Portada del programa del concierto inaugural. |
El concierto estuvo a cargo del
organista Josef Fleschut, acompañado del trompetista Hermann Ulmschneider y la
soprano Marianne Jacob quienes interpretaron obras de Tartini, Ernest Chausson,
Teleman y Stachowicz. (Fuente: web Ayuntamiento de La Orotava).
Recuerdo que incluso hubo una
especie de dialogo entre trompetista y organista. Uno en el altar y el otro
desde el coro que hacía que la música fluyera de una parte a otra del templo "volando" entre el publico.
Incluso unos meses antes ya se
pudo oír el día de Corpus en la misa solemne varias piezas musicales.
Programa del repertorio interpretado. Lo recuerdo como un gran concierto que acabó con un sonoro aplauso puesto el publico en pie. |
Pero vamos a retrotraernos en el
tiempo. Música y religiosidad siempre han ido unidas de la mano. En nuestra
cultura cristiana no hace falta sino mirar obras musicales desde el Medievo y
mucho antes. Cantigas, misas, gregoriano y un sinfín de variantes que yo no
tengo capacidad para disertarlas. Uno de los instrumentos musicales más potentes
que existen por su sonoridad son los órganos. Sobre todo a partir del Renacimiento
en el que cada iglesia quiso tener uno porque daba solemnidad y magnificencia a
la misa y al mismo templo. La Parroquia de la Concepción no se quedó al albur
y desde sus inicios quiso tener órgano al igual que otras parroquias y
conventos villeros. En este escrito va la imagen del libro “1574-1914 órganos y
otras actividades musicales en la iglesia matriz y su entorno. Datos para la
historia.” Escrito por Manuel Rodríguez Mesa. Este libro lo guardo con mucho
cariño pues tras el concierto inaugural don José Méndez y Ponte, el gran don
Pepe Méndez, me hizo este regalo personal.
Portada del libro al que he hecho referencia. Fue un regalo personal que me hizo don Pepe Méndez. |
El actual órgano que hay en la Concepción
su adquisición se debió a dos cosas. Primero a la necesidad de un nuevo órgano
para la iglesia. Y segundo la concatenación de hechos y personas que en un
mismo momento histórico estuvieron en un mismo lugar y con unas mismas
inquietudes musicales en aquel año de 1913. Estas personas fueron el párroco
don Inocencio García Feo, los músicos Tomas Calamita y Fernando Stauffer y la mecenas
de este proyecto como fue la gran señora y dama doña María del Pilar Casañas
que sufragó completamente de su peculio las 15.400 pesetas, toda una fortuna en
aquella época, que costaba el órgano, transporte e instalación. Todo esto está
muy bien relatado en el libro al que he hecho referencia.
Dicho órgano fue encargado a la
compañía Eberhard Friedrich Walcker, empresa alemana puntera en la época en
construcción e innovación de órganos, encargándose el modelo E.F. Walcker Opus
1804.
Ignoro por qué en esa franja del
tiempo posteriores a estos hechos paulatinamente el órgano fue deteriorándose y
no se le dio un mantenimiento adecuado. Sinceramente ni lo sé ni me interesa.
Tampoco es dicho tema motivo de este escrito. Pero el órgano quedó
prácticamente inutilizado.
Hace unos años por parte de las
instituciones publicas villeras se puso en marcha un programa bajo el nombre de
“La Orotava Restaura”. A dicho programa se acogió la restauración del órgano
con un presupuesto de 58.000 €. Todo ello gracias a otro hombre y concatenaciones
de hechos en el tiempo como fue don Pepe Méndez. Uno de los hombres con mayores
inquietudes culturales que yo he conocido en La Orotava y un verdadero
caballero de los que ya no quedan. Fue él el alma mater de la restauración y
posiblemente sin su dedicación e ilusión por este proyecto jamás hubiera sido
llevado de la forma magistral que se hizo. Dios se lo haya premiado en el
descanso eterno.
