Me acabo de enterar de que ayer
falleció Julio Villavicencio a la edad de 93 años y quería dedicarle estas humildes y sentidas
palabras. No lo hice en la pasada jornada pues como digo me estoy enterando
ahora mismo de su defunción.
Hablar de Julio es hablar de
historia en La Orotava y sobre todo de historias de la zona del Calvario y el
Llano donde este gran personaje desarrolló su carrera profesional y parte de su
vida social. Siempre lo recuerdo afanoso en sus trabajos mecánicos junto a Santiago,
otro personaje fallecido hace algunos años pero de historias y anécdotas
impresionantes, muchas de ellas vividas junto a Julio en esa casa con tanta
historia como es la popularmente conocida “donde estaba el bar de Reinaldo”. Personaje y bar del que ya en su momento dediqué un artículo El bar de Reinaldo
Julio fue otro de esos villeros
que en su debido momento se debió de haber hecho extensas entrevistas contando
sus vivencias villeras que fueron muchas. Personas que hicieron patria y que la
raigambre de sus raíces estaba plenamente asentadas y fortalecidas en nuestra
noble tierra. Hombre afable, correcto que aunque yo no tenía con él una amistad
propiamente dicha siempre me pareció un caballero.
No tengo en mis archivos ninguna foto
para acompañar este escrito, pero no he querido omitir estas palabras de otro
personaje de esa gran generación de villeros de la que él formó parte. Otro
trocito de la historia de La Orotava que ha trascendido a las moradas cósmicas.
Mi más sentido pésame para su
familia y amigos.
Descanse en Paz Julio
Villavicencio.