¡FELIZ NAVIDAD, Paz en la Tierra y buena voluntad para con los hombres y mujeres de bien!
Hace unos días el amigo Julián Hernández Rodríguez publicaba en sus redes sociales la foto principal que acompaña este escrito. Una oleada, o tal vez mejor decir nevada, de recuerdos me sucumbió. Ya que yo fui testigo presencial de este inusual hecho en esta zona de cotas tan bajas de nuestro municipio. Este escrito podía haber sido publicado el 17 de este presente mes de Diciembre, pero me hacía ilusión publicarlo en este Día de Navidad.
Indudablemente son fechas de bajas temperaturas, frío, lluvia, nieve… ¡es el invierno! Aquella histórica nevada en el centro de La Orotava que quedó como imagen icónica en la foto que acompaña este escrito y otra que fue publicada, si no me equivoco por el Diario de Avisos, foto esta que nunca he sabido a ciencia cierta quién la realizó. Una imagen ya con treinta años. Si en aquella época hubiera tenido una buena cámara de fotos o hubieran existido los Smartphone tremendo archivo fotográfico tendría de aquella jornada. Por eso siempre se los digo, nunca dejen de fotografiar o grabar nada porque lo que en el momento son simples anécdotas años después pueden ser hechos históricos.
Yo recuerdo aquella nevada. Aquel día fue una fiesta, no como ahora que caen cuatro gotas, y si es que caen, y decretan una alerta. Buenos están estos de hoy en día para haber vivido en mi época aquellas lluvias. Botas de agua, abrigo y paraguas y al colegio que en casa no te vas a quedar. Hoy pasados treinta y un años voy a contar una anécdota. Aquel día como era proceder madrugó todo el mundo para ver aquella “nevada”. Lo entrecomillo porque a nivel continental lo que cayó aquí no es nada en comparación con otras zonas. Compréndase por parte de los amigos/as que vivan en otras latitudes más septentrionales que para un canario ver caer nieve es toda una fiesta y novedad.
Como digo aquel día nadie se negó a madrugar y los estudiantes mucho menos a ir al colegio. Recuerdo que fui hasta los alrededores del colegio salesiano y pararme a saludar a don Antonio González y doña Ana Padilla. Matrimonio que vivía donde hoy está el geriátrico de San Sebastián. Para ubicarlos los que ya tenemos una edad recordaremos que en la entrada principal del colegio había un muro antiguo, hoy jardineras con flor del mundo. Y allí se sentaba don Antonio. Siempre deparaba con ellos parar a saludarlos pues eran de amistad con mi familia de toda la vida. Con enorme pesar lamento no tener de ellos ninguna foto porque formaban un matrimonio maravilloso. Personas de gran bondad las dos que como referencio me gustaría tener de ellos alguna imagen que insertar en este escrito o hacerles uno propia dedicado a ellos. Don Antonio falleció unos años después de esta nevada y doña Ana sí llegó a ver los inicios de este siglo XXI falleciendo hará unos veinte años en el geriátrico de Santa Rita. Quedé aquí mi entrañable recuerdo para estos dos villeros que ya se pierden en las regiones más recónditas del tiempo.
Recuerdo que ya en la plaza del Llano y en la calle los más jóvenes iniciaban pequeñas batallas de nieve. Incluso estaban presentes muchos parroquianos del también desaparecido bar El Suizo. Y quisiera aquí contar una anécdota. No voy a decir quién fue porque me llevó bien con él, aunque hace algunos años que no lo veo y tal vez ya ni siquiera se acuerde de este hecho. Aunque por el relato que voy a dar creo que todos los que fuimos sus alumnos sabremos a quién me estoy refiriendo.
