Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

sábado, 16 de septiembre de 2017

En recuerdo a mi amigo Manolo Toste.

Hoy son de esos días tristones porque son días de recuerdos para un amigo que ya no está.
Hoy 16 de septiembre Manolo cumple su séptimo año de fallecimiento. La verdad que yo lo sentí mucho porque pocas personas he conocido en la vida tan buenas y nobles como él. Un hombre muy tímido y retraído en su mundo. Pero a la vez un hombre muy inteligente con un fuerte sentido para la lectura comprensiva. Gustaba mucho de leer y cómo no, de fumar sus buenos puros de los que nunca se separaba. Fue un gran deportista en el levantamiento de pesas. Era de una fuerza física natural portentosa. Recuerdo verlo sacando clavos de cuatro pulgadas metidos en madera y los extraía son ningún esfuerzo con la mano haciendo astillas la madera.
De las muchas anécdotas que pudiera comentar de él voy a relatar cómo se despidió de mí sin decirme nada. Se sabía que estaba enfermo. Se había mermado mucho físicamente y su rostro ya lo denotaba. Recuerdo que unas semanas antes de su muerte estaba hablando con nuestro amigo en común Ñete Polo y vi de lejos que Manolo salió de su casa. Vino directo dónde yo estaba. Me dio unas palmaditas en la espalda con su siempre amable sonrisa, hablamos unas palabras y me dijo adiós. Jamás pensé que fuera la última vez que lo viera con vida. La verdad que esa imagen de Manolo subiendo la calle García Beltrán ya costándole caminar y muy fatigado, y el haber hecho el esfuerzo por venir a despedirse de mi es algo que aun hoy el día me causa emoción. Él intuía que ya le quedaba poco. Se fue cómo vivió. Sin hacer daño a nadie.
Fuimos pocos a su entierro que no perteneciéramos a su ámbito familiar. Sus muchos años viviendo en Tacoronte con su padre Nicolás Toste, antiguo empleado del Ayuntamiento de La Orotava y de las FAST, le hicieron perder contacto con el Pueblo hasta su regreso. Manolo tenía un carácter que le hicieron tener pocos amigos. Pero los que tenía eran auténticos. Eso se los garantizo.
Echo de menos a Manolo. Siempre fumando sus puros sentado en la plaza del Llano. Cada vez que paso por allí y miro al fondo parece que lo veo. Recuerdo cuando de lejos le gritaba “Manolo echándote el purito” y él agitaba la mano saludando. Cada vez que estaba largas temporadas fuera de La Orotava de los primeros sitios dónde iba era al Llano para saludarlo. Siempre me decía “das más vueltas que un cilindro”.
A veces me dejaba sorprendido con las conversaciones que teníamos y de cómo una persona sin estudios, que tampoco es que yo sea bachiller por Toledo y licenciado por Salamanca, podía tener luego la extensa cultura que poseía. Tenía una capacidad innata para la lectura comprensiva y posterior reflexión. Tanto citaba e interpretaba un versículo de la Biblia como una cita literaria o un párrafo de una publicación. Fui incluso testigo de cómo le dictó de forma espontánea una carta de amor para un vecino que quería conquistar a una chica.
Siempre con aquella larga barba que le daba aspecto de ser un hombre de profunda sabiduría en este raro y duro caminar que es la Vida y sus entresijos. Se iba los sábados a la misa de las 18:00 H a la parroquia de Santo Domingo de Guzmán y llegaba una hora antes porque le gustaba la meditación en el silencio. Nada como la susodicha iglesia para ello.
Antes cuando iba al cementerio siempre visitaba su tumba y le decía a aquello de “Manolo el purito”. Ahora no sé dónde está pues lo pasaron al nicho junto a su padre y no lo he localizado pese a que me dijeron la zona. Parece que el Destino quiere que su lapida sea como su vida. Discreta y silenciosa. Como he dicho Manolo no dejó muchos amigos pero sí dejó grandes amigos. Uno de esos amigos que ya está con él fumando puros es Domingo el “Popi”. Domingo siempre le decía “Manolo eres un sátiro”. Él se reía y le decía “ayy Domingo cómo eres…”. No hay Cohíbas, Montecristos y Vikarios suficientes en el Cielo para ustedes dos.
Si de algo puedo presumir en La Orotava es de conocer y haber conocido a grandes personas. Yo no escribo cuando muere alguien para quedar bien. Que detallista el Paco dedicándole un escrito a tal o cual persona. No. Yo escribo cuando fallece y periodo después cuándo el inexorable paso del tiempo borra la vida de aquellos de los que ya no se acuerdan de su nombre. Por eso siempre tengo presente a tanta gente. Porque eran mis amigos, vecinos o conocidos. Y Manolo era un gran amigo. Allá dónde estés Manolo espero que tengas feliz estancia. Porque te lo mereces.
Villero de gran corazón y bonachón a más no poder siempre presente en mí recuerdo.
Un abrazo amigo.


© 2017 Francisco García.
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Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Septiembre de 2016
Segunda edición del texto revisado: Septiembre de 2017


Manolo Toste
Foto: © Paco García 2005.