Aún resuenan los ecos de estas
Fiestas del año 2020 que ni fueron fiestas ni fueron nada. Simple y llanamente porque
no existieron por culpa del Covid 19. El que con pandemia o sin ella siempre
anda difundiendo sus extensos conocimientos villeros es el amigo José Rodríguez Maza. Hace unos días nuevamente me sorprendía dando a conocer un bonito artículo
sobre las Fiestas de San Isidro del año 1855 realizado por el periódico El Eco
del Comercio.
Este medio impreso fue la
continuación de la publicación "El Comercio". Constituyó uno de los
periódicos de más larga vida en Canarias, y lo dirigieron, en sus distintas
épocas, José Desiré Dugour, Rafael Calzadilla, José B. Lentini, Ildefonso
Llorente y Fernández y Miguel Villalva Hervás. Cesó de publicarse por orden
gubernativa en octubre de 1869, sucediéndole la Voz del Teide.
Se publicaba ocho veces al mes pudiéndose
subscribir en la imprenta de dicho periódico, en las Administraciones de
Correos de la Provincia, en La Habana casa de D. Manuel Cabezola calle de O´Beilly
num. 36 y en Matanzas en la de D. Domingo Hernández Valladares. Suscripciones ¿3
céntimos al mes? Lo del precio de la suscripción lo pongo en interrogante porque
no estoy seguro. Provincia, E. Peninsular, Ultramar y Extranjero ¿20 céntimos?
por trimestre. Por tanto, era un periódico de tirada mundial mediante
subscripción pues en el contexto histórico de la época se anunciaba como periódico
provincial, nacional, ultramar (colonias) y extranjero.
No debemos confundir este
periódico con otro que existió por la misma época con igual nombre que se imprimía
en Madrid.
Hago esta breve introducción y
doy paso a la lectura integra de este gran artículo de hace 165 años del que
por desgracia no ha trascendido su autor.
Fiesta Agrícola de la Villa de La Orotava.
Aniversario de San
Isidro Labrador.
La Villa de La Orotava, esa
población eminentemente agrícola, que ostenta en anfiteatro sus blancas y
apiñadas casas y sus heráldicos blasones en medio del florido valle, cuyo nombre lleva; la Villa de La Orotava, esa
reina del antiguo imperio de Bencomo el Grande situada en uno de los puntos más
pintorescos y deliciosos del mundo según la feliz expresión del sabio
naturalista Humboldt, domina el anchuroso valle de Taoro, y preside a los destinos
de una de las comarcas más privilegiadas del cielo, por la riqueza de su
vegetación, la dulzura de su clima, la pureza de su ambiente y la frescura de
sus montañas. Preciso era, que un pueblo esencialmente agrícola, como ya hemos
dicho, se instituyese bajo la advocación del Sto. Protector de la agricultura,
una fiesta anual, que, al par que recordase con una sencillez patriarcal las
antiguas costumbres de nuestros padres, rindiese un testimonio de gratitud al
Todopoderoso por los beneficios que nos envía y honrase por medio de los
labradores a la Agricultura, esa noble y
primitiva ocupación del hombre, fuente y origen de todas las prosperidades públicas.
Aunque el día
aniversario de San Isidro labrador corresponde al 15 de Mayo, se traslada en La
Orotava su celebración a la Pascua de Pentecostés, para que toda la población
campestre del Valle, pueda concurrir con holgura a los festejos que el
vecindario prepara.
Bajo la grata
impresión que nos ha causado la celebración de esta fiesta pastoril y agrícola,
vamos a describir sencillamente todos sus incidentes, y no dudamos que nuestros
lectores nos lo agradecerán, porque además de presentarles un vivo cuadro de
costumbres patriarcales, es un tributo que nuestro agradecimiento debe rendir a
la franca y cordial hospitalidad de los moradores de la Villa de La Orotava.
