La IA es un hecho consumado que no es temporal. Llegó y se ha instalado desde hace tiempo en nuestras vidas. Esto es imparable y hay que asumirlo. Pero hay que ser garantes de que no supere nuestro pensamiento individual y colectivo.
Ya saben que soy un firme defensor de que si estas herramientas se ponen a vuestra disposición ¿por qué no utilizarlas. Y he aquí el origen, en parte, de este escrito.
En el año 2014, le dediqué un escrito al tan recordado Melecio (aunque otros lo llamaban Nemesio), pero nunca tuve foto de él y siempre quise que aquel escrito, publicado en su momento en Facebook, pudiera estar algún día en este blog. Así que mediante Nano Banana quise recrear mediante prompts una imagen del mismo. No me quedó exactamente como él era, pero sí muy lograda. Y siempre creada con mucho respeto para honrar a uno de los nuestros. Por eso es mi enconada defensa de la IA. Porque me permite hacer estas cosas y poder tributar homenaje a personas muy queridas que hace muchos años que trascendieron a otro mundo.
Este fue el escrito que en su momento le dediqué a Melecio.
«Creo que la gran mayoría hemos leído el libro “Los Santos Inocentes” escrito por el gran Miguel Delibes o a lo sumo habremos visto la adaptación cinematográfica que en su día hizo Mario Camus sobre esta obra. Hoy quiero traer a colación a un santo inocente que tuvo la Villa de La Orotava y que parece que ya el tiempo tras su fallecimiento borra su nombre entre la memoria villera. Y este santo inocente era Melecio, vecino de la carretera del Ramal.
Salvando las distancias y el concepto social, y con todos mis respetos hacia su persona, Melecio siempre me recordó al personaje de Azarías en la novela de Delibes luego interpretado magistralmente por Paco Rabal en el cine. A Melecio lo conocía de toda la vida y siempre fue una persona buena y cariñosa con todo el mundo. Recuerdo a su madre, siempre vestida de negro, aunque no logro recordar su nombre (pero creo recordar que tal vez se llamaba Gloria o Sara). Era una muy buena persona siempre atenta a su hijo. Dios la tenga en buen descanso como a tantos villeros de antaño ya casi todos desaparecidos y que formaban este municipio cuando La Orotava era pueblo en el sentido social. Como tampoco recuerdo si Melecio trabajó en la platanera. Hago memoria de que sí pero no estoy seguro.
Él siempre fue un hombre muy de pueblo y de cumplir. Recuerdo que pertenecía a varias hermandades y no había entierro al que no asistiera, al igual que lo hacia otro vecino ilustre de ésta Villa ya fallecido como era Ramón (otro ilustre al que le debo un escrito), antiguo habitante del Ramal. Porque como él decía “hay que acompañar para ser acompañados.” Y Melecio era uno de los que acompañaban siempre. Cada vez que se le veía vestido con traje negro y no había procesiones ya se sabía que alguien había fallecido.
Nemesio siempre fue uno de muchos santos inocentes que tuvo La Orotava. Una de esas personas que son niños grandes y que eran todo bondad y sonrisa hacia los demás. A veces los chicos le hacían alguna burla o ruindad y él siempre respondía con una inocente sonrisa. O cuando llegaba a pedir la hora porque su reloj no funcionaba, nunca lo hacía, o a pedir fuego porque su mechero hacía años que no tenía gas, y yo creo que ni piedra. Otras era medio pícaro y se rascaba la barriga para que le invitaran a un cortado en el Manjar, pues frecuentaba bastante la plaza del Llano. ¡Que querido era Melecio entre la gente del Casco! Me apenó su muerte, por lo menos hará ya unos 24 años de ello falleciendo no muy viejo. Siempre lo recordaré como aquel hombre-niño que tanta bondad atesoraba.
Me vienen el recuerdo tanta gente buena que ya no está… La verdad es que ya uno llega a una edad provecta en que la nostalgia empieza a ser algunos días la tónica habitual, pues Melecio es una de las personas de este pueblo que yo conocí desde que nací.
Siempre lo digo y no podré dejar de repetirlo. Hay que mantener la memoria de todas estas personas para las nuevas generaciones. Yo mismo que lo conocí de toda la vida y no he podido hacer un escrito más amplio pues los largos años fuera y el paso del tiempo en la memoria no me dan para más.
Pero bueno, lo que cuenta es la intención y mi intención la hago de corazón para con él y su memoria.
Allá dónde estés Melecio seguro que aún recuerdas tú Villa y tanta gente buena que te conoció y con la que conviviste.
Un grande de la Villa fue Melecio.»
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© 2014, 2025 Francisco García.
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Primera edición del texto: Diciembre 2014.
Segunda Edición del texto revisado: Octubre 2025.
Imagen generada por IA (Nano Banana).