Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

miércoles, 24 de mayo de 2023

Mi valoración de “Entre recuerdos de nuestro ayer”.

 

El pasado sábado se celebró en el entorno de San Francisco una bonita recreación basada en el año 1953 por parte del Colectivo Cultural la Escalera.

Ni que decir que fue un éxito de participación y asistencia de público.

Pasados unos días, y tras haber publicado mi humilde trabajo fotográfico y fílmico, quiero hacer una valoración del mismo.

Como era de esperar fue un triunfo. Nada inimaginable estando detrás el Colectivo Cultural la Escalera. Una vez más demuestran su valía y buen hacer en este tipo de eventos culturales.

Y no lo escribo por quedar bien. Lo escribo desde quien lo ha vivido en primera persona y ha visto pergeñarse a fuego lento todo este proyecto que nació bajo “Vamos a la acequia” hasta fructificar en “Entre recuerdos de nuestro ayer”.

Han sido muchísimas horas de documentación, preparación, escribir guiones, ensayos y reuniones. De buscar ropas, enseres, menajes y lo qué hiciera falta para contextualizar lo más posible la ficción a la realidad de aquella época. Esto no ha salido de un día para otro. Al contrario, ha llevado su tiempo y trabajo. Tiempo y trabajo desinteresado que hemos dado muchísimas personas para que saliera todo adelante.

Felicitar a Miguelina y todo su equipo porque desde el primer momento han sido inquebrantables y con la mayor ilusión han tirado para adelante para que esto llegara a buen puerto. Miguelina ha sabido rodearse de las mejores personas para ello, y como siempre digo, el grupo de teatro del CCLE nada tiene que envidiar a un grupo de teatro profesional. 

Aparte de que tienen un sello aún muy superior que es la calidad humana de quienes componen este grupo de teatro. Calidad humana extrapolable a la totalidad del conjunto de personas que forman en Colectivo Cultural la Escalera. A mi siempre me han dispensado un trato de lo más amable sin yo pertenecer al mismo. Yo sólo soy un villero más que no representa a nada ni a nadie. Pero siempre en su sede me han abierto las puertas y me han acogido como uno más dentro del Colectivo. Y eso es de agradecer.

Este blog le debe muchísimo material publicado y en archivos gracias a ellos. Pero lo más importante es lo mucho que he aprendido con sus proyectos y las amistades que me llevo de los mismos. Eso para mi es lo que con más valor atesoro.

Grupo que se ha hecho conocido gracias a los vídeos que 100 x 100 villeros de La Orotava ha ido publicando desde aquel ya lejano Noviembre de 2021. ¿Quién no conoce ya a Fefa y Maruca, a las lengüinas de Carmen y Gervasia, a la activa Consuelo, la prudente doña Sara y a la tranquila Domitila? ¿O quién no sabe ya de las andanzas de Celedonio y de todo un caballero como es su hijo Francisquito?

A este magnífico grupo humano e interpretativo se han unido en esta ocasión especial unos personajes que han aportado frescura y dinamismo como han sido el padre Crescencio (Machín González), Bonifacio el loco (Luisi), Silvestre (no necesita presentación), Hilario el afilador, Carmen Lola, las señoras de abolengo interpretadas por Marta y su hermana, los galanes Federico y Saturnino, y un personaje que dejó a todo el mundo deslumbrado como ha sido Esperanza (Lali).

Todos estos personajes nombrados, más los restantes, aportaron unas interpretaciones magníficas y que fueron columna básica de que esto fuera un éxito. Sin ser actores profesionales desplegaron unas dotes interpretativas que ya quisieran muchos grupos y colectivos poder contar con ell@s.

Para el recuerdo nos van a quedar el padre Crescencio y Bonifacio el loco, pero como dije más arriba hay una interpretación que causó honda impresión como fue Esperanza.

Lali se metió de lleno en el papel y al leer aquella noticia (ficticia) del año 1953 lo hizo con un sentimiento, un tono de voz y una finura verbal en su lectura que impresionó a todos los presentes. Le puso tanto sentimiento y énfasis que parecía que habíamos retrocedido en el tiempo y ella estaba viviendo en carnes propias aquella noticia donde estaba implicado su marido (Modesto).

Loable interpretación que dio pie a que Gervasia (Miguelina) relatara una historia verídica sucedida en La Orotava a un familiar de Tomás (su esposo).

Una vez más se ve el buen hacer de Miguelina en buscar a personajes y asignarles el papel más conveniente. 

Todas estas historias las pueden ver en el vídeo a mi canal de YouTube que dejó al final de este escrito o algunos fragmentos en mi perfil de TikTok.

