 |
Milagros Santos Mesa (1932-2024).
|
Yo no quiero que nadie piense que
por alguna razón me he olvidado o no he querido saber nada de Milagros o de que
en este blog no se le iba a dedicar el escrito que merece. Pero aquí han
sucedido una serie de hechos que me gustaría expresar.
Estas últimas semanas he tenido
unos reveses de salud bastante acuciantes, lo que han hecho que el blog
estuviera totalmente desatendido. Hasta hoy no he tenido las fuerzas físicas y
mentales suficientes para encarar este escrito.
Yo me entero por un familiar que
le comenta una amiga que otra persona (residente en la calle Calvario la cual
omito el nombre), le ha dicho que Milagros falleció. Eso es el día 24 de
Diciembre bien avanzada la tarde. Incluso tiempo antes había subido al blog la
felicitación de Navidad. Contacto con varias personas y me confirman que
fallece el día 22. Pero poco más saben
de si ha sido o no enterrada.
Pese a mi mal estado de salud mi
honor y mi afecto por Milagros me obligan a echarme a la calle, pese a la
enorme fiebre que tenía, rumbo hasta los tanatorios del Casco por si allí la
estuvieran velando, pues mi duda es si ha sido ya enterrada ya o lo será el día
25. No la encuentro en los mismos, por lo que doy por hecho que es enterrada el
día 24.
Quiero dejar claro que en ningún
momento nadie, absolutamente nadie, me comunica de ninguna manera el
fallecimiento de Milagros. Eso me ha dolido enormemente, en esta Orotava que
luego por la calle te paran para preguntarte verdaderas jilipolleces. Pero a la
hora de la verdad nadie está para dar un aviso de este tipo. Y luego no me
vengan a ponerse bien puestos que si tal o cual persona lo puso en su página.
Porque simplemente esa excusa barata no me interesa.
Estoy tremendamente dolido con
esas personas que quizás habiéndose enterado y pudiendo no me avisaron. ¿Si no
estamos ni para esto entonces para qué? Porque la gente sabe que en estas cosas, y más en personas como la finada, a mí me gusta acompañar.
Pero tampoco se bien qué pasó. Si
Milagros falleció de repente. Si tuvo duelo o entierro. Ni siquiera sé si yace
en el cementerio o la incineraron.
Lo ignoro todo.
Sólo ayer día 26 a ultima hora me
comunican que la misa por su eterno descanso será el viernes 3 de Enero en la
parroquia de la Inmaculada Concepción.
Para mí era fundamental empezar
con este prefacio y aclarar el por qué no estuve presente en los últimos
momentos de Milagros en este mundo y por qué ha tardado unos días en aparecer
este escrito.
Y ahora sí quiero dedicar unas
líneas a la estimada Milagros.
Milagros fue de esas personas que
a mí me conocían desde antes de yo nacer. Muy apreciada en mi casa en la que
siempre gozó de gran estima junto a sus padres y hermanos Gregoria, Juan,
Salomé, Augusto, Antonio y ella. Gente de lo mejor que ha dado el Casco de La
Orotava entre sus más loables hijos.
De los hermanos de Milagros
recuerdo con mucho cariño a Salomé, Juan y Augusto. Con Augusto tengo una anécdota
muy bonita el día que la Antorcha Olímpica pasó por La Orotava rumbo al
pebetero de las Olimpiadas de Barcelona 92. Dicha anécdota la relataré el día
que consiga una foto de Augusto.
Mi relación con Milagros siempre
fue de un afecto y cariño inmenso. Como digo fue de esas personas que habían
estado siempre presentes en mi vida. Obviamente el tiempo y la misma vida van
haciendo que los rumbos muchas veces se separen, pero nunca perdimos el
contacto.
Mujer siempre educada y discreta.
Nunca una palabra más alta que otra ni un mal gesto o una crítica a nadie. Ella
vivía y dejaba vivir.
En los últimos años me la solía
encontrar junto a su grupo de amigas en la plaza del Llano. Yo siempre les
bromeaba diciendo “¿cómo están hoy las chicas de oro?”. A veces deparaba con
Milagros charlas profundas y trascendentales sobre La Orotava y sus gentes.
Ella era persona reservada, pero de una profundidad de análisis que se sumergía
en las capas subyacentes de aquello que la rodeaba.