Desde el
amanecer del Domingo 27 de Mayo, apareció todo el transito que hay desde la
Ermita del Calvario hasta el Ex–convento de San Agustín, rodeado de una vistosa
calle de mástiles perfectamente uniformes y alineados, adornados con palmas y
banderolas, y enlazados entre sí por magnificas guirnaldas de flores. De estas
pendían multitud de faroles chinescos, cuyos bien casados colores formaron por
la noche una graciosa iluminación que se prolongaba por la carrera como una
gigantesca serpiente de fuego. El efecto de esa profusión de luces era
verdaderamente mágico.
En los dos
extremos de la gran calle formada por esta estacada de blancos y vistosos
mástiles, se alzaban imponentes dos magníficos arcos triunfales, el uno formado
por flores y hojarasca, y el otro de bastidores pintados en cuyos tableros y
frontones se leían poesías alusivas a la circunstancia.
Desde la tarde
del día 27 comenzó a fluir la concurrencia al lugar de la fiesta, presentándose
las lindas hijas de La Orotava a lucir en el paseo sus gracias y elegancia.
Allí vimos, atraídos por la novedad de los festejos, además de los moradores de
las poblaciones circunvecinas, muchas personas de la Ciudad de la Laguna, de
esta capital, y aun de la vecina isla de Canaria. Hallábase ya preparado un
globo de elegantes forma, para que al lanzarlo a la atmosfera, fuese como la
señal de que ya iban a darse principio a la serie de festejos con que La
Orotava nos brindaba. Poco después gozamos de un espectáculo nuevo para
nosotros. Queremos hablar de la lucha o riña de los carneros. Entre los
esforzados combatientes de esta especie, tan mansa sin embargo, notamos a uno
de blancas vedijas, corto de talla y de astas, pero gordo, bien hecho y de ojos
vivos y lucientes. Húboselas primero con un antagonista de negro vellón, talla
alzada y al parecer de fuerzas superiores; empero a las tres topadas huyo
balando el negro campeón. Siguió el de la blanca guedeja, despachando a gusto a
tres ó cuatro adversarios más, hasta que dueño del campo, pudo pasear
triunfante sus miradas sobre el ganado vencido.
Llegó por fin
la noche y comenzaron los fuegos artificiales a describir en los aires sus
encendidas espirales. Cohetes, soles, luces de Bengala, combinaciones
fantásticas del arte pirotécnico giraron y estallaron durante dos horas a la
vista de la gozosa multitud que admiraba los magníficos colores del arco-iris
en las variadas piezas que se quemaron.
A las 10 de la
mañana del siguiente día salió en procesión el Santo desde la Ermita en que se
halla depositado hasta el tempo de San Agustín. En este acto se llevó el orden
siguiente: Abrían la marcha las yuntas de bueyes engalanadas con cintas y
flores y conducidas cada una por un labrador a quién había caído en suerte en años
anteriores: Seguía luego una multitud de labradores de los campos circunvecinos
en trajes de fiesta, y llevando alegremente en la mano sus aijadas adornadas
también de flores. En seguida aparecían muchos niños de las personas más
notables de la población, vestidos de pastores y otros trajes análogos al
objeto, los cuales iban alfombrando el piso con flores deshojadas: últimamente,
seguía el clero con las santas efigies, cerrando la marcha una compañía del
Provincial de La Orotava y un inmenso y lucido concurso.
Al llegar a la
iglesia de San Agustín comenzó la función religiosa, en la que se cantó una
misa solemne a toda orquesta, dirigiendo esta ultima el Sr. D. Lorenzo Machado,
y pronunció el panegírico del Santo, el Canónigo de la Santa iglesia catedral
de Canaria D. Antonio Botella. Concluido el acto religioso, retornó la
procesión por el mismo orden a concluir la Santa Imagen a la Ermita.
Olvidásemos decir que iban también en esta procesión la yunta de bueyes que
había de rifarse a la tarde entre doce labradores pobres de la jurisdicción y
una corderita lindísima, blanca como la leche y adornada de lazos encarnados,
que también debía adjudicarse en suerte a uno de los niños que esparcían flores
delante del Santo.
