Ya saben qué cuando escribí por
motivo del fallecimiento de don Leoncio expresé que yo nunca quise estar en ese
colegio. Yo me debo a mis principios y a mis lectores y no voy a escribir lo
que no pienso. Dicho pensamiento sigue siendo el mismo.
Pero siempre he sostenido que los
que pasamos por esa época en el colegio Salesianos tuvimos el mejor claustro de
profesores que se podía tener. Y para mí el mejor entre los mejores y del que
guardo más grato recuerdo es de don Nicolás. Yo era de los que estaban en la
sección B y él me dio clase desde 3º a 5º de EGB. Y pocos años fueron para tan
buen profesor. Él es de estos profesores “egeberos” que ya van quedando pocos
en activo y que empezaron dando clases en un sistema educativo muy distinto al de
ahora. Que no entro a valorar si es mejor o peor. Simplemente distinto.
Servidor que ya tiene una edad
era de los que iba a clase de lunes a viernes de 9 a 12:30 y de 15:00 a 17:00.
Hoy una utopía y algo raro, y hasta con tintes de locura, por las nuevas generaciones. Así llegaba el
viernes por la tarde y salíamos todos de allí que las patas nos llegaban al
culo corriendo. Épocas dónde no habían alertas meteorológicas. Ya podía llover,
tronar y hacer viento todo lo que quisiera que nos enfundaban las botas de agua,
abrigo y al colegio. Y no pises los charcos. Época de pizarra de tizas (aunque
ya en mis últimos años allí pusieron las pizarras de rotuladores), cuadernos
azulados de dictado, mochilas cargadas de libros, diccionario Sopena… y un
amplio etc de lo que era la escuela de aquella época. En días fríos de invierno
y agradables tardes de primavera. Y al final pasabas con el mismo profesor
muchas horas al día. Era un profesor para todas las asignaturas. Salvo religión
que la daba don Antonio Jiménez y si no recuerdo mal dibujo que lo daba don
Pepe. A colación de esto de religión siempre recuerdo a don Nicolás dando una
queja, la única que le oí jamás de nosotros. Y era que bondadosamente se
enfadaba porque decía que siempre estábamos hablando en clase con él y que con
don Antonio no se oía ni una mosca. Y mentira les aseguro que no era. Al final cuando
compartes tres años de tu infancia con un profesor eso crea un nexo de cariño y
respeto. Y más cuando dicho profesor ama su trabajo porque es vocacional.
Obviamente yo vi el video que Salesianos
La Orotava subió, no lo he traído aquí pues no es un video mío sino de una Institución
privada. Y vi en la cara de sus actuales alumnos, que perfectamente podían ser
mis hijos, las mismas caras que nosotros teníamos en aquella lejana ya década de
los 80. Y yo sentí sana envidia por ellos. Por poder disfrutar de un gran
profesor y mejor persona. Por poder decir de nuevo que don Nicolás Mederos fue
mi profesor, hoy primaria, antes primer ciclo de EGB. Indagué en los comentarios
que se hicieron en el Facebook sobre el video. Y la respuesta era unánime. Se
pre jubila un gran profesor en todos los sentidos. Muchos comentarios eran de
antiguos alumnos y de padres y madres que sus hijos han pasado por sus clases.
Y cuando uno lee unas opiniones de personas tan variadas, pero de opinión unificada
no quiere decir otra cosa sino la gran calidad docente de don Nicolás y la
suprema calidad humana del mismo. Él supo muy bien adaptarse a los tiempos.
Aunque por él físicamente no ha pasado el tiempo. Salvo que yo lo recuerdo con
bigote, rubio y el pelo algo más ondulado de lo que lo tiene ahora. Pero está
hecho un chaval. No sé quedó estancado ni en la vestimenta. Ha sabido
reciclarse de la vieja EGB al actual sistema. El pasar de la tiza y el libro al
Ipad. Incluso ha vivido en las aulas el gran cambio social que ha sufrido este país
y la diferencia generacional tan abismal que separa a los niños y pre
adolescentes de aquella época con los actuales. Cosa no fácil hoy en día el
ejercer la docencia. Pero siempre con la sonrisa en los labios y el compromiso
y deber de enseñar a sus alumnos.
Recuerdo de verlo bailar el
trompo, de jugar al boliche. Teníamos en clase una pequeña biblioteca de libros
que aportábamos los alumnos. El típico experimento de la judía con algodón, los
murales, los cuadernos de campo… Recuerdo que también teníamos en una caja de serrín
un escarabajo si no recuerdo mal y un esqueleto que lo llamábamos Anacleto.
Recuerdo las excursiones, las visitas, los buenos días del megáfono por la
mañana… Incluso lo recuerdo contando alguna batallita de cuando hizo el
servicio militar en la Armada. O verlo conduciendo un Seat Ronda de color rojo
que tenía. ¡Qué tiempos! Y dicho tiempo no lo pudimos vivir con mejor profesor
que con don Nicolás. Por su puesto después de él, y antes de él, en los
Salesianos tuve grandes profesores. Tras mi salida de ahí tuve grandes
profesores de temáticas muy variadas. Gentes de las que guaro gran recuerdo y
gratitud. Pero a mí siempre me quedará en la máxima gratitud y en el corazón mi
profesor de EGB que fue don Nicolás Mederos. Y mi profesor, de los múltiples
que tuve, que siempre será don Nicolas.