Para dicha restauración se
contrató a la empresa alemana Orgelbau Schmid Kaufbeuren e.k. que desplazó a la
isla un equipo completo al frente del hoy su propietario Gunnar Schmid. Un
equipo muy profesional que desmontó el órgano casi en su totalidad y muchas de
sus piezas enviadas a su taller de Alemania para una restauración más efectiva.
Yo traté algo con ellos. Gente seria y cumplidora como buenos alemanes. Verlos
trabajar era una virguería. Incluso tengo una anécdota con uno de los
trabajadores de esta empresa. Salía yo un día de Correros y me lo veo en la
plaza Patricio García corriendo detrás de las palomas y rebuscando en los
jardines. Cosa que me extrañó bastante porque uno puede pensar de todo. Y me
comentó que cada día buscaba plumas de paloma porque eran la herramienta más
fina y efectiva para limpiar el interior de los tubos más pequeños del órgano y
otras piezas. Pequeños trucos del oficio que se van aprendiendo con los años.
Un dispositivo de gente fantástica y muy educada. Se les notaba que se movían
por este tipo de ambientes de música sacra. No quiero decir ahora que otros
géneros musicales no sean gente fantástica y educada. No se me mal interprete. Ellos bajaban a la iglesia y se ponían por distintos puntos de la misma
a comprobar la sonoridad. Hacían sus mediciones acústicas para que el sonido
fuera compensado, iban montando pieza a pieza con precisión quirúrgica… Vamos
un trabajo completamente artesanal.
Gunnar Schmid (derecha) junto a uno de sus empleados en una visita rutinaria de comprobación hecha meses después de la entrega del órgano. Foto: © Paco García 2005. |
La verdad que hicieron un trabajo magnifico. A Gunnar lo vi unos meses después de finalizar la restauración pues volvió a las tipicas comprobaciones de rutina. Me lo encontré en la procesión de María Auxiliadora y me comentaba que se iba a Moscú a otra comprobación del órgano de la catedral de dicha ciudad. Tiempo atrás este fue el último órgano que restauró su padre Gerhard Schmid. Precisamente saliendo de la catedral durante la restauración tuvo un percance y en una mala caída, que luego se complicó, fue causa de su fallecimiento. No he vuelto a ver más a Gunnar. Ni sé si ha pasado de nuevo por La Orotava. Pero él y sus empleados eran muy buenos tipos.
Yo no entiendo de música, ni
siquiera se tocar el instrumento musical más básico. Pero obviamente ese órgano
forma parte de ese complejo arquitectónico y artístico que representa la
parroquia de la Inmaculada Concepción y que está ahí para la solemnidad religiosa
de la misma. Y es mejor tenerlo restaurado que deteriorado. Se que hay en
distintas parroquias villeras otros órganos que desconozco su estado porque yo
no voy de misa en misa ni de parroquia en parroquia. Pero hay que cuidar
nuestro patrimonio porque es rico y variado. Cosa distinta es cómo y quién
debería financiarlo. Pero ya eso son cosas de politiqueos, plenos y despachos y
este blog no está para eso.
Más no puedo añadir al texto.
Sino recordar este hecho de hace unos años en nuestro municipio. Lo único que
puedo desear es grandes horas de música y grandes organistas que puedan deleitar
al pueblo de La Orotava con la sintonía de este magnífico órgano musical que
llegó a nuestro pueblo y casi un siglo después restaurado gracias a personas
comprometidas a lo largo del tiempo con el pueblo y la cultura. Ya ninguno/a
está entre nosotros, pero pervive sus esfuerzos, obra y buen recuerdo.
Como villero gracias a todos
ellos.
Un saludo.
© 2018 Francisco García.
Texto e imágenes (salvo las
referentes a la portada de del libro “1574-1914 órganos y otras actividades
musicales en la iglesia matriz y su entorno. Datos para la historia.”) sujetos
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Todos los derechos reservados a
favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Diciembre
de 2018.
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