A las cinco de
la tarde del mismo día, salieron del Ex–convento de Santo Domingo y recorrieron
las principales calles de la Villa hasta llegar al sitio de la fiesta, dos
carros ricamente adornados; en una iba el dios Baco, representado por un niño
de D. Juan Lugo, y dos pequeños sátiros, perfectamente vestidos; en el otro se
veía a Júpiter tonante rodeado de las cuatro Estaciones. Representaban a estos
personajes mitológicos los niños siguientes:
Júpiter un
niño de D. Antonio Lugo y Viña.
El Otoño una
niña de D, Ventura Frías.
El Invierno
una niña de D. José de Zárate.
El Estío otra
niña de D. José Llarena.
La Primavera
otra niña de D. José Llarena.
Estos niños
cuyos trajes y ademanes estaban en perfecta consonancia con las deidades que
representaban, recitaron con suma gracia, y en medio de los aplausos y vivas de
los concurrentes, unos versos compuestos al intento por nuestro entendido amigo
D. Rafael Martin Neda y que insertamos a continuación.
Baco:
En torno mío siéntanse
sonar las risas báquicas
y llega hasta su cumulo
la dicha y el placer:
De rosas y de pámpanos
adórnense mis sátiros,
y de la vid el bálsamo
nos brinde su poder.
Bien antes, vuestros címbalos
en acordada música,En torno mío siéntanse
sonar las risas báquicas
y llega hasta su cumulo
la dicha y el placer:
De rosas y de pámpanos
adórnense mis sátiros,
y de la vid el bálsamo
nos brinde su poder.
Bien antes, vuestros címbalos
con júbilo frenético,
escuche resonar,
ante mi cetro rustico
en frente doblan súbitos
los pueblos, y solícitos
tras de mi carro van.
Desde la zona tórrida
escuche resonar,
ante mi cetro rustico
en frente doblan súbitos
los pueblos, y solícitos
tras de mi carro van.
Desde la zona tórrida
a los tendidos trópicos;
del Atlántico al índico
se acate mi poder.
Dorados frutos óptimos
del Atlántico al índico
se acate mi poder.
Dorados frutos óptimos
me brinden con su liquido
y lleven a mi espíritu
la gloria y el placer.
Corra el licor sabroso
y lleven a mi espíritu
la gloria y el placer.
Corra el licor sabroso
en las lozanas vides,
y el pámpano frondoso
coronas nos dará.
¡Otoño! Tras su sueño;
y el pámpano frondoso
coronas nos dará.
¡Otoño! Tras su sueño;
no turbes mi contento,
y bríndale a mi aliento
tu vino celestial.
y bríndale a mi aliento
tu vino celestial.
Otoño:
No a mí la culpa acriminesde atroz desventura tanta,
no a mí que derramo en torno
mis tesoros inmensos y mis galas.
Yo quise del labrador
premiar su trabajo y ansias,
y envié sobre la tierra
fecundas lluvias y sonantes auras.
Con mi aliento, nueva vida
y envié sobre la tierra
fecundas lluvias y sonantes auras.
Con mi aliento, nueva vida
de la existencia agostada
por Estío de las flores
quise inundar, mas esperanza vana.
Seco el aliento vital
por Estío de las flores
quise inundar, mas esperanza vana.
Seco el aliento vital
que fecundiza las plantas,
por los destellos que el sol
desde los Cielos refulgente lanza.
Mi empeño ardiente no pudo
por los destellos que el sol
desde los Cielos refulgente lanza.
Mi empeño ardiente no pudo
dar la vida que faltaba
de las flores; ni dorar
los gratos frutos que las vides cargan.
de las flores; ni dorar
los gratos frutos que las vides cargan.
Estío
Calle tu lengua torpe: el labio mío
te dejará burlado. Sin mi aliento,
sin mi grato calor y poderío
¿Qué fuera de los demás?
Si yo negara la dorada esfera
esos rayos que adornan mi corona
si yo la vida y el placer no diera
la pompa y majestad.
Yo soy quien vierto con mi luz y sombra
la dicha y el placer; yo con mis risas
cubro los prados de florida alfombra
y engalano el jardín.
Yo fecundizo la dorada espiga;
yo doy al árbol sazonado fruto,
y yo premio el sudor y la fatiga
del labrador feliz.
