martes, 27 de junio de 2023

Doscientos años siendo garante de la esencia de La Orotava.

 


Recientemente se ha celebrado el 200º aniversario de la plaza de San Juan Bautista de y de La Unión. Esta conmemoración se produjo en la unión y reivindicaciones sociales del trienio liberal (1820-1823) de los vecindarios de esta zona villera.

Igualmente, en estos pasados días se ha celebrado una conferencia a cargo del doctor en Historia del Arte Juan Alejandro Lorenzo Lima a la cual desgraciadamente por otras obligaciones no pude asistir y tampoco he visto que haya sido grabada y difundida. Pero bueno, no podemos estar en todos sitios.

Entrando ahora en un contexto más generalista he de confesar que si algún día saliera de mi residencia del Casco quisiera irme a vivir a la zona de La Orotava hoy nombrada. A esa “Villa Arriba”, aunque yo no suelo utilizar dicho término, pues soy villero desde el Bollullo hasta el Pico del Teide y desde la Perdoma hasta Pino Alto. Pero así se la nombra y yo no voy a ir ahora frente al contexto histórico que se ha dado en su topónimo.

Ir a la Villa Arriba es otra historia. Otro ambiente y un sosiego que hemos perdido en el Casco. Eso lo experimento cuando empiezo a subir por la calle de los Tostones, por San Juan o por Doctor Domingo González. Se empieza respirar un aire más añejo, más de pueblo y vecindad. Un aire que su perfume es el propio del último reducto de la verdadera Orotava.

Este conjunto poblacional que antaño formaba los barrios al sur del municipio y que ha sabido mantener su identidad y solera. Es un disfrute pasear por sus calles. Y más si es en horario nocturno. Con su peculiar silencio, sólo roto de la más armoniosa forma, por los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista, por el tañido de las campanas de su parroquia y ermitas o por los sonidos propios de su micromundo.

Calles llenas de historias y anécdotas, de personajes peculiares y queridos. Con sus casas sencillas y coquetas y sus calles empedradas… Y sobre todo personas, porque a los pueblos los forman sus gentes y la Villa Arriba siempre ha sido cuna de muy buenas personas. Aunque en todos sitios cuecen hablas y toda rosa tiene su espina. Por eso afirmo, y lo digo yo que soy del Casco, que esa zona es también el Casco. Porque si la Villa Arriba se resfría, el Casco estornuda y viceversa. No hay ni busques más.

Pero también hay que ser sinceros y realistas. Hay voces que dicen que la Villa Arriba se muere. Tema de los que este blog no va a entrar porque este quien escribe no reside en dicha zona y esa exposición mejor ha de hacerla los vecinos de la misma.

Por tanto, no quiero valorar si esa “muerte” se está produciendo o no.

Sólo puedo decir lo siguiente:

Parece que se nos olvida que la Villa Arriba ha sido parte fundamental de nuestro pueblo. Si no hubiera sido por el auge de expansión de esta zona en el siglo XVI La Orotava nuca hubiera existido o desarrollado como pueblo de la forma que lo hizo.

De ahí salieron los molinos con toda su infraestructura hidráulica para servir a los regadíos y para las funciones propias de estos espacios que siempre están anunciando que van a prestarles la atención y mantenimiento que demandan, pero que nunca llega.

La Villa Arriba ha sido cuna de mucho gremios e industrias hoy desaparecidas o combatiendo a capa y espada por su supervivencia como han sido la industria de la madera, talleres, panaderías, dulcerías… ¿Es que todo eso no tiene un valor de conservación habiendo sido un bien tan grande y preciado para el conjunto general de la sociedad villera?

Esta zona, siempre respetando esas peculiaridades y ese embolsamiento sociológico que la hace ser garante de la verdadera Orotava, ¿necesita un revulsivo? ¿Necesita vida, interés e infraestructuras que la dinamicen? ¿Hace falta un nuevo trienio de reivindicaciones? No afirmo, sino pregunto.

A mí me causa una enorme tristeza cuando leo que la zona se muere. Y lo digo con el corazón en la mano. Yo nunca he vivido con esas tonterías de Casco vs Villa Arriba. Eso son pamplinas que hemos venido arrastrando de hace siglos por culpa de cuentos de curas. ¡Yo soy de La Orotava!

Y a lo mejor ahora este escrito causa malestar porque algún/a ofendidit@ no le gusta. ¿Pues sabes qué te digo? Que defiendas lo que yo defiendo. Porque perder y degradar la Villa Arriba es automutilarnos como pueblo. Pero bueno, siempre te queda la opción de enviarme un correo electrónico y concretamos fecha y hora para un debate público y contrastamos opiniones e ideas. Yo no pertenezco a ningún grupo ni partido político. No me debo a nadie en mi discurso ni mis palabras pasan por el tamiz de la censura política o eclesiástica. Simplemente me abate la pena de ver cosas que no deberían ser y que por otra parte igual las veo en el Casco. Porque el Casco se está muriendo

Pero bueno, como nadie es profeta en su tierra mis palabras de nada servirán y caerán en saco roto.

Sólo quería hacer esta breve observación.

Por mi parte desear a la Villa Arriba, como mínimo, 200 años más de historia y que siga trascurriendo el tiempo por esa zona de la manera tranquila y sosegada en la que lo hace. Sin estridencias, desarraigos y desnaturalización. Sino como lo que es, parte fundamental de La Orotava y la extensión hacia el sur del Casco histórico de La Orotava. Y es ahí donde radica la mayor y mejor esencia de este pueblo. ¡Y eso hay que conservarlo!

Saludos y felicidades por este aniversario.

 

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Primera edición del texto: Junio de 2023.