*Artículo publicado el día 24-11-2021 en este blog. Por un fallo por mi parte al cambiar la interfaz de la página se perdió el mismo volviéndolo a recuperar y publicar de nuevo.
Hace tiempo que quería publicar en el blog sobre doña América. No necesita presentación la insigne mujer que hoy referencio, pues es una cara muy conocida en La Orotava. El pasado sábado coincidimos en los lavaderos de San Francisco en la recreación y homenaje por parte del Colectivo Cultural la Escalera a las mujeres que en épocas pasadas iban allí a lavar la ropa bien propia o como actividad laboral y creo que es momento de dedicarle un artículo.
Hay personas que viven en los pueblos porque en algún lugar deben de vivir. Otras que están unas veces sí y otras no. Son sólidos o evaporables según para qué. Y otras, como doña América, que están siempre presente para aquello qué se la requiera y donde ella asiste con toda su felicidad y henchida de patriotismo villero. Hablar de doña América es extendernos sobre un sustrato poblacional de la Villa que cada día abona, riega y fortalece la esencia del pueblo. Sociológicamente hablando representa el fiel reflejo de lo que se llama la sociedad basáltica que todo pueblo posee y donde se sostienen firmemente los cimientos y pilares de la génesis y esencia de un municipio. Por eso es muy importante el relevo generacional que todo pueblo necesita para poder sobrevivir y no convertirse simplemente en un núcleo urbano sin pálpito ni legitimidad histórica.
Da igual qué actividad se realice. Ella siempre la dulcifica e irradia con su presencia. Bien sea de tipo cultural, social, festivo, tradicional, recreaciones o incluso deportivo. Para doña América es un orgullo, porque su amor por La Orotava lo ha transformado en culto y deber para con su propia sociedad. De esas personas que ya desde la cuna fueron nutridas con ese alimento intangible, pero sí espiritual, como es el amor y devoción al terruño. Quiénes la conocemos sabemos que tiene una presencia continua en diversas actividades. Bien es cierto que es una mujer llena de fuerza interior y exterior y que eso la transforma en un huracán de energía. Porque pone su amor y entusiasmo en todo lo que hace.
Centrándome más en la actividad del pasado sábado en los lavaderos, sinceramente no me extrañó para nada verla allí, sí que observé en doña América y demás señoras homenajeadas la gran generación a la que pertenecen. Posiblemente la última gran generación que ha dado este país. Allí había chicas de la tercera juventud, pero que reflejan en sus caras el trabajo, el esfuerzo de sacar adelante a su familia y su hogar. El sacrificio que tuvieron que hacer durante años en tiempos que no son tan cómodos en muchos aspectos como los de ahora. El mismo sábado en una pequeña publicación que hice en mis redes sociales escribía lo siguiente:
«Hoy hemos ido a la acequia de la mano del Colectivo Cultural la Escalera para homenajear a las lavanderas que durante décadas lavaron prendas propias y ajenas en este lugar u otros.
…lo mucho que le debemos a estas generaciones que tantos esfuerzos hicieron, y siguen haciendo. Las generaciones posteriores, ni aunque vivamos cien vidas, podremos pagarles nunca todo lo que por nosotros y por nuestro pueblo hicieron y hacen.
Escuchémoslos, mimemos y homenajeemos, como hoy ha hecho La Escalera …Donde otros sólo ven vejez y arrugas yo sólo veo la transmisión de un legado histórico que debemos aceptar, conservar y difundir. Muy orgulloso de todos/as ellos/as».
Todas esas virtudes y muchísimas más son bien representadas por doña América. Y siempre sin perder la sonrisa y la vocación misma por la vida. Al contrario, arañando y saboreando cada segundo de la misma en la tierra en que nació, creció y donde desarrolla su actividad vital. Donde ha heredado una esencia villera y donde a su vez está trasmitiendo de manera aséptica y responsable en legado recibido.
Observé a doña América emocionada el pasado sábado. No es el primer reconocimiento que recibe, pero tal vez este haya sido de los más que la conectaran con su niñez y juventud. Estuve hablando con ella unas palabras, las pueden ver y oír en el anterior artículo a este, y aunque es mujer contenida en léxico, pero sí muy concisa, se le nota ese brillo de orgullo en la mirada. Esa mirada firme y sincera que sólo poseen aquellos que aman lo que hacen. Esa es su enorme fuerza interior.
