lunes, 18 de mayo de 2020

Don Felipe Machado y Benítez de Lugo. Un hombre y un nombre para la historia villera.

Hace unos días terminé de leer el libro escrito por el amigo José Rodríguez Maza titulado “Felipe Machado. Alfombrista y diletante”. La verdad que lo leí con sumo gusto pues pese a ser un libro no muy extenso es muy rico en detalles y anécdotas sobre la figura del primer gran alfombrista que tuvo La Orotava.
Obviamente no voy a desentrañar dicho ensayo. Al contrario, recomiendo su lectura. El privilegio que tenemos en La Orotava es que pueden acudir a ese templo de la cultura como es la librería El Viajante donde el propio José los atenderá amablemente. Y que te venda el libro la misma persona que lo ha escrito eso es maravilloso. Una vez más quiero agradecer a José el detallazo que tuvo hace unos meses de regalarme su libro, escrito junto a Nicolás González Lemus, sobre Diego Ponte del Castillo, del que ya dediqué un escrito El inquebrantable amor de una madre, más este sobre la figura de don Felipe Machado. Yo más que escritor soy lector. Pero si la lectura me es interesante y creo que va a suponer enriquecer el blog es seguro que traeré a colación el tema. ¡Que cunda el ejemplo de Jose!

Don Felipe Machado y Benítez de Lugo.
Insigne villero que dio gran gloria y honor a la Villa de La Orotava.

Ya entrando en el personaje protagonista de este escrito les voy a confesar una cosa. Yo tengo muchas carencias culturales sobre La Orotava y como tal lo admito. Yo no soy historiador. Bien sea en Geografía e Historia o bien en Historia del Arte. Por lo tanto, no puedo rubricar ningún escrito bajo esas titulaciones. Tampoco soy periodista. Por lo tanto, no puedo tampoco signar como tal. Simplemente soy un contador de batallitas y anécdotas personales. No más. Y en esa enorme carencia cultural que tengo yo prácticamente no entiendo nada de las Alfombras de La Orotava. Tengo un conocimiento muy generalista y superficial del tema. Sumergirme en las páginas de este ensayo sobre la vida de don Felipe me hace descubrir a un personaje fascinante. Un hombre de un extenso intelecto como hoy en día hubieran afirmado de él los entendidos en la materia intrínseca de la mente humana una persona superdotada con un coeficiente intelectual por encima de la media. Pionero en la forma de hacer negocios. Inversor y prestamista cuando aquí no existían los bancos, sabiendo dónde estaba el beneficio. Experto en logística y agricultura. Hombre culto que se movió desde el mundo militar hasta el mundo de la política, fue el primer vicepresidente del cabildo de Tenerife, pasando entre medio por muchas facetas como el dibujo o la música. Y sobre todo por ser un hombre que revolucionó el arte floral de las Alfombras de La Orotava. Podríamos decir por su forma de actuar y confeccionar sus obras florales que tenía una prodigiosa memoria espacial. Una especie de pensamiento en 3D de sus proyectos alfombrísticos que no eran propios, ni hoy ni ayer, de un hombre que incluso a tan avanzada edad seguía al pie del cañón en tan magna tarea. Obviamente en esa característica tan propia de la condición humana tuvo sus detractores como otro ilustre de la Villa como fue el gran José María Perdigón que lo consideró ateo pues don Felipe no solía utilizar imágenes de santos o fuerte presencia de iconografía religiosa.

Conocía de forma somera la figura de este insigne villero. Pero ahora con más datos, siempre rigurosos como todo lo que escribe José, uno comprende y valora más la figura de don Felipe Machado. “Solo la muerte me impedirá no hacer mis alfombras.” afirmaba constantemente. Y así fue. Solo la Parca se interpuso en su camino para dejar de realizar sus tapices.

Sí me he dado cuenta, no solo con esta lectura sino con muchísimas más, de algo que algunas veces ya he remarcado en este blog. Me da la sensación de esas generaciones nacidas entre la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX fueron, y aun son, muy prolíficas para La Orotava. Allá donde les correspondiera estar indistintamente de su estatus social y económico. Podría estar equivocado, seguramente sí, y que a día de hoy haya muchísimos villeros/as igualmente prolíficos para mayor honra y honor propia y de La Orotava. Tal vez en estos malos tiempos donde hemos pasado de la Cultura a la “Kultura” ya todo quede subyugado por la mediocridad imperante. No lo sé. Pero encontrar hoy en día hombres de la talla de don Felipe Machado se me hace misión difícil de encauzar. Tal vez esa sea la magia del personaje. Que fue un hombre que nació en el tiempo que debía nacer. Un tiempo para cada cosa y una cosa para cada tiempo. 

"Felipe Machado. Alfombrista y diletante.
Ensayo del villero José Rodríguez Maza que tuvo a bien
regalarme el día de mi onomástica.

Nuevamente recomiendo la lectura del libro escrito por José Rodrigez Maza pues ahonda en el personaje de manera contrastada. Quiero cerrar el articulo con unas palabras plasmadas en la página 35 del libro que dicen: “Era el día 26 de junio de 1919, y el Santísimo pisaba por primera vez una alfombra de flores en el incomparable marco de la plaza del Ayuntamiento. Ese día, con las calles hechas flor y la plaza hecha arte, La Orotava vivió uno de los momentos más inolvidables de su larga y apasionante historia.”

Esperemos que la historia no sea ingrata y opino que ya que el año pasado a la plaza del Ayuntamiento no se la rotuló con el nombre de este insigne villero se haga por el centenario de su fallecimiento. Cierto que tiene una calle en La Orotava pero debería tener el nombre en dicha plaza porque fue don Felipe quien dio con su idea un gesto más de identidad a nuestro municipio. A mí que tenga una calle sinceramente no me interesa cuando debería tener el nombre de la plaza donde él desarrolló su magna obra. Pero esta aseveración, como todo lo que yo escribo, es opinión personal de servidor.

Desgraciadamente este año no tenemos alfombras ni fiestas debido al Covid 19 y los numerosos daños colaterales que ha conllevado. Y creo que esta tónica seguirá durante meses. Pese a que con ello se han suspendido muchos actos de eso que yo defino como ADN villero ahora lo más importante es romper esa cadena de contagio y evitar repuntes. Pero ya hemos pasado otras pandemias y otras suspensiones, esta es la tercera como bien relató en el diario de avisos jose Las alfombras de la Orotava y sus tres suspensiones a lo largo de la historia, y siempre hemos vuelto porque la historia y tradiciones de un pueblo se pueden parar por el bien común de todos, pero nunca desaparecer por el mismo bien común. Porque aquella obra floral de arte efímero iniciada por Leonor del Castillo y Monteverde y que a lo largo de la historia han ido soldándose eslabones de continuidad en forma de alfombristas como don Felipe no puede ni debe parar. La Orotava en el 2021 volverá a oler a flores, si es que alguna vez a perdido su fragancia y a brezo tostado. Por todos los que nos precedieron y por la herencia antropología y cultural que debemos velar y ser garantes para legarla a nuestros jóvenes y a los villeros/as que aun ni han nacido. Ese es el valor de los pueblos fuertes y orgullosos de su historia, sus gentes y toda la cosmogonía que los define como así muy bien lo encarnó don Felipe Machado y Benítez de Lugo.

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Primera edición del texto: Mayo de 2020.