Escribo esto en la madrugada del viernes al sábado tras las tempranas horas en que debemos recogernos por esta pandemia. Cuál es mi sorpresa que al llegar a mi casa y abrir el correo recibo un email de mi amigo Cosme con el titulo de “Jesús a fallecido”. No me lo podía creer. Si es verdad que en el duelo de nuestro amigo Ñete lo vi algo decaído, y muy abatido por el triste óbito, pero la noticia me ha cogido de improviso. Quiero dedicarle unas palabras a Jesús ya que hace años fue el propio Ñete quien me lo presentó y siempre cultivamos buen trato e intercambio de opiniones.
Por nuestras vidas pasan múltiples personas, muchas de ellas que son auténticos huracanes de guerra como Jesús. Gente de una autenticidad tan pura y sincera que uno da gracias a la vida de cruzarte con gente así.
Fue un hombre con el que yo podía tener múltiples discrepancias, pero con el que se podía hablar de todo. Una mente curiosa y abierta que se retroalimentaba de lecturas, observación y razonamiento. Recuerdo que un día me lo encontré en las Dehesas en la consulta del médico, compartíamos mismo galeno, y estaba la sala de espera llena. Empezamos a hablar sobre los jóvenes que recién acaban su carrera y se ven abocados a un triste futuro o a emigrar. Él era un hombre vehemente en sus posicionamientos e iniciamos una charla hasta que me di cuentas de que todos los pacientes que allí esperaban su turno se habían convertido en nuestros espectadores. Era un hombre de un magnetismo impresionante y de un verbo enérgico que no dejaba indiferente a nadie.
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| Jesús Delgado Alonso. Genio y figura, y gran contertulio de este quien escribe. La foto pertenece a su perfil de Facebook. |
Me entristece mucho su marcha porque nos teníamos un gran respeto mutuo y a mí siempre me gustaba deparar con él mis buenas conversaciones. ¡Cuántas anécdotas tanto en La Orotava como en Venezuela me relató! Más otras tantas de su época de juventud de seminarista en Madrid donde acabo por salirse al no llegar a consolidarse su vocación. Esas de momento se quedan durmiendo el sueño de los justos porque su vida fue un fabuloso anecdotario que indudablemente imbuyeron en la personalidad de Jesús.
Amigo de sus amigos, persona amante de los perros y sincero encarando la vida. Me quedo un poquito más vacío en este fatídico 2020 donde tantas personas se han ido. Se fue Ñete y ahora él. Ya estará arriba haciéndole compañía, pues él se preciaba, y apreciaba, mucho su persona. Cuando llegue para mi la hora ya nos reuniremos de nuevo y tendremos esas siempre intensas y amenas conversaciones que tanto nos gustaban. Cada vez que venias a la Villa si no coincidíamos me trasmitías recuerdos mediante Ñete y lo propio hacia yo. Porque las personas como Jesús son las que te dan el marchamo de la calidad humana y del vivir cómo pregonas. Con sus fallos y aciertos, pero siempre creyendo en el inmutable de quien no se cambia de chaqueta.
Te echaré de menos amigo. Un abrazo y hasta que el destino nos alcance. Ya trasciendes a las moradas cósmicas donde te habrás reencontrado con tu querida madre a la que tanto me nombrabas con el mayor de tus afectos, con el resto de tu familia y amigos, y con la familia Polo Regalado que como siempre decía para él eran como su segunda familia. Perdemos nuevamente a un personaje peculiar de nuestro pueblo. Fueron mucho los años vividos en Venezuela trabajando duramente en la industria de la madera especializándose en la ebanistería, pero nunca se olvidó de la Villa ni de las gentes que apreciaba. Y nosotros a su vez te apreciábamos y apreciaremos siempre amigo Jesús.
Que la Luz eterna y perpetua ya brille para ti.
Jesús Delgado Alonso. Descanse en Paz.
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