Médico de profesión, pero con
aquel aroma y espíritu de antaño entre los galenos. Creo recordar que heredó la
profesión de su padre el igual gran medico don Emilio Ruíz. He realizado un par
de llamadas antes de ponerme e a escribir y ha sido la opinión unánime de lo
sentido de su perdida refiriéndose a él como una gran persona y excelente
profesional.
Como he dicho más arriba este mes hemos tenido que dar el triste adiós, entre otros, primero al doctor en Historia del Arte don Sebastián Hernández Gutiérrez “Chano” y ahora al medico don Emilio Ruíz. Uno siendo eminencia en su campo de humanidades y el otro en ciencias medicas. Don Emilio vino a ser otro de los emblemas de esos hombres y mujeres nacidos en la primera mitad del siglo XX y que fueron/son generaciones tan prolíficas para el Municipio. Hombres y mujeres muy comprometidos por su pueblo en distintas facetas allá dónde les correspondió estar. Muchas veces el foráneo pregunta dónde radica la grandeza de La Orotava. Yo siempre lo digo: En sus gentes. Porque a los pueblos los forman las personas. Curiosamente don Emilio formaba parte de esos médicos legendarios que desempeñaron su labor profesional en alta estima para todo el pueblo y municipios colindantes como fueron don Domingo González, don Máximo, don Ventura y él mismo junto a su padre.
Hoy La Orotava llora a otro de sus nobles hijos que por ley de vida se nos van. De esos hombres de pueblo que hicieron pueblo y que personalmente creo que su figura humana y profesional es irreemplazable. Como me decía hoy una persona vía telefónica era un médico excepcional y aún más excepcional como humano. Y cuando un médico combina ambas facetas un paciente hace su enfermedad más llevadera porque es consciente en las buenas manos que está.
Otra amigo me ha comentado la gran profesionalidad que lo caracterizaba. Y me explicaba de nuevo, pues hace tiempo me había hablado de esta anécdota, de que hace muchísimos años don Emilio en una consulta le había dicho que era preferible tres vasos de vino al día (en aquel tiempo el vino no tenía tampoco tanta química como ahora), a que fumara un solo cigarrillo. Fumador empedernido este amigo mío hoy arrastra problemas de salud por no haber hecho caso a don Emilio y sus consejos.
Desde 100 x 100 villeros de La Orotava expreso a la familia de don Emilio mi más sentido pésame ante esta perdida. Porque no solo fallece la persona, pues una porción de nuestro pueblo se va con él como se ha ido con tantos grandes viller@s que lo han precedido a mejor vida. No se va un habitante, un nombre, un profesional de tal materia… Se va un hombre que ha hecho grande a su municipio y con el cariño y estima de todos. Por eso hoy podemos afirmar que se nos va un gran medico y mejor persona. Porque aquellos que hacen pueblo mediante su humanidad, esfuerzos, profesión, honor y cultura merecen ser reconocidos como lo que son. Grandes hombres.
Descanse en Paz don Emilio Ruíz.
Como he dicho más arriba este mes hemos tenido que dar el triste adiós, entre otros, primero al doctor en Historia del Arte don Sebastián Hernández Gutiérrez “Chano” y ahora al medico don Emilio Ruíz. Uno siendo eminencia en su campo de humanidades y el otro en ciencias medicas. Don Emilio vino a ser otro de los emblemas de esos hombres y mujeres nacidos en la primera mitad del siglo XX y que fueron/son generaciones tan prolíficas para el Municipio. Hombres y mujeres muy comprometidos por su pueblo en distintas facetas allá dónde les correspondió estar. Muchas veces el foráneo pregunta dónde radica la grandeza de La Orotava. Yo siempre lo digo: En sus gentes. Porque a los pueblos los forman las personas. Curiosamente don Emilio formaba parte de esos médicos legendarios que desempeñaron su labor profesional en alta estima para todo el pueblo y municipios colindantes como fueron don Domingo González, don Máximo, don Ventura y él mismo junto a su padre.
Hoy La Orotava llora a otro de sus nobles hijos que por ley de vida se nos van. De esos hombres de pueblo que hicieron pueblo y que personalmente creo que su figura humana y profesional es irreemplazable. Como me decía hoy una persona vía telefónica era un médico excepcional y aún más excepcional como humano. Y cuando un médico combina ambas facetas un paciente hace su enfermedad más llevadera porque es consciente en las buenas manos que está.
Otra amigo me ha comentado la gran profesionalidad que lo caracterizaba. Y me explicaba de nuevo, pues hace tiempo me había hablado de esta anécdota, de que hace muchísimos años don Emilio en una consulta le había dicho que era preferible tres vasos de vino al día (en aquel tiempo el vino no tenía tampoco tanta química como ahora), a que fumara un solo cigarrillo. Fumador empedernido este amigo mío hoy arrastra problemas de salud por no haber hecho caso a don Emilio y sus consejos.
Desde 100 x 100 villeros de La Orotava expreso a la familia de don Emilio mi más sentido pésame ante esta perdida. Porque no solo fallece la persona, pues una porción de nuestro pueblo se va con él como se ha ido con tantos grandes viller@s que lo han precedido a mejor vida. No se va un habitante, un nombre, un profesional de tal materia… Se va un hombre que ha hecho grande a su municipio y con el cariño y estima de todos. Por eso hoy podemos afirmar que se nos va un gran medico y mejor persona. Porque aquellos que hacen pueblo mediante su humanidad, esfuerzos, profesión, honor y cultura merecen ser reconocidos como lo que son. Grandes hombres.
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© 2018 Francisco García.
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Todos los derechos reservados a
favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Octubre de 2018.
Primera edición del texto: Octubre de 2018.
La imagen ha sido cedida por ©
Angel Arzola para este blog. Mi agradecimiento por ello pues en mis archivos no
me constan fotos de don Emilio.
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| El doctor don Emilio Ruíz en un acto de la Cruz Roja. Imagen mediados de la década de los años 80. Foto: © Ángel Arzola. |