domingo, 30 de julio de 2023

Siempre orgullosos de Anto.

Anto en el Broad Peak, campo 3 a unos 7000 m de altitud con el K2 detrás, portando nuestra Enseña nacional más los distintivos de Pichón Trail Project y Teidela. Estos tres elementos más su pasión por el montañismo y las ganas de aventuras lo mueven cada año para visibilizar deporte y solidaridad. Imágenes: © Anto Illimani Mera.

 


Hace un rato Anto escribía en su muro de Facebook que se encontraba en Skardu (Pakistán) y lo añadía con las siguientes palabras:

“Hola a todos y a todas! Curiosamente es en una solitaria habitación de un hotel de Skardu donde encuentro, después de 40 días, la forma de comunicarme directamente.

No hubo cumbre este año debido a causas externas como las grandes nevadas y la falta de cuerdas fijas en los últimos 1000 metros. Sin embargo, también hubo causas internas. A partir de los 7500 m. de altitud encuentro una fina barrera que no me deja avanzar. Descartadas, 100%, razones de cabeza y después de haberlo intentado hasta 3 años seguidos, sólo hay una explicación. Soy incapaz de subir un ochomil sin oxígeno.

Por otra parte, el descubrimiento de esta incapacidad no va a hacer que frene mi mayor pasión. Viajes, montañas y aventura, la constante búsqueda de nuevos y extraños mundos. Y lo haré siempre hasta el límite de mi capacidad. Creo que es muy importante que cada uno de nosotros encontremos y reconozcamos dónde está esa línea para poder saber hasta dónde podemos llegar y nunca dejar de luchar por ello. El verdadero valor está en alcanzar ese límite personal, sea cuál sea.”

Siempre he pensado que el valor de las personas no se mide por los triunfos, sino por los intentos. Es muy fácil ser amigo de quienes transitan los Campos Elíseos de la victoria, pero lo difícil es ser amigo y reconocer el esfuerzo de los que transitan en Inframundo del Hades. Esa es la doble moral implementada en esta falsa sociedad.

Con Anto, consiguiere o no sus objetivos alpinistas, hay que estar siempre inmensamente orgullosos de sus hazañas. Este blog en su partida le dedicó un artículo lleno de ánimos y ahora a las puertas de su regreso le dedico estas palabras igualmente llenas de ánimo, orgullo y reconocimiento. La admiración que se siente, desde la generalidad de La Orotava, hacia sus aventuras siempre acompañadas con un fuerte carácter solidario.

No ha podido ser. La montaña es así y lo da y/o lo quita todo. Pero Anto ha estado ahí luchando contra los elementos hasta el ultimo momento y aliento. Y ha sido sincero reconociendo sus límites personales y llevarlos a su máximo apogeo. Él siempre ha enarbolado de manera honorifica la bandera de la honestidad y el marchamo de la verdad. Con eso me quedo, pues es lo principal. El valor de encarar un deporte de alto riesgo al que pocos se atreven. Anto sigue cada año recorriendo los principales picos del Mundo con la misma ilusión que el primer día y paseando el nombre de la Villa de La Orotava y su bandera con el mayor orgullo y honor como así también lo hace su pareja Fefi, siempre tan presente física o espiritualmente en estas expediciones. Lo dije una vez y lo repito, posiblemente sean los villeros que han estado a mayor altitud. Ya eso de por sí es todo un logro.

Como villero me siento muy orgulloso de él y me quedo con la certeza de que lo ha dado todo. Y es precisamente ahí donde está el ejemplo. Los que lo dan todo hasta que lo imposible, y la propia y sincera coherencia personal, decreta su inexorable sentencia.

Buen regreso Anto. Mi admiración siempre.

 

Imágenes: Anto Illimani Mera.

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