Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

lunes, 26 de marzo de 2018

Don Nicolás Mederos.

El pasado viernes a altas horas de la noche me saltaba en el muro general del Facebook el comentario de un amigo en otra página. Dicho comentario no era otro que el vídeo del pasillo que hicieron alumnos de primaria del colegio Salesianos de La Orotava a don Nicolás Mederos.
Ya saben qué cuando escribí por motivo del fallecimiento de don Leoncio expresé que yo nunca quise estar en ese colegio. Yo me debo a mis principios y a mis lectores y no voy a escribir lo que no pienso. Dicho pensamiento sigue siendo el mismo.
Pero siempre he sostenido que los que pasamos por esa época en el colegio Salesianos tuvimos el mejor claustro de profesores que se podía tener. Y para mí el mejor entre los mejores y del que guardo más grato recuerdo es de don Nicolás. Yo era de los que estaban en la sección B y él me dio clase desde 3º a 5º de EGB. Y pocos años fueron para tan buen profesor. Él es de estos profesores “egeberos” que ya van quedando pocos en activo y que empezaron dando clases en un sistema educativo muy distinto al de ahora. Que no entro a valorar si es mejor o peor. Simplemente distinto.
Servidor que ya tiene una edad era de los que iba a clase de lunes a viernes de 9 a 12:30 y de 15:00 a 17:00. Hoy una utopía y algo raro, y hasta con tintes de locura, por las nuevas generaciones. Así llegaba el viernes por la tarde y salíamos todos de allí que las patas nos llegaban al culo corriendo. Épocas dónde no habían alertas meteorológicas. Ya podía llover, tronar y hacer viento todo lo que quisiera que nos enfundaban las botas de agua, abrigo y al colegio. Y no pises los charcos. Época de pizarra de tizas (aunque ya en mis últimos años allí pusieron las pizarras de rotuladores), cuadernos azulados de dictado, mochilas cargadas de libros, diccionario Sopena… y un amplio etc de lo que era la escuela de aquella época. En días fríos de invierno y agradables tardes de primavera. Y al final pasabas con el mismo profesor muchas horas al día. Era un profesor para todas las asignaturas. Salvo religión que la daba don Antonio Jiménez y si no recuerdo mal dibujo que lo daba don Pepe. A colación de esto de religión siempre recuerdo a don Nicolás dando una queja, la única que le oí jamás de nosotros. Y era que bondadosamente se enfadaba porque decía que siempre estábamos hablando en clase con él y que con don Antonio no se oía ni una mosca. Y mentira les aseguro que no era. Al final cuando compartes tres años de tu infancia con un profesor eso crea un nexo de cariño y respeto. Y más cuando dicho profesor ama su trabajo porque es vocacional.
Obviamente yo vi el video que Salesianos La Orotava subió, no lo he traído aquí pues no es un video mío sino de una Institución privada. Y vi en la cara de sus actuales alumnos, que perfectamente podían ser mis hijos, las mismas caras que nosotros teníamos en aquella lejana ya década de los 80. Y yo sentí sana envidia por ellos. Por poder disfrutar de un gran profesor y mejor persona. Por poder decir de nuevo que don Nicolás Mederos fue mi profesor, hoy primaria, antes primer ciclo de EGB. Indagué en los comentarios que se hicieron en el Facebook sobre el video. Y la respuesta era unánime. Se pre jubila un gran profesor en todos los sentidos. Muchos comentarios eran de antiguos alumnos y de padres y madres que sus hijos han pasado por sus clases. Y cuando uno lee unas opiniones de personas tan variadas, pero de opinión unificada no quiere decir otra cosa sino la gran calidad docente de don Nicolás y la suprema calidad humana del mismo. Él supo muy bien adaptarse a los tiempos. Aunque por él físicamente no ha pasado el tiempo. Salvo que yo lo recuerdo con bigote, rubio y el pelo algo más ondulado de lo que lo tiene ahora. Pero está hecho un chaval. No sé quedó estancado ni en la vestimenta. Ha sabido reciclarse de la vieja EGB al actual sistema. El pasar de la tiza y el libro al Ipad. Incluso ha vivido en las aulas el gran cambio social que ha sufrido este país y la diferencia generacional tan abismal que separa a los niños y pre adolescentes de aquella época con los actuales. Cosa no fácil hoy en día el ejercer la docencia. Pero siempre con la sonrisa en los labios y el compromiso y deber de enseñar a sus alumnos.
