza del Quiosco se celebrará la Feria del Libro.
Un saludo a tod@s.
© 2018 Francisco García.
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Todos los derechos reservados a
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Primera edición del texto: Abril
de 2018.
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El Quijote de Ibarra. Editado por el Ayuntamiento de La Orotava. Ejemplar perteneciente a mi biblioteca particular. |