miércoles, 5 de julio de 2017

En recuerdo por el segundo aniversario del fallecimiento de José Antonio Pérez “Jose el cojo”.

Hoy hace dos años que falleció uno de los mejores hijos que ha dado la patria villera. Este escrito lo publiqué en Facebook el día 6 de Julio tras su entierro y hoy quiero publicarlo aquí pues Jose fue un insigne 100 x 100 villero de La Orotava.
Siempre lo estoy recordando y lo echo de menos. Aun hoy en día releyendo estas palabras que le dediqué me emociono.
Muchas veces el escribir no es tarea sencilla cuando se hablan de temas generalistas. Pero mucho más difícil es cuando se habla de personas conocidas y a las que servidor apreciaba.
El domingo me enteraba vía Facebook del fallecimiento de Jose. La verdad que me pilló de sopetón y me dejó asombrado. Inmediatamente me puse en contacto con varias personas para que me confirmaran la noticia y hora del entierro. Tristemente la noticia era cierta.
Hoy hice todo lo posible, y gracias a Dios pude conseguirlo, de darle mi última despedida a Jose. Ni que decir que en la parroquia de San Juan no cabía un alfiler de gente que lo conocíamos y apreciábamos y que quisimos acompañarlo en sus últimos momentos. Tremendamente emocionante ver el féretro en la misa y frente al mismo, la virgen del Carmen y el Cristo del Columna. Parece que ambos, tan queridos por Jose, vinieron a buscarlo para llevárselo a la Jerusalén Celeste. Ya por fin estará reunido con sus seres queridos y con Cristo y la Virgen a los que tanto amó y tanta devoción les profesó en vida. Ya saben que yo no creo en las casualidades sino en las causalidades. Y que Jose muriera tal día como el de la festividad del Cristo de la Columna tenemos que comprenderlo desde una lectura de que cuando la gente es buena, cuando viven una fe autentica y cuando las palabras se demuestran con hechos el mismo Dios reclama para sí a estas personas en días especiales. Por eso creo que esta gente a veces se va demasiado pronto. Se van porque Dios las reclama para sí y les da su lugar en el Cielo como premio anticipado. Precioso y bonito detalle el del domingo por parte de la Banda Municipal de La Orotava de tocar en su velatorio tras la procesión.
Con Jose tuve siempre una relación de respeto cordial mutuo. Pese a que muchas veces de iguales temas tuviéramos pareceres distintos. Discutíamos de temas varios en muestras posiciones enconadas cada uno y manifestando nuestras tesis. Pero jamás a mí, como a nadie, me dio ni una mala contestación, ni una palabra más alta que la otra ni ningún tipo de desprecio. Al contrario, él siempre se mantuvo en su sitio pero jamás le dio la espalda a nadie. Siempre con una sonrisa para todo el mundo. Con una educación extraordinaria y un saber estar y trato con la gente que le hizo ganarse el cariño de todo el mundo. Bien lo pudimos ver hoy en el entierro el aprecio que le profesaba la gente de muchos lugares de La Orotava.
Eternamente fue muy sanjuanero. Muy de su barrio al que quería con locura. Pero a la vez fue muy villero. Jose como nadie representaba la esencia de este pueblo. Buena persona, profundamente católico e imbuido en la vida social de la Villa y muy amigo de sus amigos. Muy implicado en labores sociales en ayuda a los más necesitados, en las hermandades, en la venta benéfica para tal o cuál fin. Él no tenía limitaciones pese a su cojera. Un fuerza de voluntad envidiable que no le hacía tener límites y una vocación de servicio para los demás que emanaba de su profunda Fe. Como se suele decir la fe mueve montañas. A veces esa fe que tenía y ese sentir religioso por el cual se regía su vida lo hacían parecer un caprichoso y cabezota. Pero no era eso. Era amor a Dios. Hoy comentaba el párroco de San Juan en su homilía que incluso estando convaleciente en el hospital lo llamaba para recordarle tal y cual cosa de la misa o la iglesia. Él estaba siempre atento al más mínimo detalle.
Y como era un terco benévolo en su fe, aunque nunca suelo hablar en las redes sociales de mis cosas, hoy tengo que contar algunas anécdotas que recordándolas me ha hecho llorar de emoción.
Yo en su momento dejé de ir a misa a San Francisco. No por don Jesús al cual me une una magnífica relación de respeto ni por nadie de los feligreses de San Francisco.  Al contrario, muy buenas personas van allí a misa y un lujo de sacerdote que hasta hace poco tenían. Simplemente dejé de ir o por ausencias por mis obligaciones o porque no me apetecía ir. Y pasaban meses o incluso más de un año y me encontraba con Jose y siempre me decía ”ateo que te has vuelto un ateo. Ya no vas a nada”. Se enfadaba conmigo si no iba a las festividades de San Francisco, San Judas Tadeo, o la virgen de la Caridad. O porque no me veía en Semana Santa. Y él tenía como aprensión por ello. Como yo tampoco me quedaba atrás respondiéndole me decía con aquella forma de ser que tenía “muchacho cállate no digas eso donde la gente te esté oyendo. Señor perdónalo porque no sabe lo que dice”. Pero un día me la hizo buena, y que hoy he llorado bastante recordándola de la emoción que me produce. Fue en el año 2006. Estábamos en la semana de las fiestas que coincidían con el V Centenario de la Villa. Yo estaba en una misa del triduo al Sagrado Corazón de Jesús. Y al irme me