Era costumbre en aquella época que los profesores se reunieran ha conversar en la puerta del colegio minutos antes de entrar. Los de BUP entraban por la portería y los de EGB por la entrada principal. La chiquillada de EGB que estaban jugando a batalla de bolas y va uno que la esquiva y le salpica en plena cara al omitido. Él que se alteraba de nada y empezó con sus protestas. Oigan ¿ustedes qué hacen? A ver sus nombres que le voy a poner un negativo, él era único para negativos y positivos. Los de BUP riendo y los de EGB protestando. Y él que seguía pidiendo nombres. Hasta que soltó su típica frase “métase la lengua en el culo. Se va usted a ir a vacilar de su padre”. Luego se giró para los de BUP “a ver ¿hoy no hay clase? Hagan el favor de circular a sus aulas.” La armó buena. Don Isaac mirando por la ventana de portería, varios profesores allí y este gran profesor, uno de los mejores que he tenido, con un mosqueo de aúpa.
De todo esto fui yo testigo. Cosas que hoy las recuerdo con cariño y nostalgia.
Aquel fue un día único pues la magnitud de la nevada no se ha vuelto a repetir. Aunque en la Perdoma en el año 1997 cayó otra nevada que fue más copiosa que la del año 1991. Pero esta de 1991 se recuerda con especial cariño. O al menos yo la recuerdo así porque la viví.
22 de Enero de 1997. Portada histórica de la Gaceta de Canarias. |
Estas pequeñas nevadas antaño eran normales. A mí me han contado que en el centro de La Orotava principio de los años 40 cayó otra algo copiosa. Pero claro para nosotros por el clima una pequeña nevada ya es una nevada de consistencia. Acostumbrados a frio, lluvia y como mucho granizo. Y siempre en pequeñas cantidades en comparación con la Península. Pero una nevada puntual aquí no es normal y más a una cota baja como es el centro de La Orotava. Por gota fría, ciclogénesis explosiva o fuerte borrasca en el pueblo en general nieva todos los años en las Cañadas. Dicen los expertos que el problema va a ser que nos tenemos que acostumbrar, sobre todo en la Península, a que esto tal vez se convierta en algo normal en centros urbanos. El por qué se debe al deshielo de los casquetes polares. Ellos contenían las masas de aire polar y fuertes nevadas. A no haber tanta contención como antes toda esa masa fría ha bajado a Europa y ha pasado el Mediterráneo pues ha nevado hasta en el desierto del Sáhara en alguno de los últimos años. Incluso en esta década se prevé que pueda haber una mini era glacial que afecte al hemisferio norte. Aunque lo que más se teme es que ocurra algo aún peor, y miren que ya estamos bastante fastidiados, como es entrar en invierno nuclear. La mano del hombre ha destruido el Polo Norte y el cambio climático es un hecho. Y eso de calentamiento global no significa que vayamos a un calentamiento generalizado. Porque las temperaturas subirán sí. Pero puede convertir zonas subtropicales en zonas frías. Incluso tengo entendido que el Código Técnica de la Construcción en su última reforma ya obliga en cualquier punto de España que las estructuras de edificios y casas estén preparadas para aguantar fuertes nevadas. Por lo que tal vez se nos repita algún día una pequeña nevada en pleno centro de La Orotava. La verdad que dentro de la “gravedad” sería bonito ver una copiosa nevada en todo el Casco.
En fin, hoy que querido mezclar un hecho histórico de La Orotava, con una anécdota personal y una realidad mundial. La verdad que de algunas de las personas que he nombrado y gran parte del paisaje urbano de aquella época ya han desaparecido. Don Antonio y doña Ana fallecieron hace años. Don Isaac también fallecido desde hace algunos años. El muro desapareció como todo aquel contorno de la llamada “Fortaleza”, el bar El Suizo cerrado hace muchos años (y sus propietarios, los tan añorados Luisa y Ñete Polo al igual que muchos de sus parroquianos fallecidos) y de este profesor, que por respeto, he omitido su nombre lleva ya algunos años felizmente jubilado y ni sé de él pues creo recordar que reside fuera del municipio. Y ya eso de EGB y BUP, también desaparecidas, queda muy lejos en el tiempo. Pasan los años y estos son recuerdos de cuando La Orotava era La Orotava.
Un saludo y abríguense que hace frio.
Buen Día de Navidad para todos/as.
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