Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

domingo, 19 de septiembre de 2021

El Bicho de San Vicente.

 

Primeros momentos de la erupción en cumbre vieja. Son imágenes bellas, pero a la vez inquietantes porque como todo fenómeno de la Naturaleza tiene su parte muy imprevisible. El planeta sigue vivo, pese al maltrato que lo sometemos, y con estos fenómenos nos lo demuestra. Aquí tenemos el Teide que está "dormido" y que siga así. Pero en Canarias, como en muchas zonas del mundo, debemos ser conscientes de que vivimos sobre suelo volcánico. Imagen: Reuters/Eurtopa Press de una noticia del diario El País https://elpais.com/ciencia/2021-09-19/entra-en-erupcion-el-volcan-en-la-palma.html

 

Como era de esperar a entrado en erupción Cumbre Vieja en Cabeza de Vaca, zona de los altos del municipio de El Paso en La Palma. Días y días de temblores sísmicos y un magma que buscaba salir a la superficie. Cosa que por otra parte tampoco debe de extrañarnos en unas islas de origen volcánico. Esto es lo que hay, en planeta está vivo y el núcleo terrestre está perpetuamente fundiéndose. Lo que debemos preocuparnos es en salvaguardar a la población civil y que cause el menor daño posible. Ojalá esto quede en un espectáculo de la Naturaleza y no debamos lamentar daños humanos ni materiales.

Hace unos días estaba pensando en este tema y recordé la historia del Bicho de San Vicente en el municipio vecino de los Realejos. Por lo que me puse a indagar y transcribo lo siguiente desde el Facebook del Ayuntamiento de los Realejos publicado el 10 de Abril del año 2015:

«Leyenda o tintes de leyenda, al menos, se nos antoja que adquirió un fenómeno que se conoció como “el bicho”. Fue en el año 1971, cuando en la isla de La Palma se empezaban a producir noticias sobre la erupción del volcán Teneguía. Por Los Realejos, casi en la desembocadura del barranco Godínez, a la altura de San Vicente, comenzaron a producirse fenómenos “extraños”, acompañados de ruidos inquietantes, en una cueva del lugar, a donde se accedía desde la carretera, junto a unas huertas. Se barajaron las hipótesis más dispares. Desde que era un bufido que llegaba del mar; que se trataba de un tubo que traía directamente desde La Palma los rebumbios del volcán; que era un bicho desconocido... Algunos llegaron a acceder hasta la entrada de la cueva, e introdujeron ramas secas a las que prendieron fuego. Todo sin éxito.

La concurrencia de vecinos y muchos foráneos iba en aumento, atraídos unos por el “efecto científico”, y los más por el tenderete que el agrupamiento de curiosos suscitaba. Un ventucho cercano, que, oportunamente fue conocido como “la tasca del bicho”, hizo su pequeño o gran agosto, por el incremento de las consumiciones de los visitantes. Hasta las murgas carnavaleras incorporaron el asunto a sus irónicas letrillas, aludiendo a que la visita a aquel “bicho” había producido algún que otro “bichito” algunos meses después, a raíz de la sugerencia de las sombras en las inmediaciones del punto de reunión. 

Unos meses más tarde se desveló el enigma, y fue paseada por el pueblo la pareja de noctámbulas lechuzas que eran las causantes de producir aquellos ruidos, en sus naturales prácticas de celo y apareamiento en la cueva que escogieron como tranquila mansión de amor, hasta que llegó la marabunta y la confusión, que tanto dio que hablar, mientras La Palma atraía a otros amantes de la naturaleza, quizás un poco más sensatos, a pesar de los impresionantes efectos del volcán. (Curiosa muestra de cómo surge una leyenda popular, que fue muy comentada en su momento, y que al cabo del tiempo suscita la sonrisa y que, en cualquier caso, incrementa nuestra particular mitología o colección de leyendas populares).»

LEYENDAS REALEJERAS. El "Bicho de San Vicente".

Álvaro Hernández Díaz

https://www.facebook.com/Ayuntamientodelosrealejos/photos/814993998536957

 

Otro texto interesante es el siguiente:

¿Qué ocurrió realmente en el Barranco de Godínez, en Los Realejos, en Tenerife?

17 de Sept. de 2013

Claudio Hernández

«A principios de los años 70, un jadeo desconcertante congregó a miles de personas en torno a una cueva del lugar.

Pocos meses después, ya en 1971, hacía erupción el volcán Teneguía, pero aún hoy, más de cuarenta años después, nadie ha podido descifrar el misterio de El Bicho del Realejo.

Un camarero que trabajaba en un hotel del Puerto de la Cruz, y que cada día bajaba, andando, por un sendero del barranco de Godínez, en el municipio limítrofe de Los Realejos, escuchó extraños y potentes jadeos en una cueva del lugar. Y, asustado, dio aviso a la Guardia Civil del Puerto de la Cruz. El sargento-comandante del puesto se desplazó al lugar, en compañía de un número de la Benemérita, y efectivamente escuchó los jadeos en la cueva, que sólo se producían en el silencio de la noche. Creyendo que era una pareja haciendo el amor, vivo Franco, con aquel descaro, el sargento, pistola en mano, conminó a los amantes a que salieran con los brazos en alto. Pero allí no se movió nadie, y los jadeos continuaban.

A partir de ahí se organizaban marchas diarias hacia el lugar. Miles y miles de personas, llegadas de todas partes de la isla, se concentraban en torno a la cueva a escuchar los extraños ruidos. La Guardia Civil montó un dispositivo especial para canalizar el tráfico, pero nada podía contener a aquella multitud. Unos hablaban de apariciones divinas, y otros, más prosaicos, de amantes que cobijaban en el fragor de la noche.