dijo que el capellán militar iba a venir a La Orotava. Iba con prisa y no me quedé bien con lo que me había comentado. De resultas que al día siguiente me llaman por teléfono que si podía llevar al capellán militar a San Francisco a una misa porque venía con las esposas de la alta oficialidad de los respectivos acuartelamientos de Tenerife y del mando de Canarias. Era un grupo numeroso de mujeres más el capellán. En San Francisco estaba todo abierto y Jose esperando. Las señoras se sentaron y el capellán se fue a la sacristía acompañado por nosotros y yo aproveché para hablar un rato con el pather que hacía tiempo que no lo veía. Tras hablar con él me dije bueno ahora me siento atrás por gentileza y aprovecho y me quedo en misa. No pasé ni diez segundos sentado cuando sale Jose de la sacristía y me hace señas. Me dice que lo acompañara en el coro. Me quedé mirándolo fijamente y le hice señas de salir al patio para que no me oyera el capellán. Yo protestando qué cómo iba a hacer coro con él si no sabía cantar ni sabía las canciones de misa ni nada. Pues Jose, y repito en aquella cabezonería benevolente que tenia de la gran persona que era, se puso a batallar conmigo diciéndome que diéramos una misa sencilla pero solemne, que no le íbamos a hacer el feo al capellán y a las señoras, y para arriba y para abajo que al final tuve que ceder. Poco más que salgo de la sacristía vestido de monaguillo. No solo el cantar, del que José me eclipsaba con su voz. Que gran voz le dio el Señor para a la vez él honrarlo con sus cantos. Así dejó tan buenos recuerdos de sus actuaciones con la Coral. Aparte de eso tuve que hacer las lecturas y la oración de los fieles. Total que la misa salió a pedir de boca. El capellán quedó muy contento e incluso la esposa del general jefe del Mando de Canarias vino a hablar conmigo dándome las gracias y que le había encantado la iglesia pues le parecía muy bonita. Jose como siempre detallista dando estampas para rezar y de que no dejaran de venir el Jueves Santo por la noche a ver al Cristo del Columna. En cuanto entré a la sacristía me veo a Jose con aquella sonrisa pícara y socarrona que tenía cuando se salía con la suya y me dice “ves como todo salió bien. Y tú que decías que no. Hay que tener más fe, que Dios y la Virgen  siempre ayudan”.
Anécdota que ya forma parte de la nostalgia de mi pasado. Aunque estuve días sucesivos enfadado por ello hoy la recuerdo con cariño. Incluso la veo como un honor el haber cantado en una misa junto a Jose.
La Villa ha perdido a un hijo ilustre y a un cristiano de corazón. Jose no era como tant@s que van a la Iglesia a entonar el Mea Culpa y a bañarse en agua bendita para que todo el mundo los vea. Jose sentía los colores de la fe. Posiblemente se haya ido un verdadero soldado en la militancia a Cristo Rey. De lo que se siembra se recoge. Por eso vi esas muestras de cariño y dolor hacia su persona. Quitándome a mí que yo soy un pecador y posiblemente Jose en sus discusiones conmigo tendría mucha razón, vi tanta gente buena despidiéndole que ahí se ve la grandeza del mismo. Tantas personas rotas de dolor que no quiero nombrar a nadie porque si empiezo a nominar no acabo. Gente que conozco, conocidos de vista y gente que hacía años que no veía. Al igual que vi roto de dolor a don Jesús cuando se le dio su último adiós en la Iglesia de San Francisco en presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad. Su querida Iglesia de San Francisco. A la que tanto quiso y que con tanto esmero la cuidó. La presencia hoy de parte de la Corporación Municipal, de las Hermandades con sus estandartes y de la amplia representación clerical demuestra la gran persona que era Jose.  Pero me quedo con la magnífica homilía dada por el párroco de San Juan. Cuando hizo el símil de que el Santo Hermano Pedro próxima su muerte le dijo a sus compañeros que no se preocuparan que le hacía más falta a ellos allá que aquí. Y de que ya Jose seguro que estaba allá dando órdenes a los angelitos. Pero dijo una frase que se me quedo grabada. Comentaba don Pedro de que hay que vivir con la gente lo que nosotros vivimos con Jose. Y que gran razón tiene en esa afirmación. Porque lo que vivimos con Jose fueron vivencias que solo se puede vivir con las grandes y buenas personas. Con la sola presencia de Jose la gente que estaba a su alrededor se convertían en mejores personas. Yo no sé cómo me voy a tomar el ir algún día a misa a San Francisco y ver a don Jesús bendecir el pan y el vino y no oír a Jose cantar. Siempre allí a un ladito cantándole a Dios.
Se te va a echar de menos. Me hubiera gustado vernos más a menudo pero entre mis ausencias y el ser caprichudo como tú me decías nos veíamos poco. Al menos Dios ha querido que estuviera en La Orotava para darte el último adiós. Ahora ruega por todos los que nos quedamos aquí y que hemos sentido tu marcha. Ya sabes que el respeto, afecto y admiración que te tenía era de corazón. Porque gente como tú son las que hacen un mundo mejor. Fuiste un ángel terrenal y ya eres un ángel celestial. Solo espero que algún día nos volvamos a encontrar.
Que la Luz perpetua y brillante ya esté contigo. Porque nadie como tú puede haber que haya ganado el Cielo de forma más inmediata.
Hasta siempre Jose.

