martes, 3 de enero de 2023

Benedicto XVI y alguna anécdota personal.

 


Recientemente a fallecido el papa emérito Benedicto XVI y este hecho luctuoso ha hecho aflorar en mí algunos recuerdos y anécdotas.

No es función de este blog hacer una semblanza ni análisis histórico, teológico, social, político, o incluso judicial, del personaje en cuestión. Eso lo dejo para los expertos en dichas materias. Tampoco es este escrito una apología hacia quién fue durante un tiempo la cabeza visible de la Iglesia Católica, pues este quien escribe es relativamente anticlerical por la Gracia de Dios. Ahí confluyo mucho con un gran literato español como fue don Pío Baroja. Pero como siempre afirmo, yo soy relator de mis propias anécdotas.

El pasado sábado tras confirmarse su muerte leía que las campanas de las iglesias estaban tocando a difuntos. La parroquia de la Concepción, y supongo que demás parroquias villeras, hicieron lo propio. Eso me hizo recordar que el día que falleció Juan Pablo II se tocó a difuntos. Y cuando Benedicto XVI fue proclamado papa se repicaron las campanas. En ambas ocasiones fue servidor quién lo hizo. No porque yo sepa tañer las campanas. Al contrario, no tengo ni idea. Y a estas alturas de mi vida y filosofía es algo que ni me interesa. Simplemente en aquella época, y seguramente seguirá así, las campanas de la Concepción tenían un sistema automatizado desde la sacristía donde apretando unos botones numerados se puede elegir qué toque de campanas se desea. ¿Y qué hacía yo allí apretando botones? Eso era una época donde tenía otras inquietudes culturales. Afortunadamente, y también por la Gracia de Dios, ya no las tengo. Eso sí, mi máximo respeto y admiración para quienes en La Orotava y resto del orbe cristiano dominan este antiguo arte del tañido de las campanas.

Igualmente, recordé la anécdota de que tras ser proclamado Ratzinger Sumo Pontífice no recuerdo bien qué periódico de los de tirada en Tenerife obsequió a sus lectores con una moneda conmemorativa. Yo no leo prensa escrita y esa moneda me la regaló mi querido y añorado amigo Ñete Polo. La moneda, para otros medalla, no tiene valor económico ninguno. Sí histórico por un hecho religioso y de Fe para un católico. Para otros será un trozo de chatarra sin valor alguno. Pero para mí tiene el valor sentimental de quién me la regaló. Sí he visto por las páginas de ventas en Internet que hay una moneda de 2 € con este papa. Pero nunca me ha llegado alguna.

 

Moneda, o medalla, a la que hago referencia. Las dos primeras imágenes son de una igual a la mía que está en una pagina de ventas. La verdad que igual de deteriorada como si fuera una moneda de curso legal. La tercera imagen es la que yo poseo y que la tengo dentro de su envase y totalmente nueva.

 


 


 


 

Sobre Benedicto XVI opino, desde mi ignorancia, pues ya dije más arriba que no es función de este blog hacer análisis en profundidad del personaje, que fue un papa que pasó sin pena ni gloria. También era esa su misión. Ser un papa de transición entre Juan Pablo II y… Yo creo que se sigue esperando. Esperen sentados que de pie se cansan. Considero que nunca debió ser papa. Donde Ratzinger desplegó sus mejores dotes fue como cardenal encargado de la Doctrina de la Fe. Si aceptó el cargo del papado fue contra su voluntad, pero animado por su Fe en Dios y fidelidad a la Iglesia.

No puedo opinar sobre Ratzinger de si fue buen o mal papa o sacerdote allá en cada escalafón que le correspondió en el orden episcopal. Pero que intentó ventilar y limpiar la Iglesia de todo mal y sombras que la envuelven de eso no cabe duda.

Sí me pareció uno de los intelectuales más brillantes del siglo XX y XXI. Para aquellos que aspiramos a ascender, en mi caso jamás lo conseguiré, del humanismo al suprahumanismo las lecturas teológicas, filosóficas, psicológicas, históricas, geopolíticas, sociológicas y demás de toda religión nos son fundamentales. Yo no quiero caer en las garras del transhumanismo y estas lecturas, repito de todo tipo y no necesariamente católicas, me gusta de leerlas. Por tanto, he leído muchos escritos de Ratzinger y encíclicas ya siendo Benedicto XVI.

 

Algunas de las publicaciones de Benedicto XVI junto a otros libros de temática teológica y moral. En ella vemos la trilogía de Jesús de Nazaret en un solo tomo la cual yo les recomiendo su lectura.

 

Otra imagen para la Historia. Aunque no era un hombre de exteriorizar sentimientos y de guardar las distancias sorprendió aquel día que se puso de forma espontánea el Tricornio de nuestra Guardia Civil.
 

Él era un hombre de profunda observancia, estudio y meditación. Me quedo con unas palabras que han sido hechas públicas del ”testamento” que ha hecho. No sé a razón de qué llaman a esas palabras “testamento”. Las cosas de los curas y sus aires de grandeza. Que yo sepa el sueldo que tuvo como sacerdote y el dinero que haya podido dejar a ningún pobre se lo ha dado. En fin… Pero dice lo siguiente y me parece muy interesante.

«… Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia se han confiado a mi servicio: ¡permaneced firmes en la fe! ¡No te confundas! A menudo parece que la ciencia -las ciencias naturales por un lado y la investigación histórica (en particular la exégesis de la Sagrada Escritura) por el otro- es capaz de ofrecer resultados irrefutables en contraste con la fe católica. He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde la antigüedad y he podido ver cómo, por el contrario, se han desvanecido las certezas aparentes contra la fe, resultando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas sólo aparentemente debidas a la ciencia; así como, además, es en el diálogo con las ciencias naturales que también la fe ha aprendido a comprender mejor el límite del alcance de sus afirmaciones, y por tanto su especificidad. Llevo sesenta años acompañando el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de distintas generaciones he visto derrumbarse tesis que parecían inquebrantables, resultando ser meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann etc.), la generación marxista. He visto y sigo viendo cómo la razonabilidad de la fe ha emergido y emerge nuevamente de la maraña de hipótesis. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo…»

Sinceramente me parece muy sugestivo, y digno de debate tales palabras. Frases donde yo puedo estar a favor o en contra. Podría ser que tuviera posiciones enconadas. Tengo claro que el Maestro es el más grande de todos los tiempos. Lo que no estoy es con los discípulos. Ni con los de antes ni con los de ahora.

Pero esa parte de mi pensamiento y filosofía, simplicista por otra parte, no tengo por qué expresarlas y desarrollarlas en este blog. No es la temática del mismo. Eso será para otros ámbitos.

Sólo quería hoy relatar estas pequeñas anécdotas personales en referencia a Benedicto XVI.

Que la Luz eterna y perpetua ya brille para él y que ya su alma resida por la eternidad en la Jerusalén Celeste.

Requiem aeternam dona ei Domine. Et lux aeterna luceat ei.

Joseph Ratzinger (Summus Pontifex Benedictus XVI) Requiescat in Pace. Amen.