martes, 10 de enero de 2023

Leopoldo Pedreira Taibo y su visión epifánica del Teide.

Leopoldo Pedreira Taibo. Imagen:

Imagen: http://www.blogoteca.com/promocion63carballo/index.php?cod=154295

 


Nuevo artículo basado en el libro “Lo que han dicho de ti” y hoy traigo la opinión de un autor no muy conocido, a lo menos para mí, como es Leopoldo Pedreira Taibo.

Conozcamos un poco más al personaje según Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Pedreira_Taibo

Nació en La Coruña en 1869. Catedrático del Instituto de Canarias, Cuenca y La Coruña, fue director en Canarias del Diario de La Laguna (1896).

Además de sus artículos periodísticos y obras de geografía publicó ¿Verdes o negros? Con Alfonso Tobar (1892), Concepto de la patria (1892), El regionalismo en Galicia (1894), La derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife (1897), Lo que es de Bilbao y lo que podrá ser a fines de siglo (1901) y Desde la terraza (poesías, 1912).

Falleció en 1915.

Casi no hay biografía de este catedrático. Incluso en páginas institucionales gallegas la información es mínima. La verdad que es una pena, pues si la totalidad de su obra literaria tienen las finura y exquisitez de lo que escribió sobre el Teide es un autor que merece ser promocionado y leído.

Me causó grata lectura sus impresiones al contemplar el Teide, pues denota que tuvo una visión muy espiritual sobre el mismo. Así que lo mejor es que leamos lo que de él dijo.

«He visto de cerca el formidable coloso: caprichosas nubes ocultaban, faldas, estaban bajas como humilladas ante tanta grandeza; y encima de las nubes, como si flotase, en el espacio, la enhiesta cumbre del Teide abría el cielo y cerraba el panorama. Nunca he visto terminar un horizonte de una manera más magnifica. En mi país, detrás de una cumbre hay otra cumbre; detrás de una colina otra colina y encima de las crestas de las sierras están siempre los festones de los celajes.

¿Qué tierra es ésta que está más alta que el cielo?... A primera vista parece que allí termina la mansión en que vivimos y que detrás del volcán acaba la creación y empieza Dios.

¡Cómo brilla el gigante! Y es frio y es ardiente. Y atrae y aterra.

¡Teide, eres como los hijos de los menceyes, tienes el exterior de nieve y el alma de fuego! Mirándote a ti comprendo el heroísmo de Plinio, aquel sabio poeta que murió por escrutar los secretos del Vesubio; entiendo la locura de Empédocles, que se arrojó al cráter del Etna… ¡y siento amor a la madre Naturaleza y penetro en el espíritu de los que sufrieron por la santa causa de conocer a la madre Naturaleza y penetro en el espíritu de los que sufrieron martirio por la santa causa de conocer el globo en que vivimos!...

¡Teide, al contemplarte hay que caer de rodillas como cayó Humboldt cuando te vio por vez primera, y así de hinojos recordar los libros sagrados y escuchar la elocuencia de tu excelsa cumbre que parece decirnos: “Gloria a Dios en las alturas”! Y nuestra pequeñez contesta: “¡Paz en la tierra a los hombres!”. 

 

Tenerife visto por los grandes escritores, Publicaciones “La Prensa”, 1933, pp. 137 y ss.

Texto extraído del libro “Lo que han dicho de ti, Víctor Rodríguez Jiménez, 2006.

 

Lectura que personalmente me parece deliciosa al paladar intelectual y emocional. Extraigo algunas frases que me parecen sumamente interesantes.

“… Nunca he visto terminar un horizonte de una manera más magnifica. En mi país, detrás de una cumbre hay otra cumbre; detrás de una colina otra colina y encima de las crestas de las sierras están siempre los festones de los celajes…

…¿Qué tierra es ésta que está más alta que el cielo?... A primera vista parece que allí termina la mansión en que vivimos y que detrás del volcán acaba la creación y empieza Dios…”

Esto es un detalle visual que no siempre tenemos en cuenta los que aquí vivimos. Hasta en las montañas más altas como el Everest detrás de la misma, aunque no estén a la misma altura, se ven más montañas. Pero no pasa lo mismo con el Teide. Por lo menos no desde qué zona se vea. Tras él no hay nada sino el inmenso cielo azul de día y la colosal bóveda celeste en la noche. No es de extrañar que para quien o contemple por vez primera quede extasiado y se haga una pregunta tan trascendental. El Teide ha sido fuente de inspiración de muchos escritores y poetas, eso bien lo demuestra “Lo que han dicho de ti” donde tienen un sustancial número de páginas dedicadas a nuestro volcán.

Echeyde, como los llamaban los antiguos aborígenes, siempre ha tenido su magnetismo, recordemos que es el volcán de origen submarino más alto del mundo, y en el mismo y sus parajes aledaños se encierran unas energías telúricas muy potentes. Es un coloso pétreo pero que está vivo en todos los sentidos. Callado, y mejor que siga así, pero vivo como guardián silente. Más parece contemplándolo de lejos que es el umbral de la Jerusalén Celeste.

“…Mirándote a ti comprendo el heroísmo de Plinio, aquel sabio poeta que murió por escrutar los secretos del Vesubio; entiendo la locura de Empédocles, que se arrojó al cráter del Etna…”

Otra alegoría que no es sino una forma de explicar el magnetismo que despierta el Teide. Plinio el Viejo murió por su enorme curiosidad científica al intentar descifrar aquel misterio de la vulcanología y el por qué rugían las entrañas de la tierra de aquella manera. Aunque también murió por el valor y fidelidad de la amistad al querer socorrer a sus amigos que estaban guarnecidos en Estabia huyendo de la lava. En vulcanología se le recuerda con un término: “erupción pliniana” a la erupción violenta de un volcán liberando gases en una columna eruptiva que puede alcanzar decenas de kilómetros.

Sobre Empédocles sinceramente no he leído casi nada de su obra y sobre su muerte y cómo sucedió hay diversas teorías. Pero era un místico que tenia las tesis de que Naturaleza y humanidad podían fusionarse en un mismo cuerpo espiritual y eso lo llevó a lazarse al Etna. Conjeturas que no podemos comprobar, pero que Pedreira Taibo supo conjugarlas muy bien para realzar sus palabras sobre el Teide y mostrar así sus conmovedores pensamientos ante el mismo.

“…¡Teide, al contemplarte hay que caer de rodillas como cayó Humboldt cuando te vio por vez primera, y así de hinojos recordar los libros sagrados y escuchar la elocuencia de tu excelsa cumbre que parece decirnos: “Gloria a Dios en las alturas”! Y nuestra pequeñez contesta: “¡Paz en la tierra a los hombres!”.

Una vez más el autor vuelve a mostrar su lado religioso mezclándolo con un personaje más reciente en el tiempo como es Humboldt (éste sirve siempre de buen ejemplo). Aquí cerrando el escrito Pedreira Taibo lanza loas a Dios en acción de gracias al ver los prodigios de la creación materializados en el Teide.

No cabe duda que este autor de origen gallego tuvo un fuerte concepto espiritual que supo extrapolar de manera magistral a este escrito que hoy he querido compartir en el blog de algo tan identitario como es para La Orotava, y la región entera, que es el Teide.

Sinceramente así da gusto leer libros y escribir para el blog.

Un saludo.

Imagen: http://www.blogoteca.com/promocion63carballo/index.php?cod=154295

 

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Primera edición del texto: Enero de 2023.

Texto: © Leopoldo Pedreira Taibo y herederos.

Imagen: http://www.blogoteca.com/promocion63carballo/index.php?cod=154295