Fuerza interior que a lo largo del año va extendiendo. Carnavales donde va con la rondalla. En el Cross de María Auxiliadora siendo la más veterana entre las féminas por edad y numero de participaciones. Y créanme que de las ultimas no llega, porque yo he fotografiado el Cross y en la misma categoría y kilometraje chicas que tienen edad de ser nietas de doña América y ésta las deja atrás. Fiestas de La Orotava y ahí la ven participando en todo lo habido y por haber. Y entre tanto a lo largo del año en actividades de todo tipo. Lo qué sea ella está ahí dándolo todo. Tenemos que ser agradecidos y reconocerle tanto que da de manera sincera y altruista por nuestro pueblo.
En carnavales con la rondalla los volcanes del Teide. Igualmente, doña América se ha convertido en una imagen arquetípica de nuestro particular Carnaval. Imagen: © Paco García 2018. |
Cross de María Auxiliadora. No se entendería la historia de esta señera prueba deportiva sin ella, siendo la más veterana en participaciones. Imagen: © Paco García 2019. |
El sábado nos agasajó con gofio amasado. He de confesar que el mejor gofio amasado que yo he comido en mi vida ha sido el preparado por doña América. En cualquier acto que vaya y esté ella amasando gofio allí estoy como una puncha. “Vengan para que allenten…”. Allentar o ayentar pues ortográficamente no sé cómo se escribe esta palabra del acervo popular canario y que se la oí el sábado. Palabras que no se deben perder. Incluso ella cantó junto a demás homenajeadas mientras lavaba la ropa en la acequia, pero no lo tengo registrado en vídeo.
Sí quiero remarcar una cosa. Nosotros los villeros y villeras debemos interiorizar y sentirnos extremadamente orgullosos de doña América González. Porque son personas como ella la que engrandecen a los pueblos. Que podamos decir yo conozco a doña América no es solamente conocer a una persona con la cual puedes tener más o menos confianza. No es sólo ver a una señora que a lo largo de todo el año tiene un amor a las cosas de su pueblo. Sino el hecho de que tenemos que observar lo qué ella representa. Ese emblema espiritual que no se ve, pero que se percibe ante la grandeza de su presencia. Donde las generaciones posteriores nos tenemos respetuosamente que callar y observar como aplicados alumnos lo tanto que ella ha dado y da por La Orotava. Empaparnos de su sapiencia. De sus anécdotas y vivencias y de todo aquello que ha conformado y sigue conformando su vida. Esa son las mejores lecciones que las generaciones jóvenes deben, y debemos, aprender de nuestros mayores. Porque al igual que otras féminas que ha ofrendado esta Patria villera doña América pasará a nuestra historia como una mujer legendaria. Yo no poseo el suficiente y más fino verbo para poder expresar en forma escrita lo que ésta excepcional persona representa. Sintámonos en cada día y hora muy orgullosos de poder tenerla entre nosotros como uno de los más valiosos tesoros del pueblo. El poder decir con la alegría en los labios y el corazón en la mano yo conozco a doña América.
Poco más puedo indicar de esta gran mujer a la que hoy le dedico estas humildes palabras. Obviamente me quedo corto ante la grandeza humana del personaje, pues en ella se aúnan muchas virtudes y sinergias. ¿Qué puedo yo escribir que no se sepa? Al final, y lo inserto concluyendo este escrito porque ahora lo he recordado, doña América es como las más bellas flores de nuestro Corpus. Una flor para otra flor en forma de mujer. De lo más bonito, noble y leal que ha nacido de la sublime tierra del privilegiado jardín villero.
Cierro este artículo con unas estrofas del poema de Arjona Delia titulado “Admirada eres mujer”. Admirada como doña América González.
«Admiro tu fortaleza,
tu pasión, esa firmeza,
tu espíritu de mujer.
Tus labores cotidianas,
¡hacendosas son tus manos
al cumplir con tu deber!...
…Porque irradias alegría,
fuente de sabiduría,
entendimiento y saber.»
Roberto Pacheco García me comenta lo siguiente vía Instagram.
Mi Tía Meca. Qué energía ha tenido siempre y qué energía sigue teniendo. De pequeño me aficioné una época a correr por ella, me encantaba compartir unos metros de carrera con ella en algunos paseos familiares por la carretera de La Luz o bajando al Puerto por El Durazno para correr en la antigua pista de El Botánico. Dónde quiera que está ella está la fiesta asegurada.
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