Mirad a mis vasallos placenteros
que trabajan y cantan y alborozan;
en los valles mirad, y en los olivos
¡todo es dicha y placer!
Y se visten de ramas las colinas,
sueltan sus aguas las sonoras fuentes,
y vienen las pintadas golondrinas
a saludar mi prez.
¡Todo es júbilo y dicha en mi reinado!
el mundo se despierta estremecido
y bebe mis perfumes embriagado
en la copa de amor.
El canto universal mi regia pompa,
mi noble alcurnia y poder lo aclama....
Dejad, dejad qué sus destellos rompan
el majestuoso Sol.
Céfiros susurrantes de este Valle,
pájaros que cantáis entre sus bosques
armonía infinita, haced que calle
tan torpe acusación.
Mirad la Primavera el veneno
esparce entre las flores que germina,
no yo que los tesoros de mi seno
derramo en profusión.
te dejará burlado. Sin mi aliento,
sin mi grato calor y poderío
¿Qué fuera de los demás?
Si yo negara la dorada esfera
esos rayos que adornan mi corona
si yo la vida y el placer no diera
la pompa y majestad.
Yo soy quien vierto con mi luz y sombra
la dicha y el placer; yo con mis risas
cubro los prados de florida alfombra
y engalano el jardín.
Yo fecundizo la dorada espiga;
yo doy al árbol sazonado fruto,
y yo premio el sudor y la fatiga
del labrador feliz.
Mirad a mis vasallos placenteros
que trabajan y cantan y alborozan;
en los valles mirad, y en los olivos
¡todo es dicha y placer!
Y se visten de ramas las colinas,
sueltan sus aguas las sonoras fuentes,
y vienen las pintadas golondrinas
a saludar mi prez.
¡Todo es júbilo y dicha en mi reinado!
el mundo se despierta estremecido
y bebe mis perfumes embriagado
en la copa de amor.
El canto universal mi regia pompa,
mi noble alcurnia y poder lo aclama....
Dejad, dejad qué sus destellos rompan
el majestuoso Sol.
Céfiros susurrantes de este Valle,
pájaros que cantáis entre sus bosques
armonía infinita, haced que calle
tan torpe acusación.
Mirad la Primavera el veneno
esparce entre las flores que germina,
no yo que los tesoros de mi seno
derramo en profusión.
Primavera
¿Yo el veneno? si mi aliento
son perfumes y primores
y deleites y contento;
cuando brotan a mi aliento
en torno mío las flores:
Yo que visto de esmeraldas
las pintorescas colinas;
de oro y púrpura sus faldas,
donde saltan las ondinas
tejiendo hermosas guirnaldas.
Yo a los placeres nacida;
yo que con gozo profundo
vengo de rosas prendida
a derramar nueva vida
entre las venas del mundo:
Yo la hermosa mensajera
del amor y la ilusión,
nacarada primavera,
a quien rinde lisonjera
sus galas la creación.
¿De qué le vale al verano
su calor y poderío?
¿de qué al invierno su frío
sin el soplo soberano
que sale del labio mío?
Yo derramo auras sonoras
llenas de perfumes ricos;
salto fuentes bullidoras
donde van aves canoras
a mojar sus lindos picos.
En mi se encierra el amor
y la ventura se encierra,
doy matices a la flor,
cosechas al labrador
y jardines la tierra.
Yo del invierno atezado
despejo el ceño sombrío,
cuyo aliento emponzoñado;
cuyas ventiscas y frio
las plantas ha marchitado.
¿Yo el veneno? si mi aliento
son perfumes y primores
y deleites y contento;
cuando brotan a mi aliento
en torno mío las flores:
Yo que visto de esmeraldas
las pintorescas colinas;
de oro y púrpura sus faldas,
donde saltan las ondinas
tejiendo hermosas guirnaldas.
Yo a los placeres nacida;
yo que con gozo profundo
vengo de rosas prendida
a derramar nueva vida
entre las venas del mundo:
Yo la hermosa mensajera
del amor y la ilusión,
nacarada primavera,
a quien rinde lisonjera
sus galas la creación.
