Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

jueves, 2 de junio de 2022

La Orotava y los mitos clásicos según Viera y Clavijo.

Hoy vuelve por el blog, para felicidad de servidor, don José de Viera y Clavijo que con su ilustración y asepsia intelectual viene a darnos luz y cultura. No voy a extenderme en la biografía de tan insigne personaje, pues ya ha sido publicada en un anterior escrito.

Traigo a colación la interpretación dada por Viera y Clavijo sobre ese nexo entre el Mito y La Orotava. En este texto que transcribo hay una parte de dicho erudito y otra añadida, no sé si por don Víctor Jiménez, pues dicho texto lo extraigo de “Lo que han dicho de ti”.

 

Las hespérides cuidando su jardín bajo la atenta mirada de Ladón, su fiel guardián. Esas muchachas descaradas paseándose semi desnudas por la Villa. Fuertes golfas las hijas de Atlas. Nótese que lo escribo de forma irónica. No vaya luego algún compungido/a a interpretar lo contrario. Al menos, según los relatos mitológicos, estas gentes de la tercera y cuarta raza vivían felices por estos andurriales. Imagen: https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-griega/hesperides/

 

Pasemos a leer el texto.

También opina Viera que Canarias se merece el apelativo de país de las Hespérides, según suponían los clásicos griegos y latinos, aunque no cree que sea una prerrogativa importante, como afirman Pérez del Cristo y Núñez de la Peña.

«Estos escritores… pagados de cierta interpretación ingeniosa y capaz de seducir a los que pasan por encima de ella sin precaución, creyeron poder descifrar todo el enigma de los jardines Hespérides, sin salir del valle de Taoro en Tenerife…

En aquel espacio de terreno, digno de fama por su fertilidad, se crían ciertas manzanas cuya cascara es de color de oro, y como también el nombre antiguo de Taoro y Orotava suena a país de oro, no hay duda de que la fantasía hallaba facilidad para reputar por de oro las mismas manzanas. Además de esto, todos saben que el drago es uno de los arboles mas especiales de nuestras islas, pues siendo su tronco al modo del de una serpiente, y su jugo una concreción como de sangre, ha pasado por más de una vez como verdadera sangre de dragón, y el árbol casi por una bestia. Y si nos figuramos el pomar de Taoro cercado de una valla de dragos, ¿qué nos falta para poder decir, en tono de fábula oriental, que en la isla de Tenerife hay jardines de manzanas de oro, bajo la custodia de un dragón?... No se hallan vestigios de manzanas en nuestras islas, pues estas las plantaron los españoles; ni que Taoro en lengua guanchinesca significase “Tanto oro”, según a nosotros nos suena, ni que los arboles dragos hayan tenido siempre este nombre, o pasado por unos semibrutos.»

No admite, pues, Viera que se atribuya a Canarias tal mito, y cita a una serie de autores que creyeron que el nombre del pastor que guardaba las manzanas de oro era Dragón.

«Para la explicación de esta fábula hubiera yo preferido las naranjas a las manzanas, pues, sin embarazarme en el sonido de las voces de Taoro y Orotava, todos saben que la naranja china se llama en idioma latino malum aureum, manzana de oro y malum Hesperium, manzana de las Hespérides.»

El municipio de La Orotava, sin embargo,  reclamo para sí este mito de Jardín de las Hespéridas, consiguiendo que el 15 de febrero de 1905 se le concediera el escudo de armas compuesto por la leyenda de Muy Noble y Muy Leal; un drago que recuerda el famoso que existió en la Villa y que se remonta a la época de la conquista; cuatro manzanas; guardadas por dos dragones y que representan los cuatro pueblos del Valle; y la corona de los Reyes Católicos en cuyo reinado estas Islas se incorporan al reino de España.

José de Viera y Clavijo, Historia de Canarias, Tomo I.

Texto extraído de “Lo que han dicho de ti”. Víctor Jiménez, 2006.

 

Como viene siendo habitual comento algunos fragmentos que creo interesantes de nominar y mencionar.

«Estos escritores… pagados de cierta interpretación ingeniosa y capaz de seducir a los que pasan por encima de ella sin precaución, creyeron poder descifrar todo el enigma de los jardines Hespérides, sin salir del valle de Taoro en Tenerife…»

Don José ahí disiento un poco con usted por esta razón. Bien es cierto que hay que tomar con mucha prudencia todo aquello que se lee. Si ya había que ser precavido en el siglo XVIII imagínese en el XXI. Pero tengo claro que antes había más cultura y rigor que ahora, y que aquellos textos que se transcribían del la Grecia Clásica, si bien algunos estaban desvirtuados, inflados y tergiversados sí que había una base fidedigna de los mismos. Otra cosa es que fueran públicos o de poder acceder a ellos el vulgo, pues la Inquisición hacía de las suyas con tales textos, bien quemándolos o relegándolos a lo más profundo de las bibliotecas de conventos y monasterios. Por lo que autores como afirman Pérez del Cristo y Núñez de la Peña, que tal vez sin salir de Tenerife sostenían tales teorías no podían ser llevadas por una epifanía mitológica, sino en base a las lecturas que les llegaban y que tienen muchísimas similitudes con aquellas publicadas en otros países y lenguas.

