Anto y Fefi… por el nombre podría creerse que son una pareja de adorables ancianos de la Villa. Pero no. Anto y Fefi en La Orotava son sinónimo de dos aguerridos montañeros que próximamente asaltaran de manera individual dos montañas en Nepal. Anto intentará coronar el Lhotse (8.516 m) y Fefi el Lobuche East (6.119 m). Indudablemente dos expediciones de altura.
Anto y Fefi con las promos de sus respectivas expediciones en Nepal al Lhotse (8.156 m) y al Lobuche East (6.119 m). |
Este pasado lunes el periódico El
Día les dedicaba un artículo a nuestros protagonistas, y antes de que partan, quería
dedicarle unas palabras a estos dos villeros que se están convirtiendo en
emblemas del montañismo y abriendo camino para que nazcan vocaciones en este
deporte. Dicha entrevista pueden leerla, si están subscritos al periódico, en el siguiente enlace: https://www.eldia.es/tenerife/2022/04/04/orotava-himalaya-64615771.html?fbclid=IwAR1-bhv3lxW2ECcm9o1RnBIwxhYZtRUZWuhCgEXkFYP-Xl3EBrabFOvLXIk
De Anto tuve el privilegio de realizarle la primera entrevista tras la Expedición Manaslu 2021. Dicha entrevista está colgada en el propio canal de YouTube de Anto y en el de éste blog (pinchando aquí podrás acceder a la misma). Sobre Fefi no la conozco personalmente y tengo una opinión en base a su espectacular perfil en Facebook donde tiene detallada todas sus aventuras montañeras. Se podría decir que hasta el año 2020 ellos dos habían desarrollado esta bonita forma de vida, (me niego a llamarlo afición, pues esto es casi una filosofía de vida), de una manera más anónima, aunque muchísima gente lo sabía y a otros/as no pilló de total sorpresa. La envergadura de la expedición Manaslu 2020 hizo que Anto rompiera esa discreción y que descubriéramos sus peripecias montañeras y las de Fefi.
Anto se ha preparado muy bien para esta nueva aventura. Incluso él mismo lo admitió al periódico El Día. Algo por otra parte lógico, pues esta pandemia ha trastocado tanto la vida de las personas que aún en deportes al aire libre y con cierta libertad como el montañismo el tema se ve condicionado. Aunque Anto es un portento físico que no cayó nunca en la desidia del desanimo o de dejarse abandonar en los tiempos del confinamiento. Al contrario, en 2020 tuvo la oportunidad de escalar el Ararat y allí se plantó. Y creo que es bueno que el mismo Anto admita y se sienta mejor preparado físicamente, pues si en Manaslu hizo una verdadera machada, teóricamente en opinión de Anto menos preparado, en este nuevo pico puede lograr sus objetivos porque va a ello muy ilusionado y fuerte mental y físicamente. Motivado está para ello pues hace unas semanas cuando hablamos personalmente y me dejó entrever que partiría pronto lo noté con los ánimos muy altos. Por algo se ha pasado todos los fines de semana de este pasado invierno pernoctando en las Cañadas tras subir a pie desde el Casco de La Orotava. Anto sabe el terreno que pisa y dónde se mete.
Una vez más va a ir bajo la bandera de Pichón Trail Projects en ese ahínco de visibilizar esta enfermedad que parece que cada día va a más. Es la parte solidaria de esta expedición y tan importante de cara a la lucha que cada día mantienen los pacientes con este cuadro clínico. El pichón vuelve a desplegar sus alas para volar en lo más alto del planeta junto a Anto.
Por su parte Fefi va a lanzarse a coronar el Lobuche East (6.119 m), que por lo que veo en imágenes es todo un carrusel al igual que el Lothse. Observando sus redes sociales, ya que personalmente no la conozco, Fefi no es una simple montañera de carácter secundario. Al contrario, es una montanera de elite con un amplio bagaje a sus espaldas y no precisamente en montañas fáciles de escalar. Y esto no es baladí, sino la consecución natural y deportiva de una persona con una determinación inquebrantable de conseguir sus objetivos. No ha escalado precisamente por verdes y sinuosas praderas. Al contrario, ha estado en lugares de esos que se pueden decir que ha costado sangre, sudor y lágrimas llegar hasta ellos.
