La historia del escudo de La Orotava y ¿por qué la Villa no tiene un Himno?

De vez en cuando aparecen por las redes sociales la historia del Escudo de nuestro Municipio y sus orígenes. Y observo que muchos de nuestros convecinos desconoces el tema. Cosa que si bien no debería ser así tampoco es descabellado porque nadie se molesta en inculcar valores y conocimientos del terruño. Debería existir en los colegios públicos la asignatura de historia municipal. Se desviven por el Día de la Autonomía y luego no se conocen del pueblo ni las calles aledañas. ¡Manda chácara! A ver que yo tampoco conozco la historia del pueblo al dedillo pero como cada día sale un enterado por estos mundos pues hoy recojo el testigo. No porque yo sea más listo que nadie, al contrario, soy el último en todo.

Estandarte que se coloca en el balcón principal del Ayuntamiento.
La imagen es un recorte de una foto realizada desde la calle la Carrera
mirando hacia la fachada del mismo un miércoles por la noche.

 

El escudo de La Orotava es único, porque de los 8.116 municipios que forman España, solo 9, aunque una vez oí que son 11, tienen referencia en sus escudos al pasado helenístico del país. Nuestro escudo es una alegoría al Jardín de las Hespérides.

Sobre campo de oro un drago en recuerdo del antiguo que hubo en el Mayorazgo de Franchy y que es una simbiosis con el árbol de las manzanas de oro relatado en las misiones de Hércules.

Bordura de gules con cuatro manzanas de oro. Representan a los cuatro municipios que existieron en el Valle: La Orotava, el Puerto de la Cruz, Realejo Alto y Realejo Bajo.

Todo ello custodiado por dragones. Aunque se ponen que son dos la mitología dice que era solo uno, pero con cien cabezas, cada una de las cuales hablaba una lengua diferente. Se llamaba Ladón y junto a las ninfas era el encargado de custodiar el Jardín. Hera lo envió a defender su huerto de manzanas de oro, también presente en nuestro escudo, ya que no confiaba en las Hespérides hijas de Atlas. Hércules le dio muerte en uno de sus doce trabajos. Para agradecer sus leales servicios, Hera, ascendió los restos de Ladón al cielo y desde entonces forma la constelación del Dragón que se ve en el Hemisferio Norte. Dicha constelación está grabada en el pecho de los dragones en el escudo de mi blog. Aquí también hay otra simbiosis porque el escudo de armas de Alonso Fernández de Lugo era parecido. Aunque en eso siempre he tenido mis dudas. Todo ello coronado por una corona real de época de los Reyes Católicos. Escudo oficial, aunque en la fundación de La Orotava ya Isabel había fallecido sucediéndola en el trono de Castilla su hija Juana I “la loca” aunque quien cortaba el bacalao era la regencia de su padre Fernando.

A Ladón en el blog siempre lo he tenido visible, sea en su forma clásica o la que yo creé porque parece que nadie se acuerda de él siendo uno de los mayores exponentes de las historias de la Grecia Clásica.

Más o menos esa es la historia de nuestro escudo. Comprenderán que no iba ahora a escribir una tesis doctoral del tema. Tampoco estoy cualificado para ello.

Pero desde hace tiempo me hago otra pregunta. ¿Por qué La Orotava no tiene un Himno? Y miren que se podría tener un fabuloso canto patrio si se quisiera. Ahora que estamos saturados de vídeos en las redes sociales sobre nuestras fiestas en un intento de mitigar esta debacle sanitaria que conllevó la suspensión de múltiples celebraciones no veo a nadie que abogue por un Himno para La Orotava. Por ejemplo, el “Que yo soy de La Orotava” versión de Güicho Estévez eso no es un himno. Eso es un himnazo que te pone los pelos de punta. Cuando entra el Santísimo a la plaza del Ayuntamiento se le canta el “Cantemos al amor de los amores”, pero eso es un himno litúrgico. Y de resto no hay un Himno que defina La Orotava en su totalidad.

También existe una obra del poeta cordobés Guillermo Belmonte Müller que se titula “Canto a La Orotava” y que dice así:

¡Salud!, famosa Orotava,
Valle de eternos verdores
que echaste un tapiz de flores
sobre un desierto de lava.

Aunque, sin verlo, admiraba
tu suelo, ¡jardín canario!,
sentí un goce extraordinario,
cuando, al doblar el camino,
vi alzarse el telón divino
que descubrió tu escenario.

¡De tu belleza cautivo,
a mi hogar de nuevo torno,
llevando impreso el contorno
de algún álbum fugitivo!
La musa y el genio esquivo
aquí se pueden unir.

¡Qué sitio para venir
a inspirarse y a olvidar!
y ¡qué nido para amar!
y ¡qué lecho en que morir!

Bonitas estrofas estas para un arreglo musical. Pero bueno, eso ya es una opinión personal. Se canta lo que se canta y se baila lo que se baila. Y en este país el poner himnos suele generar polémicas ante tanta piel fina y ofendidito/a. En fin… A mi sí me gustaría que La Orotava tuviera un himno.
Saludos.

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