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Incido nuevamente en que por asepsia mental he de poner en tela de juicio esta imagen, púes no está confirmado, por lo menos yo no manejo el dato, de que esta supuesta fotografía sea la primera, y única, del drago de Franchy. Es penoso que el nivel de lectura
comprensiva de algunos sea tan bajo, pues hoy (24-01-2024) me han intentado desacreditar
en las redes sociales por parte de un cualquiera que sólo lee el título sin
entrar aquí y leer el artículo en su totalidad. Primero aprende a leer con
fundamento para luego poder opinar con fundamento. El Facebook está lleno de censores y culichichis. Yo no confirmo ni desmiento la imagen, y como escribí en este artículo: «… La imagen, en caso de ser una fotografía, que yo no confirmo ni desmiento... En la misma podemos observar el vetusto drago y la vegetación arbolea de menor tamaño que lo rodea. Imágenes que nos llegan del pasado y que merecen ser compartidas, indistintamente si es una foto genuina o no, porque conlleva en sí la historia y tradición de un lugar en la Villa tan importante como era el lugar donde se elegía a los menceyes de Taoro.» |
Imagen y comentario que me llega a través de Facebook y que me parece interesante traerlo al blog, pero siempre bajo la supervisión, prudencia y asepsia con la que han de tratarte estos temas. Por eso he sido prudente insertando las interrogaciones en el título de esta entrada.
La fuente proviene de Jesús Vicente Adán de la Rosa Afonso, porque hay que citar siempre a las fuentes, donde trae un interesante texto que es el siguiente:
«Única fotografía (existen dibujos) del desaparecido Drago de La Orotava que fue, entre los de su especie, el más célebre y admirado de todos los tiempos, conocido como el Drago de Franchy porque se encontraba en el magnífico jardín que poseía esa familia en la Villa de La Orotava. Algunos autores de siglos pasados le atribuyeron varios miles de años, pero no cabe duda que superó con creces el milenio.
Según la tradición, este imponente drago fue un árbol sagrado para los guanches, que se reunían en consejo, o Tagoror, bajo su espléndida copa para promulgar leyes, administrar justicia y coronar al Mencey de Taoro, cuando éste moría. Durante la ceremonia de coronación el nuevo mencey besaba un hueso de su antepasado más remoto mientras repetía “Agoñe Yacaron Yñatzahaña Chacoñamet” (juro por tus huesos el día en que te hiciste grande).
En 1496, junto a él, se ofició una misa para conmemorar la definitiva conquista de la Isla y sirvió como punto de referencia en el reparto de tierras entre los conquistadores. A mediados del siglo XVIII su altura era de unos 20 metros y el perímetro de su base rondaba los 25. El tronco se iba estrechando hacia arriba hasta los 6 metros de altura, donde se dividía en doce grandes ramas. Su circunferencia era de unos 14 metros y su peso debió ser algo más de 200 toneladas, como el peso de 40 elefantes adultos. En su copa se había construido una amplia plataforma de madera a la cual se accedía por una cómoda escalera exterior.
La noche del 21 de julio de 1819, un huracán derribó más de la mitad de su copa, sobreviviendo solamente cinco ramas. El último científico que lo vio con vida fue el zoólogo y médico alemán Ernst Häckel en 1866. Un año después, el 7 de marzo de 1867, un fuerte vendaval lo derribó definitivamente.»
Aquí dejo el enlace a la fuente: https://www.facebook.com/photo?fbid=7099709306708240&set=a.589283411084228
Sobre este drago se ha escrito mucho, pues bastantes fueron los científicos y naturalistas que lo visitaron en los siglos XVIII y XIX. El más famoso de sus visitantes no cabe duda que fue Humboldt. Tal vez si este drago hubiera tenido una mejor conservación y mantenimiento se hubiera salvado. No lo sé, pero sí me parece interesante, y por esto realizo la publicación, de que no sólo era el drago en sí, sino la tierra sagrada y lugar de poder donde estaba ubicado. Creo que no es menester olvidar dicha singularidad.
La imagen, en caso de ser una fotografía, que yo no confirmo ni desmiento, debe estar realizada sobre placa de cristal en teoría de 6 x 9 cm. En la misma podemos observar el vetusto drago y la vegetación arbolea de menor tamaño que lo rodea.
Imágenes que nos llegan del pasado y que merecen ser compartidas, indistintamente si es una foto genuina o no, porque conlleva en sí la historia y tradición de un lugar en la Villa tan importante como era el lugar donde se elegía a los menceyes de Taoro.
Saludos.