Igualmente, la expedición de Fefi tiene su carácter solidario. En este caso visibilizando las enfermedades mentales a través del colectivo Afes Salud Mental. Me parece algo importantísimo, pues estos últimos años han puesto de manifiesto el abandono y dejadez hacia la salud mental siendo pilar fundamental en la estabilidad del ser humano. Fefi va a llevar en su mochila el grito silenciado de millones de personas que sufren en el ostracismo estos cuadros mentales y que por desgracia parece que hoy en día sigue siendo un tabú hablar de ello. Siempre es bonito que haya personas que quieran enarbolar una bandera y romper esos silencios y tabúes. Creo que Fefi será el mejor heraldo de estas personas en esta tarea de visibilizar y de concienciar a la opinión pública de ello.
Poco más puedo añadir. Sólo desearles a Anto y Fefi la mejor de las fortunas en estas dos nuevas expediciones que inician. Aunque parten juntos a Nepal hasta el campo base (5.360 m) tras una caminata de 140 Km, de la que estoy seguro que nos tendrán puntualmente informados en esos trekking espectaculares que causan sana envidia.
Todo ello con el añadido, e importantísimo trabajo logístico previo a estos meses y que seguirá una vez llegados a Nepal y al campo base. Esto no es una excursión de caminata del colegio con un bocadillo de tortilla y un refresco en la mochila. Aquí se va a desplegar un equipo humano y técnico calculado lo más posible al milímetro. La montaña no permite confianzas ni frivolidades como para no tener el mayor numero de cabos atados. Esa es la parte que no se suele ver de éstas expediciones y que son fundamentales para llevarlas a buen término. Al igual que las comunicaciones donde Anto y Fefi pueden comunicar sus avances todos los días o estar aislados una semana. Recordemos que van a transitar territorio hostil no sólo en lo orográfico.
Como Ares y Atenea se lanzan hacia su inexorable destino. A agrestes montañas, que mientras otros se derrumbarían ante su sola presencia, ellos se sienten vivos transitando en la dureza de la escalada y en el furor de la tormenta. En las noches silenciosas y frías donde el cuerpo se rinde al cansancio de la jornada y tras haber contemplado lo más bellos crepúsculos y llegar la rielada luna a arroparlos en el necesario descanso en ese mundo unas veces onírico y otras veces infernal que es la montaña. En las situaciones donde un centenar de veces piensan tirar la toalla y un millar de veces se lanzan con el ímpetu del guerrero para vencer la batalla deportiva y personal.
Estos son los misterios de la vida y la montaña. De dos personas que podrían estar en cualquier lugar paradisiaco, pero para ellos el paraíso es este Hades helado y rocoso. Obviamente la mayoría de nosotros no podemos comprender qué inquietudes los mueve a ello, pues somos sordos y ciegos al canto y armonía de la montaña. Pero si algo aprendí tras entrevistas a Anto es que en la montaña nace un nexo con lo espiritual que es sólo privilegio para unos pocos y bendecidos elegidos. No puedo explicarlo, pues soy parco de palabra y pensamiento pues no oigo como Anto y Fefi los sonidos del silencio que emana la montaña.
Solo desearles a los dos un feliz viaje y trekking y que cuando se separen para afrontar sus respectivos retos que los espíritus de la montaña les sean propicios y les franqueen el camino. Aquí, a más de 9.000 Km, estaremos expectantes cada día de la aventura de ambos. Aunque somos conscientes que por lo agreste del entorno y las condiciones climáticas y tecnológicas no siempre serán las comunicaciones fluidas. Y esta vez, como siempre, el nombre de la solidaridad y de La Orotava volverá a ondear en lo más alto. En esas moradas de los dioses y de los héroes y heroínas elegidos para los más altos fines.
Anto y Fefi, salgan alegres y vuelvan triunfantes.
Saludos.
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Imagen propiedad de Anto Illimani Mera y Fefi Hernández.