lunes, 30 de julio de 2018

La ermita de Santa Catalina.

El escrito de hoy ni siquiera estaba pensado. Ya saben que no me gusta mentir a mis lectores y mucho menos venir a presumir de una cultura de la que carezco totalmente. Pero ayer domingo por la tarde en las redes sociales hubo una concatenación de hechos en el muro de Ángel Arzola, uno de los hombres de la memoria villera, al publicar unas imágenes de su autoría y propiedad de la ermita de Santa Catalina del mes de ¿diciembre? (hay dudas de si es noviembre o diciembre) de 1986.
Allí empezamos a intercambiar opiniones, a las que se unió el amigo Desiderio González Palenzuela haciendo gala de su prolífica memoria y varias personas más y que al final entre unos y otros se gestó este escrito. Un escrito por otra parte atípico porque no es mío. Ni el texto ni las fotos son de mi producción. De estos escritos que, aunque cite las fuentes no son los que suelo realizar pues lo mío es la producción propia. Pero ya que tenía el texto pasado a Word y Ángel me dio permiso para publicar aquí sus fotos, y encima con el añadido de las palabras de Desiderio, era una pena no unir todos los ingredientes y hacer esta publicación. Aunque yo aquí esta vez no aporto nada y por una cronología histórica este escrito debería ser publicado en noviembre que es la festividad de dicha santa.
A las imágenes de este escrito hechas por Ángel también añado la imagen de un plano de las disposiciones de diferentes ermitas en el municipio donde se puede comprobar que sus disposiciones no fueron casuales, sino que se deben a delimitaciones geográficas de las divisiones urbanísticas de por aquel entonces.
Como guinda final a este escrito adjunto una fotografía, pues así las subió Ángel en la misma carpeta, una foto de Eugenio el marido de Anita y propietaria de esa venta hoy reconvertida en un establecimiento de venta de vino según información de la señora Isabel Hernández
La Piedad-Santa Catalina.
“En el límite del barrio de El Farrobo y por ende, del primitivo núcleo poblacional de La Orotava, el sector de La Piedad se erige sin lugar a dudas, en uno de los enclaves históricos más importantes del municipio. Calvario del núcleo fundacional por el sur, sobre su inclinada topografía tenía lugar la entrada de la acequia de agua que desde los manantiales de Aguamansa conducía el líquido elemento hasta el lugar de población, a través del camino de La Sierra. Así mismo, La Piedad supone la encrucijada de caminos de acceso a La Orotava desde el sur y desde el este, con el mencionado camino de La Sierra y del Sauce en el primer caso, ancestrales vías de comunicación con las tierras altas y con los pueblos del sur de Tenerife, y con el camino de los Guanches en el segundo, antiguo camino utilizado ya por los aborígenes para comunicarse con otros menceyatos o comarcas del norte de la isla. Sobre este interesante contexto histórico, La Piedad muestra aun bienes patrimoniales de sumo interés como el propio camino de La Sierra, que conserva parcialmente su artesanal pavimento empedrado y su delimitación por medio de muros de piedra. A esta relación de elementos o referentes culturales, hay que añadir edificaciones como la antigua ermita de Santa Catalina, construida en el siglo XVI y en la que destaca su portada pétrea, algunos ejemplares arquitectónicos de signo tradicional presentes en la zona, dos molinos productores de gofio, uno de ellos aun en producción, y la propia ermita de La Piedad, construida en 1930 sobre los restos de un antiguo Calvario. En torno al vecino sector de la Cruz Verde, pueden contemplarse de nuevo muestras arquitectónicas de interés como la monumental hacienda homónima, o el callejón de acceso a la misma, que desde la ermita de Santa Catalina conecta ambos núcleos…
La advocación de esta ermita se debe a que Santa Catalina es la patrona de los trapiches, base productora del azúcar; es decir, del primer producto agrícola al que se dedicaron los campos orotavenses. También es patrona de los caminos. En este sentido, su ubicación se sitúa en el arranque del camino de La Sierra, uno de los principales caminos que conducían al sur de la isla, y también próxima al inicuo del camino de El Sauce, otra antigua vía de comunicación con las tierras altas y con los pagos del sur de Tenerife. Fue construida en las décadas centrales del siglo XVI, (1553) por el capitán y regidor Antonio de Franchy y Luzardo y su esposa, Inés López Doya. Su construcción presenta un desarrollo longitudinal en una sola nave rematada por una capilla mayor.
Extraído del libro “Guía del patrimonio vegetal de La Orotava”.
Editado por el ayuntamiento de La Orotava. Año 2008.
Textos: A. Sebastián Hernández Gutiérrez, Pablo Domingo Torres Ramos.
Dibujos y fotografía digital: Diego Dacio Hernández Luis.

