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martes, 12 de marzo de 2019

La mujer rural de antaño.

Ahora que está tan en boga el tema del feminismo, la mujer y demás quisiera traer a colación un escrito sobre la mujer del mundo rural de antaño. No es un escrito desde posiciones radicales feministas ni a la vez atacante contra este movimiento. Personalmente creo que la guerra de sexos a la que se nos quiere llevar no es sino vivir en la más absoluta flor de la ignorancia. Yo no creo en los hombres y mujeres. Creo en las personas. Por lo tanto, esto es un escrito en baso a recuerdos y vivencias de estas que no se circunscriben solo a nuestro municipio, sino que son generalistas.
Allá por navidades (imaginen lo retrasado que voy en publicaciones) apareció por las redes sociales un video muy emotivo y de un impacto visual tremendo. Dicho video fue viralizado desde la pagina de “Proyecto Guanil”. Desde dicha pagina se definen como “…un proyecto independiente, creado para la conservación y difusión intangible y las señas de identidad del pueblo Canario”. En dicho video aparecía la señora doña Juana Hernández Padrón, nacida en Frontera y vecina del municipio herreño de El Pinar. Hay dos videos publicados en Youtube de Proyecto Guanil de los que dejaré enlace pues al ser un proyecto privado no tengo autorización para publicar dichos vídeos aquí. A los que se suman otros dos videos que vi del Instituto Canario de la Igualdad ICI y otro del Silbo Herreño.

Doña Juana falleció el pasado año. Ignoro a qué edad pues ni ella misma lo sabía con certeza.

Cuando vi las imágenes quedé sorprendido ante la fuerza de doña Juana y sus palabras llenas de sapiencia. De esas personas que lo que hablan hay de darles el sello de la más rotunda veracidad. Y aquello me hizo recordar a tantas mujeres, ya la mayoría fallecidas, que yo conocí en el mundo rural.

Por edad servidor es de la última generación de conocer vivir muchas cosas que hoy las nuevas generaciones ya no es que lo vena lejos. Es que incluso ignoran de su existencia. Y una de ellas era el conocer a personas como doña Juana. Quedan todavía algunas. Mujeres de las zonas rurales que trabajaban de sol a sol, atendían a sus hijos, su casa y demás. Unas mujeres, que por las circunstancias históricas que les tocó vivir, les imprimió un carácter peculiar. A mi me impresionaba mucho cuando miraba a cámara y decía “¿no es verdad?” y cómo en todo momento interactuaba con sus entrevistadores sin entrar en tuteos pese a ser mucho más jóvenes que ella. La educación de antaño en el respeto a los demás. Y estas mujeres eran así. Muchas de ellas sacando adelante solas su familia pues el marido partía a la guerra, o emigraba a Cuba o Venezuela. Algunos remitían dinero para su familia, pero hubo otros que desaparecieron y no se supo más. Estas imágenes me trajeron muchos recuerdos. Sobre todo, de labores agrícolas donde las recuerdo ver enlutadas y pañuelo en la cabeza, vestimenta que se autoimponían rigurosamente tras fallecer sus maridos y que nunca más de despojaban de ellas. E iban a los campos y uno las oía relatando arcaicas historias hoy perdidas de mujeres que habían vivido a caballo entre los siglos XIX y XX. Bien por nacidas o bien por conceptos sociales. Una gran lástima que la mayoría de esas historias hayan sido silenciadas por el tiempo pues por muchos trabajos, grandísimos por otra parte, que se hayan o se estén haciendo, se perdió un acervo cultural que bien hubiera estado tenerlo registrado. Porque doña Juana, como podía haber sido otra coetánea de su tiempo, circunstancias y lugar conservaban una tradición ya perdida. No solo la tradición oral, social, rezos y demás. Sino la tradición de cuando aun el ser humano estaba unido a la Naturaleza mediante la agronomía. Posiblemente la única ciencia aceptada donde sus mayores y mejores catedráticos sea gente que tal vez fuera hasta analfabeta. Yo creo que eso fue lo que más me ha impactado de estos videos. El contar cómo vivían y trabajaban la tierra y la ganadería. Evoco recuerdos de cuando estas mujeres iban a las cosechas a las fincas. Yo era niño y adolescente, aun muchas de ellas vivían siendo sexagenarias o septuagenarias, y era una fuente de sapiencia inconmensurables.

Mujeres de palabra y fuerza. Trabajadoras de verdad que mucho tuvieron que pasar. Ya doña Juana deja caer varias reflexiones en los videos como diciendo “cuidado porque no todo el monte es orégano y yo en la vida no lo he hecho todo bien”. Su reflexión sobre este mundo en el que vivimos creo que es lo más acertado que se haya dicho dejando a mucho intelectual, filosofo y demás totalmente vapuleado.