Apéndice*.
Aquí dejo algunos comentarios que en su día se hicieron en mi perfil de Facebook y que son el fiel y mejor reflejo de lo que fue Jose para este pueblo y sus vecinos.

Candela Pérez: Muchas gracias Paco por este emocionante relato. Es verdad que en estos momentos no tenemos palabras para agradecer tanto y tanto cariño. Estamos desconsolados por su pérdida pero a la vez satisfechos porque todo fueron señales. Sin decir nada porque para él, todo lo que le hacíamos estaba bien y nos decía:" como tú quieras", "cuanta lata les estoy dando"...fue muy sufrido y nunca tuvimos la más mínima queja, todo lo contrario, era un derroche de agradecimiento. Se fue con una inmensa paz, cuando él quiso, si no podía estar en la festividad del Columna, estaría desde primerísima hora para verificar que todo estuviera como a él le gustaba. Y casualmente el lunes por la noche oímos los truenos y comentamos: Escucha...ya está Jose poniendo orden en el cielo!

Mercedes Belza: Que guapo esta en esta foto,que el Señor te acoja en el Reino de la Gloria D,E,P.

Cristina Torrents Arbelo: Precioso Paco...no lo pudiste describir mejor. Yo vivo ese dolor muy de cerca porque Jose es hermano de mi cuñada. Deja un hueco muy grande. La Banda municipal le hizo un homenaje que no se le hace a todo el mundo. Por algo será...

Ana Sánchez González: No hay palabras. D.E.P

Desiderio González Palenzuela: Una gran persona que el Señor le conceda el premio eterno por todo el bien que hizo en nuestra Villa.

Ascen Alonso Linares: D.E.P Amigo que gran vacío nos has dejado pero siempre te llevaremos en nuestros corazones.

Ana María Böke González: Desde luego al leer este recordatorio de Jose es impresionante no se podía describir nada mejor!! DEP Jose. Solamente una aclaración si me lo permites, no fue la banda de cornetas y tambores quién le tocó, fue la Banda Municipal yo estaba allí. En ese momento hasta las piedras lloraron ¡Sin palabras!

Taty García: Que la virgen de la Caridad, ilumine su camino. Siempre en el recuerdo. Muchas gracias Paco. Muy buena persona, no se rindió nunca su fe era mucha y su sonrisa. José hasta siempre. La pena es muy grande. Pero tú estas feliz junto al Padre Dios D.E.P

Eli Méndez: Impresionante despedida y tu relato inmejorable estará sonriendo Jose desde arriba.

