sábado, 21 de marzo de 2020

El valor de la unidad y la resistencia.

Jamás en la vida pensé que haría un escrito de estas características enfocado a todo el territorio nacional y demás países. Afortunadamente, si es que en estas circunstancias tal fortuna no es adversa, este blog se lee desde muchos puntos de España y el Planeta. Cada mes los recuerdo, pero hoy quiero escribir con dolor estas palabras que llevan días maquinándose en mis pensamientos. El blog por las circunstancias ha sido frenado en sus publicaciones y hoy que tengo tiempo quiero lanzar mis reflexiones y dar aliento y fuerza allá dónde se me lea.
Estamos en una guerra total y mundial contra un enemigo invisible y desconocido. La invasión a nivel planetario ha sido extensa y se está luchando denodadamente contra el Coronavirus. Esta vez la infantería en primera línea de fuego son médicos y sanitarios. En España llevamos ya una semana en Estado de Alarma y confinados en nuestros hogares porque es el mejor fuego de cobertura que podemos dar a nuestros infantes. Los ánimos están altos, pero hay personas a las que le cuesta este confinamiento. No es momento de pensar en aquello que no hiciste, ese café o caña o a las personas que no has visto. Es momento de combatir.

Pero tampoco vamos a caer en la trampa de los ilusos. Esta guerra va a ser dura de ganar y caerán los mejores en la lucha. Vemos escenas dramáticas cada día en las noticias y redes sociales. Vemos como nuestro país está peleando fieramente con unos escasos medios. Faltan EPIs, mascarillas, respiradores, test de pruebas… Y yo me pregunto cómo es posible que un país del G-20, la novena potencia económica mundial y quinta de Europa. La quinta fuerza militar de la OTAN, un país con puesto en los principales organismos internacionales y que no tenga ni mascarillas u otros productos de higiene para tales circunstancias. Me siento, hoy igual que siempre, avergonzado de nuestros políticos. ¿Dónde se va nuestro dinero? Porque precisamente ayer ya tenia en el buzón las cartas del Consorcio de Tributos. La pandemia no para la época de recaudación de impuesto. Pero yo soy un caballero y no voy ahora a juzgar lo deleznable de nuestra clase política en todas las instituciones. Cuando pase esto el pueblo español debería lanzarse a las calles a pedir responsabilidades. Pero todo sabemos que no hay nada nuevo en esta vieja España sumisa y domesticada a sus políticos. Eso, junto con las autonomías, es el mal endémico en el que agoniza España.

Como pueblo, al diablo lo políticos, es momento de luchar. Una lucha sin cuartel allá dónde nos corresponda estar a cada uno. Animando a los equipos médicos y sanitarios. Apoyando a los que deben de trabajar. Llevando la alegría de la Patria a la gente de farmacia y ambulancias, supermercados, transportistas, conductores de servicios público y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. A todas esas personas que ahora mismo están en la calle batiendo el cobre y combatiendo a la bayoneta contra este enemigo. Hay que ser fuertes. Responsables de que debemos romper la cadena de trasmisión. Golpear al unísono contra este virus para así poder aniquilarlo. Tampoco quiero olvidar a tantos autónomos que están viviendo momentos de incertidumbre más los que ya han perdido su puesto de trabajo y a los equipos docentes de toda España que siguen vía online trabajando con sus alumnos para minimizar al máximo esta situación. Que los DESgobernantes tengan en cuenta todas estar circunstancias cuando salgamos de esto.
Esta viñeta de Miki y Duarte la vi en las redes sociales y me gustó bastante porque
muestra muy bien la actitud que debemos de tener contra este virus.


Este es mi mensaje que lanzo desde los Pirineos hasta el Hierro, y desde Finisterre hasta Melilla. Y que a su vez debe rebotar a todo el planeta. Confinamiento, lucha y que los ánimos no decaigan en una situación incierta que no sabemos hasta cuándo durará. Pero debemos permanecer con los ánimos inquebrantables para así evitar que pasemos de un Estado de Alerta a Excepción. El pueblo español es un pueblo valeroso ante estas situaciones. Un pueblo de mujeres altaneras y esforzadas y de hidalgos y gentilhombres. Hombres y mujeres que cuando ha visto al enemigo a las puertas lo ha encarado sin miedo. Y hoy escribo evocando e invocando al grito de los madrileños en aquel glorioso 2 de mayo de 1808 cuando su exclamación vibró en toda España de ¡guerra al invasor!

¡Vencimos y venceremos! Y hoy igual que ayer comprobamos que la única forma de llegar a la victoria es la unidad de todo el pueblo español. Porque por encima de ideologías, regiones y todo ese mal habitual que ha llevado a España a tantas vicisitudes debemos siempre poner por encima a la Patria y al pueblo. Vamos a salir de esta. Vamos a luchar sin miedo, sin cobardías y sin complejos. Que esos aplausos de cada día sigan atronando la piel de toro con más fuerza jornada tras jornada. Que esas personas que salen a las ventanas y balcones de sus hogares a cantar o poner música, que luego se extienden por toda España vía redes sociales, sigan estoicamente a cada hora en ese lugar y acciones a las que el destino de esta guerra les a llevado. Son nuestros mejores centinelas en la retaguardia. Esto lo vamos a vencer con unidad y resistencia. En enemigo es fuerte y letal. Pero nuestros ánimos indestructibles. E iguales palabras y ánimos envío al resto del planeta.

Otra de las imágenes difundias por las redes sociales de cómo está ahora mismo nuestro planeta.
Ese pequeño punto azul en la inmensidad cósmica que agonizante se mantiene orbitando
mientras lucha internamente por sobrevivir.


No quiero olvidarme de la patria villera donde estamos dando ejemplaridad en este tema. Respetando el confinamiento y solo saliendo a la calle a aquellas necesidades que debemos suplir. Cada día compruebo que las fuerzas siguen incólumes y que no vamos a rendirnos. Han sido muchos los vídeos subidos a las redes y quiero expresar mi profunda emoción a un vídeo visionado ayer viernes 20 de marzo de los vecinos de la Avenida Emilio Luque que al unísono cantaron canciones de tan profundo sentimiento para el pueblo de La Orotava. Gracias por ello. Y aunque estamos cerca, pero a la vez lejos, por este confinamiento quiero enviarles mi emoción y gratitud por ser baluartes, como en tantas zonas de la Villa, de los ánimos en esta lucha.
No sé quién grabó el vídeo pues me lo enviaron por el Whatsapp. perdona vecino/a que lo publique sin tu permiso porque soy sumamente respetuoso con los trabajos ajenos. Pero no puedo dejar de emocionarme y enorgullecerme con estas cosas.


Ganaremos a este virus y como ayer dije ¡volverá a reír la Primavera! Pero para ello debemos transitar en este sendero de oscuridad invernal.

¡Fuerza y Honor!

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