Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

jueves, 27 de diciembre de 2018

El órgano de la Parroquia de la Inmaculada Concepción.

Portada del programa del concierto inaugural.
Hace unos meses ordenando mis archivos personales me encontraba una hoja con un programa musical fechado en tal día como hoy del año 2005. Yo recordaba el concierto de Michael Eckerle pues fue el concierto de la entrega definitiva del órgano de la Parroquia de la Inmaculada Concepción tras la profunda restauración que se le hizo. Como tenia material para hacer este escrito me pareció buena idea realizar esta publicación. Hay que remarcar que el sábado 19 de noviembre de ese mismo año hubo lo que fue un concierto inaugural para probar el órgano antes de su entrega definitiva.
El concierto estuvo a cargo del organista Josef Fleschut, acompañado del trompetista Hermann Ulmschneider y la soprano Marianne Jacob quienes interpretaron obras de Tartini, Ernest Chausson, Teleman y Stachowicz. (Fuente: web Ayuntamiento de La Orotava).

Recuerdo que incluso hubo una especie de dialogo entre trompetista y organista. Uno en el altar y el otro desde el coro que hacía que la música fluyera de una parte a otra del templo "volando" entre el publico.

Incluso unos meses antes ya se pudo oír el día de Corpus en la misa solemne varias piezas musicales. 

Programa del repertorio interpretado. Lo recuerdo como un gran concierto que acabó con un sonoro aplauso
puesto el publico en pie.


Pero vamos a retrotraernos en el tiempo. Música y religiosidad siempre han ido unidas de la mano. En nuestra cultura cristiana no hace falta sino mirar obras musicales desde el Medievo y mucho antes. Cantigas, misas, gregoriano y un sinfín de variantes que yo no tengo capacidad para disertarlas. Uno de los instrumentos musicales más potentes que existen por su sonoridad son los órganos. Sobre todo a partir del Renacimiento en el que cada iglesia quiso tener uno porque daba solemnidad y magnificencia a la misa y al mismo templo. La Parroquia de la Concepción no se quedó al albur y desde sus inicios quiso tener órgano al igual que otras parroquias y conventos villeros. En este escrito va la imagen del libro “1574-1914 órganos y otras actividades musicales en la iglesia matriz y su entorno. Datos para la historia.” Escrito por Manuel Rodríguez Mesa. Este libro lo guardo con mucho cariño pues tras el concierto inaugural don José Méndez y Ponte, el gran don Pepe Méndez, me hizo este regalo personal.

Portada del libro al que he hecho referencia.
Fue un regalo personal que me hizo don Pepe Méndez.
Dicho libro es un ensayo muy condensado, pero muy bueno, sobre la historia de los órganos que ha tenido la parroquia de la Inmaculada Concepción. Un trabajo de investigación muy riguroso y que vale la pena leerlo. Totalmente recomendable.

El actual órgano que hay en la Concepción su adquisición se debió a dos cosas. Primero a la necesidad de un nuevo órgano para la iglesia. Y segundo la concatenación de hechos y personas que en un mismo momento histórico estuvieron en un mismo lugar y con unas mismas inquietudes musicales en aquel año de 1913. Estas personas fueron el párroco don Inocencio García Feo, los músicos Tomas Calamita y Fernando Stauffer y la mecenas de este proyecto como fue la gran señora y dama doña María del Pilar Casañas que sufragó completamente de su peculio las 15.400 pesetas, toda una fortuna en aquella época, que costaba el órgano, transporte e instalación. Todo esto está muy bien relatado en el libro al que he hecho referencia.

Dicho órgano fue encargado a la compañía Eberhard Friedrich Walcker, empresa alemana puntera en la época en construcción e innovación de órganos, encargándose el modelo E.F. Walcker Opus 1804.

Ignoro por qué en esa franja del tiempo posteriores a estos hechos paulatinamente el órgano fue deteriorándose y no se le dio un mantenimiento adecuado. Sinceramente ni lo sé ni me interesa. Tampoco es dicho tema motivo de este escrito. Pero el órgano quedó prácticamente inutilizado.

