Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Don Wenceslao Ortega Aragón.

Hace un rato, he tardado en hacer esta publicación el buscar las fotos en mis archivos y escribir estas palabras, me enviaban un correo electrónico comentándome que el pasado 11 de febrero había fallecido don Wenceslao. La verdad que llevaba muchos años sin saber de él y el pasado 31 de enero publicaba una foto que le hice junto a demás compañeros del clero en un recuerdo por la festividad de don Bosco.

Don Wenceslao Ortega Aragón. Sacerdote salesiano. 
Foto: © Paco García 2005.

A don Wenceslao lo conocí allá por el año 2004 cuando llegó a La Orotava en su nuevo destino al colegio Salesiano-San Isidro. Teníamos cierto trato de conversación y siempre me pareció un sacerdote bastante humilde, comunicativo, aunque estaba medio sordo, y afable. En La Orotava estuvo unos dos o tres años a lo sumo y por lo que leo ahora residía en Logroño. La verdad que me ha producido tristeza la noticia porque siempre es bonito que la vida te cruce con buenas personas. No por ser sacerdote, sacerdotes hay muchos, soldados de Cristo rey pocos. Sino porque son de esa gente, indistintamente de su vocación, credo o ideología, con la que se podía tener una amena charla. Y eso siempre es de agradecer. Le gustaba mucho nuestro pueblo, sus fiestas y costumbres. Agradecía mucho la tranquilidad con la que aquí vivimos. Siempre fue muy participativo en la vida religiosa del municipio siendo habitual su asistencia a cultos y procesiones de las parroquias que están enclavadas en el Casco. 
 

Don Wenceslao junto a ¿don Julio? (creo que se llamaba así), en la procesión de María Auxiliadora.
Foto: © Paco García 2005.



La verdad es que no supe nunca mucho de su vida sacerdotal anterior a residir en la Villa. Tampoco me interesa para nada el pregunteo. Eso me parece de tener poca clase lo de estar preguntando lo que ni me importa ni afecta a una conversación. La gente que me cuente lo que quiera contarme. Siempre me abordaba con temas del pueblo porque como he dicho le resultaban estos lares muy curiosos en materia de tradiciones, fiestas y convivencia. Una vez sí me dijo ¿oye tú nunca te confiesas?. Yo me eché a reír y le dije mire don Wenceslao si voy a confesarme se queda usted sordo completo. Él me decía confiésate al menos en época de Cuaresma. ¡Qué cosas tienen los designios de la Vida que en este inicio de Cuaresma escriba esto! Siempre me respetó las opiniones pues yo tampoco disimulaba mi recelo al clero y algunos de los dogmas y cánones de la Iglesia. Conversábamos siempre en mutuo respeto.

 
 
Espero que Dios y la virgen, bajo la advocación de la Auxiliadora, le hayan dado ya el descanso eterno. Nos quedamos con la esperanza de que algún día nos volvamos a reencontrar.

Descanse en Paz don Wenceslao Ortega Aragón.

Junto a don Antonio Jiménez, otra leyenda de los Salesianos de La Orotava, en el Rosario de la Aurora.
Foto: © Paco García 2005.


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