sábado, 3 de febrero de 2024

Bicentenario del Cementerio Municipal de La Orotava.

 


No quería que avanzara más el año, el libro lo leí a principio de Enero, sin dedicar una entrada al magnifico ensayo Bicentenario del cementerio municipal de La Orotava, escrito por los amigos José Manuel Rodríguez Maza y Pablo Torres.

En 2023, concretamente el 19 de Julio, se conmemoró el 200ª de nuestro cementerio municipal y el Ayuntamiento de La Orotava y Canaragua impulsaron el proyecto de este libro que me ha parecido necesario, no sólo por la celebración de dicho bicentenario, sino por la parte histórica, religiosa y sociológica que relata. No podíamos tener para tales menesteres investigativos que a esos excelsos y grandes maestros en la cultura e historia villera formado por Jose y Pablo.

Incluso con ellos el pasado mes de Abril de 2023 recorrimos el cementerio en una visita nocturna que intuyo que congregó a más de 300 asistentes. Una visita que fue muy enriquecedora culturalmente y siempre dentro del riguroso y debido respeto al lugar dónde nos encontrábamos y a quiénes allí descansan en paz.

Tal visita fue una avanzadilla de este libro, que personalmente me resultó muy enriquecedora por lo allí expuesto. Incluso fue muy interesante a nivel sensorial, pues yo nunca había estado en el cementerio de noche. Es algo que me gustaría volver a repetir e incluso con José hablé de ciertos puntos que se podrían añadir.

Sí es cierto, porque tengo constancia de ello, que algunas personas se han preguntado el por qué de la publicación de este libro, y ya con esto empiezo a desentrañarlo, de manera somera, pues no soy crítico literario, en sus capas subyacentes y pido disculpas de antemano por los múltiples fallos que pueda tener este escrito por parte de este un ignorante en todo como es servidor.

Una publicación como esta tiene su razón de ser en el mismo peso de la historia de la Villa. Los cementerios, y si se me permite esta comparación, son recintos donde podemos hacer una autopsia de la historia de los municipios. Un cementerio abandonado significa un pueblo, o bien abandonado, o entregado a la molicie. Un cementerio cuidado es síntoma inequívoco de un pueblo que mantiene viva su esencia y legitimidad histórica, pues honra a sus muertos y por tanto a su raza. Ya en el prólogo, magníficamente redactado por Daniel García Pulido, se manifiesta la necesidad de los municipios en poner el foco de atención en sus cementerios como un bien enriquecedor, en todos los sentidos, para la propia población.

Este libro nos muestra no sólo la construcción del cementerio y su expansión y morfología a lo largo de la historia. Igualmente nos muestra parte de la propia historia de La Orotava. En el mismo se nos relata el acuciante problema de espacio físico y sanitario en las iglesias y ermitas para seguir realizando enterramientos que ya hasta iba en contra de las leyes sanitarias vigentes en aquella época.

Se nos muestra a la par la oposición que suscitó por parte de la Iglesia y algunos potentados. Incluso alguno envió a sus adláteres a que derribaran, no lo consiguieron, los muros del camposanto en sus fases iniciales de construcción. 

Relata de manera rigurosa como la Iglesia, siempre queriendo meter las narices donde no le incumbe, declara el cementerio en entredicho o reclama para sí las llaves de las puertas de dicho lugar. Siendo cementerio municipal de titularidad pública.

Igualmente, Jose y Pablo nos traen anécdotas y hechos como los de la casa del sepulturero, la capilla (la historia de esta capilla, desde su construcción hasta nuestros días, da para hacer otro libro), las ampliaciones del cementerio y las inquietudes y preocupaciones de los administradores públicos de aquella época porque todos los fallecidos tuvieron un enterramiento acorde a las leyes sanitarias y morales de la época.

O el hecho referido del nombre de cementerio, que no lo tiene. ¿Debería llamarse de San Vicente en el dudoso honor del primer enterrado en este lugar o seguir llamándose de San Francisco por la calle en que está ubicado?

Pero también se nos expone los problemas de las últimas décadas hasta la actualidad.

Para mí ha sido una lectura sumamente interesante donde extraigo los siguientes puntos en base a mis razonamientos personales:

El cementerio es algo que un pueblo como La Orotava tiene que cuidar y mimar al máximo. Porque ahí residen en su última morada terrenal los antecesores de nuestra raza. No cabe duda que en la actualidad se pone mucho cuidado y énfasis en el mismo, no sólo ya por ser camposanto, sino por estar catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde el año 2005. Con la peculiaridad que tiene de que fue construido dentro del Casco histórico de municipio, que no era lo habitual y recomendable en aquella época, y que en la actualidad sigue en funcionamiento en una Orotava que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad.

