lunes, 25 de febrero de 2019

Francisco de Montaño el ¿primer? castellano que subió al Teide.

Hoy traigo al blog a un personaje que ni es villero y que poco vivió o aportó a nuestro municipio. Pero que sí hizo una pequeña gesta en La Orotava que luego le valió para otras grandes gestas en México.
El 1 de febrero de este año se cumple el 5º Centenario del inicio de la conquista de México por parte de Hernán Cortés. Actualmente estoy leyendo un libro titulado “Hernán Cortés. Historia oculta de la conquista de América” escrito por Ricardo Coarasa. Hace años leí una biografía, posiblemente la mejor hasta la fecha, titulada “Hernán Cortés, inventor de México” escrita por Juan Miralles sobre el conquistador del país azteca. Y yo recordaba que en esta biografía se hace referencia a Francisco de Montaño y su ascensión al Teide. Así que me busqué el libro en mi biblioteca y extraje la información para este escrito junto a algunas paginas de Internet. Y mis estimados lectores podrán decir ¿y qué sigue esto teniendo que ver con La Orotava? Pues sinceramente nada. Cuando se inicia la conquista de México ya La Orotava llevaba encaminada trece años de historia. Es más antiguo nuestro municipio que el México moderno. Pero el Teide está en territorio villero, aunque a algunos les pese. Puede ser que los chicharreros me lo discutan o quizás más de diez y cien villeros que les encanta lo chicharrero. No es mi caso. Un villero solo tiene un pueblo.

Es verdad que todo este tema de Hernán Cortés tiene muchos claroscuros. Obviamente si nos vamos a autores, sobre todo anglosajones y franceses, junto con alguno cenizo patrio, pues aquello que se llamo la Leyenda negra contra España pues dio, y aún perduran, sus frutos. Ya se sabe, de tanto repetir una mentira se convierte en verdad. A lo que se ha unido estos últimos años una especie de pro indigenismo como si fuéramos los españolea actuales los que conquistamos América. Oiga póngase usted en la tesitura de aquella época donde se buscaba el honor, la gloria y el oro. Hoy se busca información y petróleo. Mañana a saber qué será. Gira el mundo gira en su espacio infinito mientras los poderosos en la sombra han movido a las sociedades como marionetas a través de la historia. Parece que todo cambia, pero nada cambia. Y si somos un poco asépticos no hace falta ser muy listos comprobar que, de las tres potencias coloniales de las época moderna y contemporánea, España, Gran Bretaña y Francia, estos dos últimos colonizaron a sangre y fuego con brutales sistemas esclavistas y raciales y aun peor descolonizaron tras la Segunda Guerra Mundial. Que eso no exime que entre los españoles no hubiera verdaderos canallas. Pero se olvida que Cortés no tenía ni 1.000 soldados, y eso que se le unieron los de Pánfilo Narváez, para una empresa de esta envergadura, Carlos V tampoco le puso mucho asunto a este tema, y que si triunfó fue gracias a los miles de indios que se le unieron porque estaban oprimidos por el poder de los mexicas. Unos señores que sacrificaban miles de personas al año para rendir culto de sangre a sus dioses y practicar el canibalismo. Subían a los enemigos a la piedra del sacrificio, les extraían el corazón vivo y luego lo lanzaban gradas abajo donde los descuartizaban por piezas. Cortes y sus soldados eran hombres del Renacimiento y aquello según cuentan todas las crónicas, literalmente los espantó. Y se logró tumbar a una de los imperios de mayor poderío de la América precolombina. Y de esa unión de culturas y sincretismo religioso nace el México de hoy. Pero bueno, no es este escrito para relatar lo sucedido en la conquista de América pues yo no soy historiador.

Pero conozcamos un poco quién era Francisco Montaño:

Nació en 1499 en Ciudad Rodrigo, Corona de Castilla.

Hijo de Francisco Montaño y Elvira López. Se casó con Leonor Pérez. Tuvo 9 hijos y 2 hijas: De los cuales se conocen a Baltazar Montaño Pérez; Catalina Montaño Pérez; Diego Montaño Pérez y Alférez Alonso Montaño Pérez.

Fuente:



Aposentado en Cuba, en 1518 tomó parte en la expedición de Grijalva a las costas del Yucatán mexicanas y posteriormente se unió a la hueste de Pánfilo de Narváez hacia México para detener a Cortés. Participó en el sitio de Tenochtitlán junto a Pedro de Alvarado y fue uno de los primeros en subir al famoso templo mayor, en junio de 1520, donde fue herido en la cara. Luchó bravamente en la batalla de Otumba y volvió a ser herido.