Estuve años sin verlo ni saber de
él. Cómo digo yo no tengo relación ninguna con dicha Institución. Ni siquiera
con compañeros de aquella época. Salvo con muy pocos que es por habitar por la
misma zona y a veces nos cruzamos por la calle. Pero un hola, ¿cómo estas? y
poco más. En el año 2005 estaba yo por La Orotava y don Antonio Jiménez me
pidió si por favor podía hacer unas fotos de la visita del rector mayor de los
Salesianos en aquella época don Pascual Chávez. Y estando en el comedor del
colegio dónde habían dado un brindis se me acercó una persona y me llamó por mi
nombre. Era don Nicolás. La verdad que en aquel momento no lo conocí y tardé
unos segundos en ubicarme. Estuvimos hablando un rato, de qué había sido de mí,
cómo estaba, etc. Lo típico entre un profesor y un ex alumno. Y me preguntó “¿tu
recuerdas…? A lo que le contesté “cómo si fuera ahora mismo…”. Ya eso lo
desvelo, en parte, al final. Aquel día me alegré de reencontrarme con él después
de tantos años. Cómo luego ya me quedé por aquí pues solía a veces encontrarme
más con él. Y siempre con el saludo respetuoso hacia su persona. Aquel día me
dijo “hombre llámame Nicolás”. Pero que va, yo no puedo. Para mi todos mis
profesores/as son tratados de don y de usted. Por una cuestión de educación,
respeto y agradecimiento.
Ya con él se va el ultimo de mi época
en el colegio. Y puedo afirmar que se va el mejor de una época. Con todo el
respeto para el/la que lo sustituya no lo vas a poder ni igualar como profesor
y persona. Te ha puesto el listón inalcanzable. Pero si eres la mitad de
docente y persona que él vas a ser un gran profesor/a.
Se ha hablado y escrito mucho estos
días de lo gran profesor y mejor persona que es don Nicolás Mederos. Y nadie ha
mentido. Al contrario, cortos nos hemos quedado. Yo nunca fui ni su mejor
alumno, ni el más aventajado, el más simpático o el más querido entre los
compañeros. Al contrario, pasaba desapercibido todo lo posible esperando que
pasara el tiempo y los años para irme de ahí. Pero don Nicolás hacia la vida
más fácil y la estancia allí más llevadera. Y en estos días nadie cuenta, ya de
eso no lo recuerda nadie y por otra parte me corresponde a mi decirlo, de que
en aquellos lejanos años 80 él le salvó la vida a un alumno de haberse ahogado.
Ese alumno era yo. Por eso hoy puedo escribir esto. Fue la primera vez que
alguien me salvo la vida entre algunas más que han sucedido. Y aunque él sabe
desde aquel mismo día la gratitud por ello hoy lo escribo aquí de nuevo. Lo que
pasó me lo reservo porque no es historia para este blog sino algo de mi ámbito personal.
Si don Nicolás llegara a leer esto pues ya sabe quién soy.
Don Nicolás le deseo la mejor pre
jubilación y que tras ella llegue la jubilación. Le deseo que en esta nueva época
que empieza el peor de sus días sea el mejor que tuvo como profesor. Una jubilación más que merecida tras años de docencia
que dejaron una huella imborrable de cariño y respeto entre tantas generaciones
de viller@s y de foráneos. Que sean muchos y muy buenos estos años venideros.
No fuimos nunca alumnos callados en clase, salvo con don Antonio. Fuimos habladores, traviesos, picaros y demás. Pero siempre, al menos en mi caso, lo respetamos y quisimos porque dimos a usted lo mismo que usted a nosotros. Redactando este escrito las lágrimas me han bajado.
No fuimos nunca alumnos callados en clase, salvo con don Antonio. Fuimos habladores, traviesos, picaros y demás. Pero siempre, al menos en mi caso, lo respetamos y quisimos porque dimos a usted lo mismo que usted a nosotros. Redactando este escrito las lágrimas me han bajado.
Gracias por aquellos tres magníficos
años que ya se pierden en el implacable paso del Tiempo. Fueron mis tres
mejores años en los Salesianos. Gracias por haber sido para con todos algo más
que un profesor. Por nunca perder la sonrisa y la bondad con nosotros y
ayudarnos una y otra vez a aprobar las asignaturas. Gracias por todos los ejemplos
a nivel humano que ejerció y los sabios consejos. Gracias por tanto que nos dio
sin pedir nunca nada a cambio.
Y sobre todo gracias por haberme
salvado la vida y por haberse cruzado en mi vida.
Un abrazo don Nicolás.
© 2005 Francisco García.
© 2018 Francisco García.
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Todos los derechos reservados a
favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Marzo
de 2018.
Correo:100x100villerosdelaorotava@gmail.com
Don Nicolás Mederos. Año 2005. Foto © 100 x 100 villeros. |