Hace unos años por parte de las instituciones publicas villeras se puso en marcha un programa bajo el nombre de “La Orotava Restaura”. A dicho programa se acogió la restauración del órgano con un presupuesto de 58.000 €. Todo ello gracias a otro hombre y concatenaciones de hechos en el tiempo como fue don Pepe Méndez. Uno de los hombres con mayores inquietudes culturales que yo he conocido en La Orotava y un verdadero caballero de los que ya no quedan. Fue él el alma mater de la restauración y posiblemente sin su dedicación e ilusión por este proyecto jamás hubiera sido llevado de la forma magistral que se hizo. Dios se lo haya premiado en el descanso eterno.

Don José Méndez y Ponte (fallecido) revestido con la opa de la hermandad del Santísimo.
Verdadero Alma Mater de que la restauración del órgano de la parroquia de la Inmaculada
Concepción se llevara a buen puerto.
Foto: Paco García 2004.

Para dicha restauración se contrató a la empresa alemana Orgelbau Schmid Kaufbeuren e.k. que desplazó a la isla un equipo completo al frente del hoy su propietario Gunnar Schmid. Un equipo muy profesional que desmontó el órgano casi en su totalidad y muchas de sus piezas enviadas a su taller de Alemania para una restauración más efectiva. Yo traté algo con ellos. Gente seria y cumplidora como buenos alemanes. Verlos trabajar era una virguería. Incluso tengo una anécdota con uno de los trabajadores de esta empresa. Salía yo un día de Correros y me lo veo en la plaza Patricio García corriendo detrás de las palomas y rebuscando en los jardines. Cosa que me extrañó bastante porque uno puede pensar de todo. Y me comentó que cada día buscaba plumas de paloma porque eran la herramienta más fina y efectiva para limpiar el interior de los tubos más pequeños del órgano y otras piezas. Pequeños trucos del oficio que se van aprendiendo con los años. Un dispositivo de gente fantástica y muy educada. Se les notaba que se movían por este tipo de ambientes de música sacra. No quiero decir ahora que otros géneros musicales no sean gente fantástica y educada. No se me mal interprete. Ellos bajaban a la iglesia y se ponían por distintos puntos de la misma a comprobar la sonoridad. Hacían sus mediciones acústicas para que el sonido fuera compensado, iban montando pieza a pieza con precisión quirúrgica… Vamos un trabajo completamente artesanal.

Gunnar Schmid (derecha) junto a uno de sus empleados en una visita rutinaria de comprobación hecha meses
después de la entrega del órgano.
Foto: © Paco García 2005.



La verdad que hicieron un trabajo magnifico. A Gunnar lo vi unos meses después de finalizar la restauración pues volvió a las tipicas comprobaciones de rutina. Me lo encontré en la procesión de María Auxiliadora y me comentaba que se iba a Moscú a otra comprobación del órgano de la catedral de dicha ciudad. Tiempo atrás este fue el último órgano que restauró su padre Gerhard Schmid. Precisamente saliendo de la catedral durante la restauración tuvo un percance y en una mala caída, que luego se complicó, fue causa de su fallecimiento. No he vuelto a ver más a Gunnar. Ni sé si ha pasado de nuevo por La Orotava. Pero él y sus empleados eran muy buenos tipos.

Yo no entiendo de música, ni siquiera se tocar el instrumento musical más básico. Pero obviamente ese órgano forma parte de ese complejo arquitectónico y artístico que representa la parroquia de la Inmaculada Concepción y que está ahí para la solemnidad religiosa de la misma. Y es mejor tenerlo restaurado que deteriorado. Se que hay en distintas parroquias villeras otros órganos que desconozco su estado porque yo no voy de misa en misa ni de parroquia en parroquia. Pero hay que cuidar nuestro patrimonio porque es rico y variado. Cosa distinta es cómo y quién debería financiarlo. Pero ya eso son cosas de politiqueos, plenos y despachos y este blog no está para eso.

Más no puedo añadir al texto. Sino recordar este hecho de hace unos años en nuestro municipio. Lo único que puedo desear es grandes horas de música y grandes organistas que puedan deleitar al pueblo de La Orotava con la sintonía de este magnífico órgano musical que llegó a nuestro pueblo y casi un siglo después restaurado gracias a personas comprometidas a lo largo del tiempo con el pueblo y la cultura. Ya ninguno/a está entre nosotros, pero pervive sus esfuerzos, obra y buen recuerdo.

Como villero gracias a todos ellos.

Un saludo.

© 2018 Francisco García.

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Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.

Primera edición del texto: Diciembre de 2018.
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