¿De qué le vale al verano
su calor y poderío?
¿de qué al invierno su frío
sin el soplo soberano
que sale del labio mío?
Yo derramo auras sonoras
llenas de perfumes ricos;
salto fuentes bullidoras
donde van aves canoras
a mojar sus lindos picos.
En mi se encierra el amor
y la ventura se encierra,
doy matices a la flor,
cosechas al labrador
y jardines la tierra.
Yo del invierno atezado
despejo el ceño sombrío,
cuyo aliento emponzoñado;
cuyas ventiscas y frio
las plantas ha marchitado.
Invierno.
Tú, rozagante niña, me provocas;
tu vienes a turbar mi dulce sueño;
vierte en buena hora tus pintadas galas
y deja entre sus campos a este viejo.
Tú no sabes de vida; ¡eres tan joven!
No has podido aprender con el ejemplo;
mas yo que he visto deslizar los años
al olvido rodando en curso lento,
yo a quien los rayos de ese sol gigante
los parpados cerraron; yo que el tiempo
he cruzado sin término, verdades
y desengaños en el alma tengo.
Tu vives de ilusiones; ¡pobre niña!
te agradan los placeres y el contento;
pero mira mi frente; ¡está ya mustia!
mira mi corazón; ¡es solo hielo!
tu viertes flores ¡ilusión tan solo!
Aguas fecundas de mis ojos vierto
y ellas la vida por doquier derraman;
dan salud y vigor, fuerza y aliento
a las plantas y flores ¡todos, todos
saludan mi regalo lisonjero!
Júpiter
No en vano gastáis vuestro aliento
y en pugna sin fruto la fuerza y vigor
¡Silencio y sumisas acaten mi aliento
y en torno derramen la dicha y primor!
Unidas las cuatro verted vuestras galas
la dicha, la fuerza consiste en la unión
en torno a la tierra batid vuestras alas,
tesoros inmensos lanzado en redor.
El puro entusiasmo que en todos hoy brilla
es nuncio certero de dicha y de paz;
muy pronto elevarse veréis esta Villa;
vosotras por siempre sobre ella velad.
Tú, rozagante niña, me provocas;
tu vienes a turbar mi dulce sueño;
vierte en buena hora tus pintadas galas
y deja entre sus campos a este viejo.
Tú no sabes de vida; ¡eres tan joven!
No has podido aprender con el ejemplo;
mas yo que he visto deslizar los años
al olvido rodando en curso lento,
yo a quien los rayos de ese sol gigante
los parpados cerraron; yo que el tiempo
he cruzado sin término, verdades
y desengaños en el alma tengo.
Tu vives de ilusiones; ¡pobre niña!
te agradan los placeres y el contento;
pero mira mi frente; ¡está ya mustia!
mira mi corazón; ¡es solo hielo!
tu viertes flores ¡ilusión tan solo!
Aguas fecundas de mis ojos vierto
y ellas la vida por doquier derraman;
dan salud y vigor, fuerza y aliento
a las plantas y flores ¡todos, todos
saludan mi regalo lisonjero!
Júpiter
No en vano gastáis vuestro aliento
y en pugna sin fruto la fuerza y vigor
¡Silencio y sumisas acaten mi aliento
y en torno derramen la dicha y primor!
Unidas las cuatro verted vuestras galas
la dicha, la fuerza consiste en la unión
en torno a la tierra batid vuestras alas,
tesoros inmensos lanzado en redor.
El puro entusiasmo que en todos hoy brilla
es nuncio certero de dicha y de paz;
muy pronto elevarse veréis esta Villa;
vosotras por siempre sobre ella velad.
En
seguida tuvo lugar la rifa de la yunta y la de la cordera, mientras tocaban
alternativamente en el paseo las dos bandas de música de aficionados dirigidas,
la una por D. Lorenzo Machado, y la otra por D. Luis Benítez de Lugo. Notamos
en ambas músicas mucha afinación y gusto; así como mucho acierto en las
variadas piezas que se tocaron. Simultáneamente se presentó un aficionado a
ejecutar en la plaza de S. Sebastián varias suertes de gimnastica, y se elevó
un magnifico globo. Por la noche hubo representación dramática en el teatro que
fue muy concurrida y en la noche del martes un suntuoso baile en las Salas
Consistoriales, que terminó a las 6 de la mañana siguiente.