Acompañó a Cortés a Coyocán y ante la necesidad de fabricar pólvora para los cañones y culebrinas dirigió una peligrosa y difícil ascensión al cráter del volcán Popocatépetl (5.253 m) para extraer azufre. Estuvo también en las expediciones de conquista, de Michoacán, Tututepeque y Honduras a las órdenes de Cristóbal Olid. Recibió varias encomiendas, algunas de las cuales fueron confiscadas, por lo que mantuvo varios pleitos para recuperarlas. En 1540 se le concedió escudo de armas por sus méritos durante la conquista.

Murió en fecha incierta posterior a 1576.



Quién es quién de los conquistadores, Barcelona, Salvat Editores, 2001; J. M.ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa




Según lo escrito por Juan Miralles en la biografía antes citada escribe lo siguiente:

“… los exploradores pronto estuvieron de regreso, trayéndole muestras de oro y la noticia de que habían llegado hasta las playas del mar del sur, del cual, conforme a la práctica establecida, tomaron posesión con todas las formalidades de rigor, plantando cruces en las costas. Pero para ponerse en marcha e iniciar las nuevas campañas se topaba con el inconveniente de la falta de pólvora. No es que esta fuese indispensable, como lo habían demostrado Otumba y la campaña de Tepeaca, que se ganaron sin disparar un tiro, pero de todas formas Cortés consideró que el estampido de la pólvora sería de gran utilidad, como factor psicológico, en las nuevas tierras en que incursionarían. Estaba seguro de que habría azufre en el cráter del Popocatépetl, y como Ordaz, el escalador inicial, estaba en España, comenzó a buscar voluntarios para la ascensión, hasta dar con Francisco Montaño (el mismo que clavó la bandera en lo alto del templo Tlatelolco), que tenía atrás su experiencia de haber subido al Teide en Tenerife, asomándose a su cráter.

…llegaron al cráter (refiriéndose al Popocatépetl) allí echaron suertes sobre a quién le correspondería descender el primero. Le tocó a Montaño, le ataron una cuerda bajo los brazos y lo bajaron. Comenzó a llenar canastos, que inmediatamente eran izados, y así continuó hasta ser relevado por otro compañero.”

Imaginen lo que tuvo que ser descender al cráter del Popocatépetl para llenar canastos de azufre con el calor y gases que debía emitir. Con el frio que debieron pasar en la ascensión, hubo un herido, y demás azares de esta misión. Como siempre digo todo esto hay que leerlo con la debida prudencia pues los cronistas pueden tender a magnificar al personaje dándole tintes de heroísmo.



En 1522 le siguieron cuatro españoles más al mando de Francisco de Montaño, el héroe del Popocatépetl, (Historia de la Conquista, Francisco Cervantes de Salazar). Participó en las expediciones de Michoacán, Pánuco y las Hibueras, y recibió encomiendas en el obispado de Tlaxcala —que luego Cortés le quitó “sin causa alguna”, y también sin remuneración alguna.

Fuente:


Extenderme más en el personaje creo que es inicuo. Ya que yo no tengo la preparación académica para llegar al meollo de la cuestión. Personalmente creo que la conquista de México es una historia que debe ser leída. Siempre con la mente abierta y extrapolándonos a la época en la que sucedió. No podemos leer una crónica de 1519 con la mentalidad de este 2019. Pero sí quería traer la figura de Francisco de Montaño. Verán que en el titulo puse entre interrogaciones lo del ¿primer? castellano que subió al Teide. Lo puse entre interrogantes pues ignoro si antes que él hubo otros que lo hicieron. Ya saben que para los guanches el lugar era zona sagrada y según cuentan algunos cronistas del Medievo en Adeje se situó la última encomienda templaria. Por lo tanto, no podemos aventurar si antes de Montaño otros castellanos, europeos, o los propios aborígenes ascendieron al Teide.

No quiero finalizar este escrito sino enviando un fuerte saludo a México, donde tanto seguimiento tiene este blog. Creo que México es un país muy interesante de visitar. Ha sido un país nacido de padre europeo y madre azteca, así la belleza de sus mujeres, que hizo una unión folclórica, religiosa, social que lo ha conformado a lo largo de estos cinco siglos en un lugar de un país con muchos misterios que desvelar. No solo ese México de sol y playas. Tampoco el México que muchas veces sale en las noticias con sucesos escabrosos. No el bullicio de Ciudad de México. Sino luego el otro México. El México del folclore, música, tradición y de las huellas aztecas. El de los nahuales y las leyendas. Incluso el del fenómeno OVNI. El México de Moctezuma y el que creó Cortés. Creo que cuando acabe de leer el libro de Ricardo Coarasa voy a leerme de nuevo “El misterio de la Virgen de Guadalupe” de J.J. Benítez. Para volver a acompañar a Juan Diego y todo lo sucedido con su encuentro con la virgen de Guadalupe.

Saludos para las tierras mexicanas.

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Esta imagen no es de Francisco de Montaño.
No he localizado ninguna imagen del personaje por lo que busqué en Pinterest alguna que fuera
concordante con la época en cuestión y el personaje.
Esta imagen pertenece a www.samcullum.com