El cementerio igualmente tiene que seguir ampliándose, en este caso en dirección sur, pero siempre dentro del recinto. Personalmente no me vale esa idea de hacer un cementerio en otros lugares como ya se planteó en la década de los años 70 del siglo XX.

Que se amplie dentro del recinto con sito en la calle San Francisco número 6. Otro cementerio situado en otra zona no quiero ni oír hablar de ello. Es más, confieso que nunca he sido partidario de la incineración. Pero si a mí no me entierran en el mismo recinto que a La Orotava vieja que me incineren. Con mi cadáver que no cuenten para ir a ocupar espacio a otro sitio. Miren que como incineren a un golfo y sinvergüenza como yo las llamaradas van a ser igual que cuando Nerón prendió fuego a Roma.

Que se tenga presente que un pueblo como La Orotava sigue muy influenciado por el catolicismo (no es mi caso) y que se sigue optando mayoritariamente por el entierro en ataúd y luego en nicho de restos. Por eso seguimos teniendo problemas de espacio. Bien es cierto que hay pequeños nichos para incinerados, que por su puesto me parece bien que así sea, pero no es la tendencia en la Villa y con los años, y con una población cada vez más envejecida, estos problemas de espacio van a ir en aumento.

Sobre el mantenimiento del cementerio y su administración por parte de Canaragua creo que están haciendo una loable labor. Tanto a nivel de mantenimiento y mejoras como en la informatización de sus archivos. Hay cosas a optimizar sí, sobre todo que se empiece esa ampliación y que se quiten esos nichos prefabricados que han ido colocando, según leo de manera temporal, en estos últimos años ante la expuesta falta de espacio. Ese es tema que afea el cementerio. Y repito, un pueblo como La Orotava debe prestar, y lo hace, mucho mimo a su camposanto.

Sí felicito desde esta página al personal que Canaragua tiene asignado al cementerio, porque son un grupo humano y laboral magnífico. Y no porque lo diga por quedar bien, sino porque es la opinión mayoritaria de las personas que asiduamente visitan a sus familiares difuntos. No es fácil desempeñar la labor de sepulturero, y más con el tacto, humanidad y asertividad que hay que dar a los familiares.

Indudablemente una de las mejores bazas que tiene nuestro cementerio municipal son los trabajadores que allí desempeñan su función.

¿Se me quedan muchas cosas atrás? Muchísimas en base a lo relatado el en libro. Pero tampoco es cuestión de hacer aquí otro manuscrito, y encima de temas que yo no domino como es el valor patrimonial del mismo y la historia que alberga.

Por mi parte felicitar a Jose y a Pablo que nos demuestran una vez más el amor y la sapiencia por La Orotava mediante sus magníficos trabajos. Tanto en separado como de manera conjunta. Que no se pierdan las buenas y culturales costumbres.

Al Ayuntamiento (estos no me dan muchas oportunidades de ello) y Canaragua les felicito igualmente por idear y promocionar este libro, pues no sólo era por dicha conmemoración, sino igualmente por la siempre sana necesidad de que la ciudadanía conozca la historia de su Patria. Personalmente con este libro me he enterado y aprendido muchas cosas.

Igualmente ha sido una idea magnífica que el libro fuera de difusión gratuita hasta fin de existencias. Ojalá todos los libros publicados sobre nuestro Municipio y con proyección de instituciones públicas fueran así. A mí me gustaría que el Ayuntamiento, descaradamente aquí tiro la punta, reeditara todos los libros que se han publicado durante años y que ya son inencontrables, o muy difícil de ello, en versiones revisadas y ampliadas (si hiciera falta), y se dieran por difusión gratuita a la ciudadanía interesada en estos temas. Comprendo que ahí existe de por medio temas de copyright y que yo vivo en una utopía. Pero bueno, así lo pienso y expreso.

Ya queda este libro en un lugar preferente de mi biblioteca dedicado a nuestro pueblo. Por su puesto recomiendo su lectura. Incluso que visiten los lugares que se mencionan dentro del camposanto como servido ha hecho. Libro en mano he recorrido tumbas, mausoleos, nichos… pues ha sido otra manera alternativa de visitar un lugar que uno conoce, pero que a la vez desconoce muchísimos aspectos que lo conforman. Ya que va a ser, por lo menos ese es mi deseo, nuestra última morada terrenal, al menos conozcamos su historia.

Saludos.