Segunda pagina de dicha crónica. |
Así
finalizaron los festejos del lucidísimo aniversario de San Isidro en La
Orotava. Damos sinceras enhorabuenas a todas las personas que han contribuido a
proporcionarnos tan agradable solaz entre las que merecen sin duda particular
mención los Sres. Alcaldes y Sres. Comisionados, que con una amabilidad suma,
atendían todo lo que pudiera aumentar el lucimiento de la fiesta y la comodidad
de los concurrentes. Solo nos resta que desear que para el año próximo, esté la
carretera en disposición de poder efectuar el viaje desde esta Capital a la
Villa de La Orotava en carruaje, porque entonces prometemos a los moradores de
esta última, trasladarnos en masa a gozar de tan buenos ratos como los que
acabamos de disfrutar, y cuya grata impresión conservamos aun indeleble.
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Creo que leer este maravilloso
artículo bien ha valido la pena y esfuerzo de traerlo al blog. Como ya mi
querido lector/a tal vez esto se va alargando mucho me ahorraré la batallita de
los quehaceres qué tuve que realizar para poder plasmar aquí dicho artículo.
Pero me negaba a poner solo un corte condensado. No es mi estilo. Aparte de que
contribuyo a la difusión de nuestra historia, aunque el motor de combustión que
me ha llevado a ello una vez haya sido Jose.
Estamos ante un
documento escrito con la sencillez, pero a la vez grandeza, de nuestras fiestas
de San Isidro en otras épocas donde la candidez, la cultura y lo religioso iban
de la mano. Podemos observar que ya se citan a las varas con cintas, los “mástiles
perfectamente uniformes y alineados, adornados con palmas y banderolas, y enlazados
entre sí por magnificas guirnaldas de flores…” que hoy sería lo que llaman las “plumas”,
los sorteos de animales y demás junto a otros actos que me han sorprendido como
ha sido la pelea entre carneros. Una vez más reincido que debemos ponernos en
el contexto de la época. Esto fue hace 165 años y no 165 segundos. Sinceramente para mi es un escrito de muy
bella factura, lástima que no haya trascendido el autor o autores porque el
fino verbo con el que se escribía antaño es una delicia para el intelecto más
cultivado.
Referencio una vez más que he
copiado el artículo en su integridad ante lo rico del mismo. Si me apena
sobremanera que no se difundieran los nombres de los niños que interpretaron
las poesías referidas. Dichas poesías han sido las que han hecho un poco extenso
este escrito. Pero creo que circularlas es una buena idea de cara al futuro. Si
por parte de quienes organizan las fiestas lo tienen bien creo que sería bonito
que el año que viene, esperemos que haya fiestas, estas poesías fueran interpretadas
por un grupo de niños ataviados a la usanza el día de las reses, pues si analizamos
dicho artículo el día al que hacen alusión en la actualidad lo más asemejado es
dicha jornada.
Dilatar más este escrito creo que
es innecesario. Felicitar desde aquí a la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria por la encomiable labor que están haciendo de digitalización de estas crónicas
pretéritas que nos llegan a nuestros días en formato PDF mediante el Proyecto
Jable. Igualmente, a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar.
Gracias a José Rodríguez Maza por estar siempre buceando en las procelosas
aguas del tiempo y siempre “arponear” estos documentos para darlos a conocer.
Por él llegó a mi conocimiento esta crónica que hoy comparto con todos mis lectores
y que no sirven como Oráculo de Delfos para ver en el pasado lo que debemos
hacer y recuperar en el futuro no con otra aspiración que para el buen hacer de
mantener, recuperar y velar por nuestra tradición festiva. Así baso mi opinión,
siempre personal, pero no por ello paladín de la verdad absoluta.
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