Soy animal de costumbres y los festivos me levanto tarde. Cual fue mi sorpresa que al coger el móvil veo que tengo un mensaje del amigo José Manuel de Taoro Bravo que me envió ésta bonita imagen que de inmediato identifico como la calle Calvario.
La verdad es que ésta fotografía nunca la había visto y aunque hoy no tenia planificado escribir me dije bien merece una reseña en el blog. Así que entre lo que me refresqué y tomé un aperitivo fui armando mentalmente estas palabras que usted mi querido lector/a observará si así lo tiene a bien.
Esta imagen debe ser muy antigua. Posiblemente anterior a la década de los años 50 del siglo XX. En ella vemos una serie de operarios que intuyo que están instalando el saneamiento de agua corriente a las viviendas junto a la primigenia red de alcantarillado. Dicha infraestructura fue totalmente renovada en el año 2010 cuando la calle se dotó de nuevas aceras y canalizaciones de agua.
En el conjunto arquitectónico quedan en pie las dos casas más altas. Hoy en día habitadas por sus propietarios. Las casas terreras a la derecha de la imagen fueron derribadas a principio de la década de los 70 para construir el edificio hoy presente y las de la esquina superior fueron derribadas por la ignorancia y el urbanismo desmedido. Este último conjunto desaparecido formaba lo que se llamaba “La Fortaleza” junto a geriátrico de San Sebastián. Que yo recuerde de los que allí habitaron y yo conocí, podría equivocarme, sólo quedan vivos Milagros Santos y uno de sus hermanos que no recuerdo ahora el nombre. Allí se crió Milagros junto a sus hermanos Salomé, Augusto, Juan… más el que no recuerdo y no sé si algún hermano hermana más. En frente, aunque no sé ve en la imagen, tenía su establecimiento Juan Santos, hermano de Milagros. Casa hoy también derribada para construir otro edificio que hace esquina Calvario-El Tejar. Todo villero que ya pasé de una edad compró su primera cartera, o bolso para el trabajo, con fundamento en dicho establecimiento. Un negocio con ese aire antiguo que tantos recuerdos dejó.
También en dicha “Fortaleza” y geriátrico, que fue utilizada muchos años como bodega por los hermanos Sosa, vivieron: Antonio y Ana Padilla. Alicia la “jarandina” y su familia. Agustina la “palmita” y sus hijos María, Manolo y otra hermana más que no recuerdo el nombre. Eduardo y Veva. Arola Portero que vivió en una de las casas aún en pie. Había también una zapatería, pero no recuerdo el nombre de quién la regentaba, al lado de la primera casa alta. Igualmente en la zona del geriátrico hubo una herrería. Pero por edad no la conocí o no la recuerdo.
Igualmente vemos un anuncio de la marca Philips. Dicho anuncio intuyo que ahí sigue, hoy tapado por el edificio, pues en esa época, y esta marca en concreto, solía utilizar azulejos para sus promociones en fachadas. Otro ejemplo lo tenemos en la antigua casa donde vivieron Santiago y Lala. Vivienda al lado de la entrada de las guaguas al colegio Salesiano.
Verdaderamente tras despertar hoy y ver esta foto he tenido una explosión de recuerdos entrañables pues es un conjunto histórico que yo lo conocí así. Y aún más sentimientos me despiertan las personas que he nombrado y que ya la mayoría están en un mundo mejor que este. Intuyo que me estoy olvidando de muchos. Ojalá tuviera fotos de todos ellos/as pues para mis sería un orgullo escribir sobre ellos/s. Villeros de verdad. Villeros/as auténticos que forjaron la historia de este pueblo. Y no solo los de esa acera sino las de enfrente y muchísimas calles más. Intuyo que la foto, desconozco año y autor, está hecha desde el balcón de la casa de Rade, también fallecida. Esta casa afortunadamente sigue en pie y habitada. Rade, otra gran persona de la que no tengo foto y me sería muy grato escribirle pues la conocí de siempre y precisamente fue mi catequista en el proceso de primera comunión.
En todas esas viviendas puede entrar muchas veces. Mentalmente aún puedo formarlas en los recónditos recuerdos de mi niñez y juventud. Sobre todo de la zona de la “Fortaleza” y en concreto la casa de Agustina la “palmita”. Una mujer que no llegaba al metro y medio de estatura, pero que tenía un corazón y una bondad que abarcaban La Orotava entera. Gran mujer. Traspasando los umbrales que vemos se entraba a un patio que era maravilloso y luego a su vivienda. Tejados que los bañaba el sol estival en los crepúsculos y donde dormían multitud de gatos. ¡Lo que hizo la ignorancia de derribar todas esas casas no tiene perdón!
Gracias Jose por esta sorpresa. Bueno que no sé si agradecértelo u odiarte porque me transportas a una época tan lejana que de verdad me siento muy mayor. Pero aquí quedan estas palabras que se fundirán en el éter inmortal de la Red pues esos villeros/as aún muy pequeños y los que no han nacido en el futuro verán una imagen muy distinta a la de ahora como igualmente yo vi una imagen muy distinta a la actual.
Agradecer de igual menara a as personas que divulgan por las redes sociales y de mensajería estas imágenes pues hacen una labor muchísimo más importante de lo que en apariencia pude parecer.
Recuerdos que evocan más recuerdos.
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*Imagen difundida por redes sociales y de mensajería. Desconozco autor y fecha.