Como he dicho ya van quedando pocas mujeres así. Los tiempos cambian, los trabajos, los conceptos sociales, no hay que verlo sino en las vestimentas, y el mundo rural se ha abierto más al mundo urbanita. Afortunadamente todavía hay gente que mantiene las tradiciones, que cultiva alimentos, que tiene sus cabras, vacas, cochinos y conejos. Que recolecta en los tiempos de cada producto. Eso no hace falta que nadie me lo explique ni me lo enseñe. Se sigue manteniendo una tradición, pero no es esa misma tradición y esfuerzo como antiguamente. Lástima de uno que ya llega a una edad y no se diera cuenta siendo más joven de sentarse junto a estas personas y al menos en aquellos tiempos haberles puesto una grabadora y que nos hubieran contado cosas. Por eso siempre digo que en La Orotava yo echo mucho en falta que no haya un grupo de personas derivadas en un blog, web, redes sociales, etc que de las Medianias para arriba  no recopile a toda esta gente que por ley de vida se nos van. Indistintamente de hombres y mujeres. Es cierto que hay personas, instituciones, grupos… que se preocupan por divulgar lo que saben por nuestro pueblo. Pero La Orotava no es solo el Casco, las Alfombras y la Romería. Y mujeres como doña Juana hubo muchísimas. Todavía queda alguna pero posiblemente ya hayan entrado en décadas nonagenarias. Y eso es algo que debemos cuidar de dejar memoria escrita y fílmica como ha hecho Proyecto Guanil con doña Juana y tantos otros.

No sé qué más puedo escribir, pero a la vez podría contar muchas anécdotas personales de este mundo rural que cada día parece más acotado y abandonado. Tengo ese incomodo honor/incomodidad de ser de esas personas que vimos y vivimos por ejemplo el ver sacar el sol de la cabeza. El verlas cargando a la cabeza, no sé cómo lo hacían para llevar ni se sabe cuántos kilos, fuera sacos de papas, pinocha, leña… y luego más cosas en la mano. Con un equilibrio perfecto que no se desnivelaban ni un centímetro. Las mismas que tras cenar mientras las jóvenes de la casa recogían ellas rezaban el Rosario por los difuntos. Las que tenían unas manos para el arte culinario de comidas caseras que ya parece que no saben igual. Y las que trabajaban igual, incluso más, que los hombres porque era lo que tocaba. Que no salieron de su entorno a lo largo de la vida. Ya saben que no. El mundo les fue sus campos y poco más. Que estuvieron primero bajo la tutela del padre y luego del marido. Ya saben que sí. Eran los convencionalismos de aquella época que hoy arriesgadamente se juzgan sin pensar en lo qué podrán juzgar las generaciones venideras de esta que ahora juzga. ¿Qué pudieron estudiar? Las más afortunadas aquello que se llamaban las primeras letras. Pero se doctoraron en la carrera de la vida sin que nadie les diera nada. Tantas y tantas cosas o pudiéramos relatar y evocar que esto seria un escrito muy extenso si entrara en temas de historias personales y de magnificas mujeres que yo conocí en el mundo rural.

Hoy he querido, desde una manera totalmente aséptica sin ideas trasnochadas ni gritonas. Tampoco sobre ideas de fuerza, convencionalismos sociales, morales, patriarcales o religiosos. Simplemente el querer tener un recuerdo para con estas mujeres. El tiempo pasa y va silenciando muchas voces. Y muchas veces hay que limpiarse la mirada y el intelecto y mirar atrás para poder seguir avanzando con paso firme y no tambaleante.

Un saludo.



© 2019 Francisco García.
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Estos son los videos que me han gustado sobre doña Juana y que dejo los enlaces para que puedan visionarlos. Felicitar a todos los que se preocupan de realizar este tipo de proyectos en su empeño de que gentes como doña Juana pueda quedar la herencia de su testimonio en el éter inmortal de la Red y darlo a conocer. Es lo mejor que se puede hacer por las generaciones más jóvenes y por las que aun no han nacido.


Proyecto Guanil:

Facebook: https://www.facebook.com/Proyectoguanil/




Silbo Herreño:



Instituto Canario de Igualdad:


Esta foto no es de doña Juana. Supuestamente fue tomada en los altos de La Orotava y publicada en el año 1919 por la revista National Geographic. Por esos años doña Juana, si rondaba la edad que ella creía tener, o era recién nacida o una niña de pocos años.