En líneas generales yo he salido muy contento y feliz porque al CCLE le haya salido todo a pedir de boca y se convirtiera en esa simbiosis pueblo-actores-público. Creo que estas cosas son muy importantes realizarlas y acercar a un público de todas las edades al mismo. Porque si algo ha caracterizado este proyecto es que aúna a cuatro generaciones de viller@s para que unos recuerden y otros aprendan. Y esas dimensiones van mucho más allá de una obra de teatro. Eso son dimensiones que hacen un bien al pueblo, sobre todo a la gente joven para que aprendan como era la vida hasta hace unas pocas décadas y que sepan valorar lo que ahora tienen gracias a aquellas generaciones de hierro.

Ya lo afirmé en otros escritos e incido de nuevo. Aquellas generaciones de hierro a las que pertenecen doña Meca, doña Milagros y doña Candelaria son la última gran generación que ha dado este país. Las posteriores, gracias al trabajo y esfuerzo de personas como ellas y a unas condiciones nacionales distintas y más propicias, pudieron vivir mejor. Triste y peligrosamente parece que estamos involucionando a tener que volver a ese tiempo de dureza. También en este aspecto debemos extraer un profundo análisis y reflexión en base a esta ficción y ver si es extrapolable a la actual realidad que vivimos.

Yo me siento como villero muy orgulloso de estas cosas y el buen ambiente en el que se desarrollan. Aquí no ha tenido cabida lo soez, lo mediocre, la ignorancia y tantas cosas que hoy en día parece que caracterizan ciertos eventos culturales. Y esto para mi es muy importante y hay que apoyarlo.

A título más personal me queda una sensación de alegría, pero a la vez algo agridulce y de auto enfado. Por un lado 100 x 100 villeros de La Orotava ha vuelto a aportar su humilde e insignificante granito de arena intentando poder aportar algo. Yo no gano nada con esto: Total por mi trabajo 00,00 € (pero muy contento por ello). Porque esto no se hace por dinero, sino por sentimientos. Por lo tanto, sobra el concepto dinero. Y soy consciente de que estoy a pérdidas. Pero donde falta, que ni lo quiero, el dinero, sobra el patriotismo villero. Y punto, porque las alegrías que me dan a mi estas cosas no hay dinero para pagármelas. Raza, pueblo, honor, lealtad y tradición. 

Y ya no digamos el ver al público entregado en las calles embriagado por la sana borrachera de la nostalgia y los recuerdos. Ese nexo invisible que se forma entre actores y espectadores y que conlleva que un acto como este tenga magia propia. Esencia villera en su más refinado aroma. ¿Con qué palabras puedo yo expresar cuando un pueblo vibra desde lo más profundo de su sociedad basáltica ante la emoción suscitada del momento?

Esas sonrisas y miradas cómplices. Esas interactuaciones espontaneas que se forman y que dan lugar a anécdotas e invocar historias verídicas del pasado. Los sentimientos y añoranzas que eclosionan a flor de piel. Eso todo lo consiguen este tipo de actos. Yo, como villero, sólo puedo sentirme orgulloso y agradecido ante las personas que pergeñan proyectos como este y los llevan a buen puerto.

En lo personal y más íntimo sí que tengo la sensación acre, porque hice un pequeño cameo teatral, iba caracterizado como fotógrafo de aquella época, que sinceramente no me ha gustado cómo salió. Para estas cosas hay que tener una personalidad y desparpajo que yo no poseo. Pero me quisieron integrar en la obra como fotógrafo de antaño y desde mi punto de vista lo creí igualmente conveniente. Yo esto no lo hacía desde mi época de estudiante y sinceramente no va conmigo. Incluso lo pasé algo incomodo y mal en algunos momentos, por el vestuario y mi cameo. Yo prefiero estar detrás de la cámara.

Por cierto, engañé a todo el mundo con mi flash casero hecho con objetos reciclados. Hasta me preguntaron varias personas si aún funcionaba.

Pero bueno, anécdotas personales aparte estoy muy contento del resultado producido en este proyecto. Pero más que leerme a mi lo mejor es que vean el vídeo. Ya lleva unos días circulando por las redes sociales, al igual que las fotos, y ver dicho material es la mejor forma de conocerlo.

Nuevamente mis felicitaciones a Miguelina y grupo de teatro del CCLE. ¿Cuál será la próxima aventura? Yo no lo sé, pero seguro que sale todo genial porque el grupo humano que hay detrás de todo esto es sello de buena gente comprometida con lo que le gusta. Y eso es sinónimo de calidad.

Y con esto me quedo. Con la inmensa alegría de que el esfuerzo del CCLE diera nuevamente sus mejores frutos. Imágenes y recuerdos que ya quedan albergados en nuestros corazones para recordar lo que fuimos, somos y debemos de ser.

Enhorabuena por esta bonita jornada que nos hicieron degustar y que ya queda para la historia de la Villa de La Orotava.

Saludos.