Sentía la soledad de la vejez. Y
no porque estuviera sola. Nunca lo estuvo. Al contrario, siempre muy bien
acompañada. Sino que sentía esa otra soledad espiritual de que ya no iba quedando casi
nadie vivo de todas aquellas personas que formaron parte de su niñez y
juventud. Eso es algo que yo que estoy entrando ya en una edad provecta estoy
empezando a experimentar sus primeros síntomas.
Y Milagros siempre me lo expresaba.
Y me empezaba a nombrar muchísimas personas incluidos mis abuelos. Y razón no
le faltaba, pues ella experimentó este cambio brutal que ha dado La Orotava y
sus gentes. Una vida bastante longeva como la de ella le permitía poder
analizar todo con la calma y el rigor necesario.
Tengamos en cuenta que en la zona
del Casco en la que residió Milagros fue habitada por un grupo de personas,
algunos vivos y la mayoría ya fallecidos, que están entre los 80 y 120 años y que
fueron la mejor generación que ha tenido este sector de la Villa. Muchísimos
nombres me vienen ahora a la mente. Aquellas generaciones y personas fueron inigualables
en lo mejor que se podía esperar de todos ellos/as. Milagros los echaba
muchísimo de menos.
Esas personas, y lo sé de buena tinta porque incluyo a mis abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y trastatarabuelos (nosotros llevamos desde la primera mitad del siglo XIX en la zona y proveníamos de otra zona del Casco), formaban una unidad vecinal totalmente compacta. Si no tenían lazos de sangre los tenían de buena vecindad. Y eso para ell@s era muy importante porque forjaba pueblo. La unidad y ayuda vecinal mutua era deber ineludible para esa gran generación de viller@s hoy desaparecida.
¿Por ejemplo no avisar de un entierro? Para
ellos eso era algo impensable e intolerable.
Todo ello lo aderezaba con
anécdotas, historias y chascarrillos. Porque recordar es volver a vivir y a Milagros
le encantaba volver a recordar. La verdad es que yos disfrutaba mucho con su
conversación. A veces incluso era yo el que le sacaba el tema de conversación
de si recordaba tal o cual historia o persona. ¡Que bonitos ratos que ya no
volverán!
Hace unos meses la vi por última
vez que venía del otorrino. Me había comentado que había estado un poco pachucha
en el hospital, pero que ya estaba en su casa recuperándose. Incluso le habían
puesto una chica para que la acompañara en su día a día.
Tristemente el tiempo pasaba y
Milagros ya no frecuentaba tanto sus momentos de paseo, pues se agotaba con
facilidad. Pero lo que jamás pensé es que este terrible año 2024 la Parca nos la
arrebatara. Con ella se va otro de mis últimos vínculos con Las Orotava vieja y
auténtica. Con esa que ella adolecía de irse quedando en soledad y que yo no le
veo relevo generacional.
El tiempo es implacable y no
vuelve y Cronos y la Parca este año nos han hecho un perpetuo recordatorio de
que se nos está yendo esas generaciones de hierro que tanto dieron por nuestro
pueblo.
Esta marcha me supone un golpe
más en un año que en lo personal no ha sido fácil. Los golpes dados en cada mes
del año con personas que se han ido yendo no me han sido fáciles de encajar.
Con Milagros prácticamente que quedado K.O. total. Para mí esto no son fallecimientos.
Son la pérdida de personas que uno quiere y estima y que han formado parte
indisoluble de mi vida.
Lo tengo que aceptar con dolor y
resignación. No queda otra.
Se que se me quedan muchas cosas
por decir, pero en este inmenso dolor y estado febril que me abate Milagros tenía
que tener su espacio en este blog, pues así me lo demandada la amistad y el
honor.
Descansa en Paz amiga. Dale un fortísimo
abrazo a tu familia de mi parte y a todos esos villeros y villeras que con
tanto cariño y emoción evocábamos en vida. Ya estás con ellos. Con tu familia y
con tu pueblo.
Siento tanto no haberte velado y
haberte acompañado en tu sepelio. Esa es una espina que como aguijón carmesí me
ha atravesado el corazón. Tendré que darme también tiempo en esto.
Hasta que el Destino nos vuelva a
cruzar amiga, vecina y gran villera.
Descanse en Paz Milagros Santos Mesa.
#100x100villerosdelaorotava
#villadelaorotava #laorotava
#milagrossantosmesa #descanseenpaz #tenerife #islascanarias #españa