A todo este fragmento de carácter histórico añado las palabras del amigo Desiderio:
“Cuantos recuerdos me traen estas fotografías. La festividad es en noviembre. En los años sucesivos de 1987 y 1988 también e hicieron grandes fiestas solo en honor a Santa Catalina, aunque también salía en procesión San Lázaro y Santo Domingo. En esos tres años la procesión se hizo el cuarto domingo de noviembre, ya que si el día 25 caía entre semana, solo se celebra la Eucaristía en la Ermita. El lunes después de la procesión era la misa por los difuntos del barrio. Son los recuerdos de mi niñez que no se olvidan.
Las verbenas se hacían en la calle Antonio Lugo y las orquestas eran la Montecarlo y los River. Recuerdo que en 1988 vinieron también los Rocker de Garachico. Recuerdo también las sortijas en bicicleta en mi calle Francisco Dorta y los juegos infantiles en la calle Agustín Hernández. Cuantos recuerdos y añoranzas.
En 1989 dejaron de celebrarse las fiestas ya que comenzaron las obras de la plaza y el asfaltado de todas las calles y caminos. El domingo 16 de septiembre de 1990 se inauguran las obras de la plaza y salen de forma conjunta Santa Catalina y La Piedad.”
La ermita de Santa Catalina, un patrimonio histórico de primer orden, que necesita una urgente restauración tanto de la edificación como de los bienes que se encuentran en su interior. Las imágenes de Santo Domingo de Guzmán, San Lázaro y Santa Catalina de Alejandría necesitan una intervención urgente por personas expertas en el mundo de la restauración.
En 1991 procesiona en Noviembre junto a las imágenes de Santo Domingo de Guzmán y San Lázaro. Dicha procesión sube todo el Camino el Sauce hasta la altura de la Capilla de la Cruz. Sube hasta ese lugar porque el camino estaba recién asfaltado y quisieron inaugurarlo de esa forma tan peculiar. En Noviembre de 1994, procesiona sólo Santa Catalina por las calles del barrio. En el año 2009, sale al pórtico de la ermita con motivo de los 400 años de su construcción. En Mayo del año 2013; sale a la plaza para recibir a Nuestra Señora del Carmen en conmemoración por el 25 Aniversario de su Coronación Canónica.
La fiesta de Santa Catalina no siempre se celebró en Noviembre. He encontrado documentación en el Archivo municipal que en torno a los años 40 del siglo pasado Santa Catalina se celebraba junto con San Antonio Abad el tercer Domingo de Enero. En esa fiesta cuentan los mayores que se hacía feria y exposición de ganado. Esta fiesta entro en declive cuando comenzó la fiesta de San Antonio Abad en la Florida en torno al año 1954.
También habría que tener un recuerdo y homenaje a muchos vecinos del barrio que han contribuido con sus donativos y trabajo altruista y generoso al mantenimiento de la ermita y su festividad. Ya que siempre todos los años se ha celebrado la Eucaristía cada 25 de Noviembre. Y yo recuerdo que por lo menos hasta 1995 se decía Misa 2 sábados al mes, alternando con la Ermita de la Piedad, pudiendo así los vecinos de la zona cumplir cada semana con el precepto dominical.
Entre los nombres de los vecinos me vienen a la mente varios de ellos tales como Don Clesencio y Doña María que custodiaban las llaves de la ermita. Carlos, Lucía, Máximo, Nieves, Jesús, Corina y Pancho.
También resaltar de manera especial la labor de Ana María y de mi querido amigo Gustavo Cruz Hernández, que ha luchado muchísimo en todos estos últimos años para que la festividad de Santa Catalina no deje de realizarse.
Tengo grandes recuerdos es la ermita de mi barrio. Ojalá estás humildes y sencillas líneas sirvan para tomar conciencia de su restauración. Pues ahora mismo es lo más urgente."


El señor Fidel Álvarez Escobar añade estas palabras: “La Ermita pertenecía a la finca de la Cruz Verde y era privada para oír misa su dueño que era don José del Campo.”

La señora Isabel Hernández añade igualmente esto: “No sé si es privada o no. Solo sé que la abren por el día de Santa Catalina, el 25 de noviembre, y dicen una misa. Antiguamente también solían sacar la imagen por las fiestas de la Piedad. Ahora no lo sé.  No procesionaba con la Piedad, solo la sacaban a la puerta de la ermita.” 
Y esto querido lector/a es un aporte más para seguir conociendo la historia de nuestro pueblo.
Agradecer a Ángel Arzola la enorme amabilidad y deferencia de dejarme publicar sus fotos y como siempre pues felicitar a Desiderio por esa memoria suya tan estructurada que hace que sea una fuente inagotable de conocimiento.
Si alguien tiene más información de la ermita y sus alrededores pues dejen su comentario, correo electrónico, etc en las redes sociales de Ángel y/o las propias de este blog.
Un saludo.


Fotos propiedad de Ángel Arzola:

Interior de la ermita de Santa Catalina.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Exterior de la ermita de Santa Catalina en la actualidad.

Imagen de Santa Catalina.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Imagen de Santo Domingo de Guzmán.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Imagen de San Roque.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Capilla central con la imagen del Crucificado.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Altar de la ermita de Santa Catalina.
Foto: Ángel Arzola (1986).

Plano de la disposición de las construcciones de las capillas que delimitaban los núcleos urbanos
de la Villa en aquella época. Ningún sitio estaba elegido al azar.
Imagen extraída del libro "Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de la Villa de La Orotava".
Editado por el Ayuntamiento de La Orotava (2009).



Eugenio esposo de Anita en la venta que ambos regentaban.
Foto: Ángel Arzola (1986).