Recuerdo de verlo bailar el trompo, de jugar al boliche. Teníamos en clase una pequeña biblioteca de libros que aportábamos los alumnos. El típico experimento de la judía con algodón, los murales, los cuadernos de campo… Recuerdo que también teníamos en una caja de serrín un escarabajo si no recuerdo mal y un esqueleto que lo llamábamos Anacleto. Recuerdo las excursiones, las visitas, los buenos días del megáfono por la mañana… Incluso lo recuerdo contando alguna batallita de cuando hizo el servicio militar en la Armada. O verlo conduciendo un Seat Ronda de color rojo que tenía. ¡Qué tiempos! Y dicho tiempo no lo pudimos vivir con mejor profesor que con don Nicolás. Por su puesto después de él, y antes de él, en los Salesianos tuve grandes profesores. Tras mi salida de ahí tuve grandes profesores de temáticas muy variadas. Gentes de las que guaro gran recuerdo y gratitud. Pero a mí siempre me quedará en la máxima gratitud y en el corazón mi profesor de EGB que fue don Nicolás Mederos. Y mi profesor, de los múltiples que tuve, que siempre será don Nicolas.
Estuve años sin verlo ni saber de él. Cómo digo yo no tengo relación ninguna con dicha Institución. Ni siquiera con compañeros de aquella época. Salvo con muy pocos que es por habitar por la misma zona y a veces nos cruzamos por la calle. Pero un hola, ¿cómo estas? y poco más. En el año 2005 estaba yo por La Orotava y don Antonio Jiménez me pidió si por favor podía hacer unas fotos de la visita del rector mayor de los Salesianos en aquella época don Pascual Chávez. Y estando en el comedor del colegio dónde habían dado un brindis se me acercó una persona y me llamó por mi nombre. Era don Nicolás. La verdad que en aquel momento no lo conocí y tardé unos segundos en ubicarme. Estuvimos hablando un rato, de qué había sido de mí, cómo estaba, etc. Lo típico entre un profesor y un ex alumno. Y me preguntó “¿tu recuerdas…? A lo que le contesté “cómo si fuera ahora mismo…”. Ya eso lo desvelo, en parte, al final. Aquel día me alegré de reencontrarme con él después de tantos años. Cómo luego ya me quedé por aquí pues solía a veces encontrarme más con él. Y siempre con el saludo respetuoso hacia su persona. Aquel día me dijo “hombre llámame Nicolás”. Pero que va, yo no puedo. Para mi todos mis profesores/as son tratados de don y de usted. Por una cuestión de educación, respeto y agradecimiento.
Ya con él se va el ultimo de mi época en el colegio. Y puedo afirmar que se va el mejor de una época. Con todo el respeto para el/la que lo sustituya no lo vas a poder ni igualar como profesor y persona. Te ha puesto el listón inalcanzable. Pero si eres la mitad de docente y persona que él vas a ser un gran profesor/a.
Se ha hablado y escrito mucho estos días de lo gran profesor y mejor persona que es don Nicolás Mederos. Y nadie ha mentido. Al contrario, cortos nos hemos quedado. Yo nunca fui ni su mejor alumno, ni el más aventajado, el más simpático o el más querido entre los compañeros. Al contrario, pasaba desapercibido todo lo posible esperando que pasara el tiempo y los años para irme de ahí. Pero don Nicolás hacia la vida más fácil y la estancia allí más llevadera. Y en estos días nadie cuenta, ya de eso no lo recuerda nadie y por otra parte me corresponde a mi decirlo, de que en aquellos lejanos años 80 él le salvó la vida a un alumno de haberse ahogado. Ese alumno era yo. Por eso hoy puedo escribir esto. Fue la primera vez que alguien me salvo la vida entre algunas más que han sucedido. Y aunque él sabe desde aquel mismo día la gratitud por ello hoy lo escribo aquí de nuevo. Lo que pasó me lo reservo porque no es historia para este blog sino algo de mi ámbito personal. Si don Nicolás llegara a leer esto pues ya sabe quién soy.
Don Nicolás le deseo la mejor pre jubilación y que tras ella llegue la jubilación. Le deseo que en esta nueva época que empieza el peor de sus días sea el mejor que tuvo como profesor. Una jubilación más que merecida tras años de docencia que dejaron una huella imborrable de cariño y respeto entre tantas generaciones de viller@s y de foráneos. Que sean muchos y muy buenos estos años venideros.
No fuimos nunca alumnos callados en clase, salvo con don Antonio. Fuimos habladores, traviesos, picaros y demás. Pero siempre, al menos en mi caso, lo respetamos y quisimos porque dimos a usted lo mismo que usted a nosotros. Redactando este escrito las lágrimas me han bajado.
Gracias por aquellos tres magníficos años que ya se pierden en el implacable paso del Tiempo. Fueron mis tres mejores años en los Salesianos. Gracias por haber sido para con todos algo más que un profesor. Por nunca perder la sonrisa y la bondad con nosotros y ayudarnos una y otra vez a aprobar las asignaturas. Gracias por todos los ejemplos a nivel humano que ejerció y los sabios consejos. Gracias por tanto que nos dio sin pedir nunca nada a cambio.
Y sobre todo gracias por haberme salvado la vida y por haberse cruzado en mi vida.
Un abrazo don Nicolás.

© 2005 Francisco García.
© 2018 Francisco García.
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Primera edición del texto: Marzo de 2018.

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Don Nicolás Mederos. Año 2005.
Foto © 100 x 100 villeros.