Meyo Bautista: Paco que bonito, yo lo conozco, de pequeña, me acuerdo cuando tenía la tienda, en la Centella, y nos poníamos a alegar, con él. Siempre con esa sonrisa, y esa alegría que tenía. Siempre nos daba buenos consejos, y vete a misa, Meyo, y yo le decía tú no sabes que yo soy una atea, para hacerlo enfadar, y se ponía ayayayaya, hay que ir a la misa del gallo. Él era Único y como el pocos. Gran amigo, gran vecino, gran persona. Gracias Paco, porque tus palabras reflejan, lo que simplemente era Jose. Y sí, fue la banda de música la que le tocó en su duelo.

Leo Fuentes De García Y Benítez: Emocionantes palabras. Un escrito extraordinario. Siempre lo recordaremos.

Antonía García Estévez: Es una pena tan joven.......Pero la vida es así de injusta. D.E. P.

María José V Ferrera: Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Pero créeme si te digo que el halcón no dejo de volar , solo cambió sus alas por las de un ángel , y puede que el cielo tuviera falta de ángeles.

María Goretti García Reyes: Paco como siempre tus palabras emocionan!!!! Gracias.

Loly García González: Dios, que joven te fuiste!

Andrés Torrents Arbelo: Esa foto es el reflejo de lo buena persona que era. Enhorabuena por el homenaje.

Lorena Martin Gómez: Estas palabras que has escrito, han sido un merecido homenaje para esta gran persona.

Candelaria H. Díaz: Precioso escrito para un buen amigo y persona. D.E.P.

Esperanza Bautista Luis: Precioso escrito y merecido. Mi más sentido pésame a un ángel terrenal y ahora celestial.

Dulce Fariña Pérez: Que bonitas palabras amigo Paco muy emocionantes!!!!

Juan Ramon Hernández Trujillo: Muy bonitas palabras para una gran persona.

Petri Garcia Reyes: Qué bonito Paco como siempre me emocionas!!!!!!! José era una bellísima persona.

María Luz Martín Abrante: SIN PALABRAS, no se puede describir mejor.

Anónimo: “Yo también me sobrecogí con esta triste, tristísima noticia. También lo aprecio y respeto desde muy pequeña José ha estado en mi vida y siempre con una sonrisa ,un buen consejo, y un cariño para mí. Para poner un ejemplo de la huella que dejó en mí les voy a contar algo. Hace años, pasé una época muy mala, económicamente hablando, una mañana ,venia de dejar unos currículums y me sentía fatal. Jose de lejos me vio en la cara que algo iba mal, y discretamente me lo saco, mi pena era que estábamos en Navidad y yo no podía comprar los Reyes de mis hijos. Jose me tranquilizó y me animó como el buen amigo que era. Me dijo: A las buenas personas le pasan cosas buenas y tú eres buena niña. Lo que pasa es que has tenido mala suerte. Ya verás q tu hijos tendrán sus regalos, de alguna manera se arreglará. A los dos días tocaron en mi casa. Era José cargado de regalos para mis hijos el Día de Reyes pude ponerles regalos a mis hijos en el árbol. Ese era Jose, jamás podré olvidarlo.

Meyo Bautista: Ese era José. En casa de mi madre tocaba en Reyes, con una bolsa con chocolates cuando éramos pequeñas. Esas cosas no se olvidan. Lo más que recuerdo era su sonrisa. Cuando tenía la tienda en la calle Centella yo iba y pegaba a decirle que muñecas más feas tienes jaja para oírlo.... era una gran persona.

Montserrat Santos Luis: Dos años sin ti Jose. parece mentira. Pero tu Ave Maria los escuchan los ángeles como tú me decías. Se te extraña luchador. 


Aniita García González: Siempre en el recuerdo. Increíble, ya dos años.


Lali González: ¡¡¡Te fuiste tan pronto!!!! Dios te tenga junto a Él.


Carmen Jimenez Cabrera: Cuánto lo quería y lo echo de menos. Siempre lo llevaré en mi corazón. 


Rita Martín Rodríguez: La verdad Jose eras y serás dónde estés una gran persona. Nunca te olvidaré. 

© 2015
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Primera edición del texto: Julio de 2015



José Pérez, conocido popularmente como "José el cojo".
Foto: © Paco García 2004.