No me cabe duda don José que usted hubiera sido un magnífico Guillermo de Baskerville.

«… No se hallan vestigios de manzanas en nuestras islas, pues estas las plantaron los españoles; ni que Taoro en lengua guanchinesca significase “Tanto oro”…»

Vuelvo a incidir en lo mismo. Lo del tan manido oro no sé cómo ha trascendido hasta nuestros días sin que ningún geólogo e historiador lo hayan sesgado de raíz.

Por parte geológica no puede haber oro en lo suelos de Canarias, o no debería haberlo en cantidad notoria, al ser suelo volcánico. Puede surgir, como recientemente en La Palma, materiales como el Olivino, pero oro no creo.

Por la parte histórica tampoco se ha sesgado cuando es un hecho contrastado y fehaciente que los romanos conocían el Archipiélago. El mismo Plinio el viejo escribe que navegó entre las islas, y supongo que algún destacamento de legionarios desembarcaría en las mismas en misión de incursión y reconocimiento. Y todo sabemos que Roma buscaba oro. Aquí no encontraron nada de su interés. Eso lo descubrieron siglos después sus enemigos germanos y britanos en forma de sol y playa. Ni siquiera como zona de descanso, aunque se supone que hubo una pequeña colonia estacionada en Lanzarote. El romano que más caso hizo de Canarias fue el general Quinto Sertorio cuando quiso instaurar el reino de las Afortunadas. Igualmente desistió por dos motivos: falta de tropas para desplegar en las islas y falta de agua.

Por lo tanto, olvidémonos ya de un mito que científicamente ha quedado demostrado que no pudo ser. Y mejor fue así, porque si no hubieran desarmados todas las islas. Que manía con el oro y el oro.

«… todos saben que la naranja china se llama en idioma latino malum aureum, manzana de oro y malum Hesperium, manzana de las Hespérides.»

En este fragmento me dejó descolocado don José. Prefiere la naranja a la manzana (traída por los castellanos) pero yo pregunto: ¿había naranjeros en Canarias en época prehispánica? ¡y más de naranjas chinas! Me queda la duda.

«El municipio de La Orotava, sin embargo,  reclamo para sí este mito de Jardín de las Hespéridas, consiguiendo que el 15 de febrero de 1905 se le concediera el escudo de armas compuesto por la leyenda de Muy Noble y Muy Leal; un drago que recuerda el famoso que existió en la Villa y que se remonta a la época de la conquista; cuatro manzanas; guardadas por dos dragones y que representan los cuatro pueblos del Valle; y la corona de los Reyes Católicos en cuyo reinado estas Islas se incorporan al reino de España.»

Este ultimo fragmento no es de Viera y Clavijo, intuyo que pudiera ser de don Víctor Jiménez, pero también quiero mencionarlo.

Leyendo los mitos, y no sólo los de la Grecia Clásica capitaneados por Platón y Homero, y juntándolo con nuestra posición geográfica La Orotava está totalmente legitimada para reclamar tal mito y correspondiente escudo de armas. Y si el mito no se ha transformado en realidad es porque no se han hallado restos arqueológicos ni tampoco orográficos de ese río que mencionan todos los textos antiguos. Tampoco se ha podido demostrar la existencia de la Atlántida y de si somos sus restos terrestres. Cosa que yo no lo creo, pero tal vez sí un archipiélago perteneciente a tal continente. Para mi aquel Jardín situado en la isla de los Bienaventurados se emplaza aún más al Oeste en el anchuroso piélago. ¿Dónde? Pienso que en América o en esa Atlántida desaparecida. 

 

Ningún pueblo fuera de Grecia puede estar más legitimado que el nuestro para reclamar los símbolos de la cosmogonía del mito en su escudo de armas. No nos avala ni la historia, la arqueología y ni siquiera la ciencia. Pero sí el propio mito donde no me cabe duda de que existe una base verídica de aquellas tercera y cuarta raza como propugnan las filosofías orientales del antiguo Indostán de las que Grecia fue una de sus legitimas herederas.

 

Y más que incorporación al reino de España debería ser, en aquel momento, al reino de Castilla. Pues España como unidad nacional más bien vino a ser bajo corona de Carlos I, nieto de Isabel y Fernando, cuando dijo aquello de “un monarca, un Imperio y una Espada”. Pero este sí que tenía los cojones bien puestos. Esto último ya lo pongo como anécdota y ya que cada uno piense lo qué quiera.

Y esta ha sido mi valoración de hoy sobre otro de los interesantes textos leídos en el fabuloso libro “Lo que han dicho de ti”. Todo lo que sea dar a conocer la historia de nuestro pueblo, ya que cada lector/a le dé su interpretación personal, bienvenido sea. Volveré a otro texto cuándo la coyuntura me sea propicia.

Saludos.

 

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Primera edición del texto: Mayo de 2022.

Imagen: https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-griega/hesperides/