Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

martes, 19 de diciembre de 2017

Don Leopoldo Rodríguez González.

Este pasado fin de semana era noticia en La Orotava el fallecimiento de don Leopoldo, antiguo profesor de matemáticas del colegio Ramón y Cajal y del instituto Rafael Arozarena.
He de admitir que a don Leopoldo solo lo conocía de vista pues yo no estudié en el Ramón y Cajal. Pero sí tengo amigos/as que fueron sus alumnos y que me comentaban el sábado la tristeza que sentían ante esta pérdida. Porque lo recordaban como un excelente profesor de matemáticas, pero más aún como una gran persona. Yo sé bien lo que sentían pues este año han fallecido dos de mis antiguos profesores en los Salesianos como fueron don Antonio Jiménez y don Leoncio González.
Son perdidas sentidas porque un profesor no es un familiar, pero son personas que se nos cruzan en nuestra vida cuando nos estamos formando como individuos y en muchos casos, como en mi época, que íbamos a clase de lunes a viernes en horarios de mañana y tarde, pasábamos más tiempo con los profesores que con personas más cercanas a nuestro entorno. Y eso crea vínculos de respeto y afecto. Decía Rudyar Kipling “Dadme un niño durante los diez primeros años de su vida: no necesito más para formar a un hombre.” Esta afirmación que tiene un sentido acotado o está fuera de contexto en esta época actual sí que contiene una fuerte verdad. Tan vez no los diez primeros años de la vida de un niño/a, pero sí los quince primeros. Porque un buen profesor no solo crea buenos alumnos sino mejores personas que son las que potencian una sociedad más sólida en todos los valores. Y esos vínculos vi entre mis amistades cuando les pregunté qué opinaban de don Leopoldo. Profesor del que hace un tiempo se había publicado una foto del claustro del Ramón y Cajal en los años 80 y fueron muy reiteradas veces las muestras de cariño y gratitud hacia él.
En cuanto he tenido algo de tiempo para escribir he querido traer a 100 x 100 villeros a este abulense de nacimiento al que a varias generaciones de villeros impartió sus conocimientos de matemáticas de una forma distinta y amena que lo hicieron único. Y cuando esas generaciones sienten la partida de un educador como don Leopoldo es síntoma inequívoco de que ahí hubo calidad como docente y una calidad aun mayor como persona.
Como he dicho más arriba no lo conocí como profesor, pero en las caras de mis amistades que estudiaron en el Ramón y Cajal veo la tristeza por una dolida marcha. Porque mucha de esa gente que hoy se entristece por ello no solo fueron sus alumnos sino ahora son padres de quienes fueron alumnos de don Leopoldo. Educadores arraigados a una tierra que no era la suya pero que los recibió como hijos de la misma.
Mi más sentido pésame a su esposa e hijos y mucho ánimo para sus ex alumnos. Quédense con el ejemplo de educacional y de bondad de la que hizo gala porque eso es la mayor trasmisión de valores que puede legar un profesor.
La misa por su eterno descanso se celebrará el próximo viernes 22 de Diciembre en la parroquia de la Inmaculada Concepción (La Orotava) a las 19:30 H.


La foto se viralizó por las redes sociales y la copié del muro de una amiga del Facebook. No sé bien quién la publicó primigeniamente por lo que le pido disculpas por utilizarla para este escrito.

Don Leopoldo Rodríguez González.