Algunos osados, como Gilberto Hernández, alias “el Orejas”, un personaje del Puerto de la Cruz al que todo el mundo conocía, quiso cazar por su cuenta al dragón embravecido, y organizó un safari para atraparlo, con escopetas, focos y una patrulla de exploradores. Fue disuadido por el sargento de la Benemérita, que le dijo que el Bicho era cosa suya.

Hay una anécdota al respecto, protagonizada por Ávalos, un pintor catalán que siempre pintaba la misma vista del muelle portuense, con tal éxito que vendió miles de cuadros iguales.

Ávalos, un hombre muy bajito, atraído por el misterio del Bicho, se trasladó arriba para pintarlo, con tan mala suerte que sufrió un apretón y hubo de retirarse a un lugar cercano a la cueva para defecar. En ese mismo instante, Gilberto “el Orejas” y sus fieles iban a abrir fuego contra el supuesto Bicho, por lo que Ávalos, con los pantalones caídos, gritó, alzándose sobre sus cuclillas: “¡Gilberto, Gilberto!, no soy el Bicho, soy Ávalos, el pintor, ¿no me reconoces?”.

Tras un par de meses de peregrinaciones al lugar (la gente arrasó las plantaciones del barranco, y un listo montó un kiosco con el que se forró), los jadeos cesaron. Algunos atribuyeron el caso a la respiración de pardelas dentro de la cueva, que haría de altavoz. Pero yo, que escuché aquellos gemidos, les aseguro que allí había algo muy raro y nunca se averiguó qué era.

Pocos meses después hizo explosión el volcán Teneguía, en La Palma. El geólogo y catedrático Telesforo Bravo indicó que no había relación entre uno y otro fenómeno, pero la duda quedó en el aire.

¿Qué originaba aquellos jadeos? ¿un animal, un hombre, un extraño fenómeno natural? Nunca se supo. Lo cierto es que, hace más de cuarenta años, en Los Realejos se pudo escuchar un extraño ruido desde dentro de una cueva.

Cuando la Guardia Civil, con sus “naranjeros” en ristre, pudo entrar en ella —los agentes tenían miedo— no hallaron nada. Sólo unos huesos extraños que nadie se ocupó de analizar. Eran otros tiempos.»

Fuente:

Cortesía de Roberto González Rodríguez.

Texto: https://padronel.blog/2013/09/17/otros-qu-ocurri-realmente-en-el-barranco-de-godnez-en-los-realejos-en-tenerife/

 

Creo que estos dos textos son suficientes para poner en relieve la magnitud, e inquietud social, que aquello produjo. Me contaban que en el Valle no se vivió miedo, pero sí cierta desconfianza ante las teorías dadas y que por decirlo de una manera actual se convirtieron en virales. Y eso que no había redes sociales. Se habló de todo, y aunque no lo he leído en estos textos, también estuvo presente la teoría del fenómeno OVNI y de experimentos secretos.

Bien es cierto que allá donde se producen fenómenos volcánicos son entornos donde previamente hacen aparición fenómenos de luces extrañas, sonidos sin determinar y demás anomalías digamos misteriosas que no tienen explicación científica. Había quien decía incluso que el Teneguía se comunicaba mediante tubo volcánico directamente con la mencionada cueva. ¡Vaya usted a saber! ¿Se oirá de nuevo el bicho en el barranco Godínez? Yo no lo sé. Pero aquello quedó como anécdota relacionada con la erupción de 1971. Como ya hemos leído a río revuelto ganancia de pescadores. Supongo que ahora será igual. En eso cambian poco los tiempos. Incluso hay quien me ha dicho que estuvo en La Palma en 1971 cubriendo la noticia y que aquello, al igual que pasó en Los Realejos, fue como una especie de inyección económica de pingües beneficios porque la gente acudía a raudales y la hostelería, bares, pensiones, etc tuvieron sus buenos ingresos.

 

La última gran erupción volcánica en Canarias. Sucedida igualmente en La Palma en el año 1971. Esperemos que siga siendo la última gran erupción. Imagen: https://www.20minutos.es/noticia/357019/0/volcanes/riesgos/canarias/

 

Curiosa imagen del año 1971 de una persona vendimiando mientras el volcán sigue en actividad. La pongo no solo por la fuerza que trasmite la foto sino por el mensaje de prudencia y de seguir haciendo vida dentro de la gravedad. En La Palma lo saben bien, pues en el siglo XX han tenido dos grandes erupciones. La de San Juan (1949) y el Teneguía. Imagen: https://www.eldia.es/la-palma/2021/09/17/tercer-volcan-vida-57380157.html


 



Esta no es una historia de La Orotava, aunque fue en el Valle y fue muy comentada, y hoy que hay una nueva erupción en La Palma quería comentarla para que esta historia no se quede en el olvido. Repito lo dicho más arriba. Estas cosas son normales y más en islas de origen volcánico. Por su puesto la mayor de las prudencias y seguir las indicaciones oficiales. Nada de hacerse el héroe o ir de novelero y acercarse donde no se debe. Aunque hay que reconocer que Gilberto Hernández “el Orejas” le echó arrestos al tema. Pero esas cosas a fin de cuentas son una temeridad sin sentido. Y era una temeridad sin sentido antes y ahora más que todo el mundo está anestesiado por las redes sociales.  Seguro que más de un bobo detienen estos días en las inmediaciones del volcán. No lo hagas. Se prudente y déjate de rollos.

Un saludo y mucho ánimo para la isla de La Palma y sus buenas gentes. 

 

Cauce del Barranco de Godínez. ¿Qué bicho sería aquél?


 

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