lunes, 14 de agosto de 2017

Luis el “Pichini”.

Muchas veces tendemos a ensalzar en La Orotava a conocidos personajes villeros por nombre y apellidos, estatus social, profesión, etc. Que sin lugar a dudas está muy bien porque son parte de la esencia villera. Pero de igual e injusta manera a veces tendemos a olvidarnos de villeros con igual esencia que son más anónimos por decisión propia o por olvido de los demás.
Hace mucho tiempo que quería traer a 100 x 100 villeros de La Orotava a un personaje como Luis el “Pichcini”. Me faltaba nada más una buena foto que pude realizar el otro día.
Luis es otro de los personajes  que yo recuerdo de toda la vida. Matarife en el matadero municipal y en varias empresas más, él venía a mi casa a traer hígado blanco que gustaba mucho. Siempre un hombre reservado, servicial y educado. Muy cumplidor con su trabajo. Vecino de la Villa de Arriba ha sido uno de esos hombres que jamás se  a metido con nadie ni le ha hecho daño a nadie.
Pero a veces las personas pasan por la Vida y otras veces la propia Vida pasa por las personas. Y a Luis el peso de la existencia le ha cargado los hombros. Afortunadamente él es un hombre fuerte de espíritu que sigue plantando cara a la adversidad. Pero eso  ha derivado en convertirse en un personaje icónico de las calles villeras. Su predisposición huraña y asustadiza, su indumentaria y ese aspecto de eremita o druida celta que a veces lleva con el pelo largo y blanco y luenga barba igualmente cana lo han convertido en un personaje que llama la atención a propios y extraños. Y más cuando se hace acompañar de un bastón. Con sus conversaciones a solas, su aspecto encorvado y su ligera cojera. El ermitaño de la triste figura que cada día recorre nuestras calles con la mirada y el pensamiento perdido, tal vez rememorando otras épocas, otra Orotava. Pero siempre con ese aire de educación, saber estar y caballerosidad.
Por desgracia en La Orotava ya hemos perdido a casi todos esos personajes populares que antaño existieron y del que se podrían escribir libros enteros e incluso alguna película. De esta gente algún día, espero, que llegue alguien con recursos y material y les haga un documental. Luis ya es de los últimos de esa especie social. Una figura silente, caminante de la vida que cada día nos cruzamos en nuestro Casco y afueras. Otras veces ensimismado sentado en la plaza del Kiosco fumando algún puro o degustando un bocadillo.
Que este sea mi humilde homenaje para un villero que se pierde en los silencios de la Vida. Tal vez él escucha la Vida en los sonidos del silencio. Para la persona correcta y educada, porque tales virtudes son iguales para el rico y el humilde. Para el hombre druídico respetado y querido por todos.
Ojala que por muchos años Luis siga caminante por nuestras calles y forjando historias que hacen esencia villera. Y que a mí el tiempo me sea propicio y me dé la suficiente tregua para poder contarlas antes de que me alcance.
Hoy 100 x 100 villeros de La Orotava para este gran villero que se ha hecho dueño de los sonidos del silencio. Un grande. Indudablemente uno de los nuestros.


© 2017 Francisco García.
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Primera edición del texto: Agosto de 2017.


Luis Hernández Heredia el "pichini.
Foto: © Paco García 2017.