te elevas a las nubes en incansable vuelo;
Ya se halle frío y turbio, ya despejado el día,
tu rumbo inclina recto hacía la Patria mía.
Que si otro cielo buscas, allí encuentras un cielo,
si anhelas suave y oloroso ambiente,
en ella lo hallarás;
Y si sediento vas, en cualquier fuente
tus alas batirás.
Allí no faltarán para tu nido
el haya ni el laurel,
donde tendrás después de entretejido,
de verdor un dosel.
Allí, para obsequiarte, las numerosas flores
con gran contentamiento y gusto se abrirán
esparciendo en el aire gratísimos olores;
Y ostentación haciendo de sus ricos colores,
el clavel y la rosa tu vista admirarán.
Ya verás, otras aves tus hermanas,
que en armonioso coro
a Dios dirigen, de su dicha ufanas,
su cántico sonoro
y juntas las verás al horizonte
su vuelo encaminar,
unas veces del valle al alto monte
y otras hacía el mar.
Dile a ese hermoso Valle que pisaré su suelo
si se cumplen mis ansias y mi única ambición,
por estar viendo siempre sus árboles, su cielo,
sus flores que me inundan de plácido consuelo,
y dejan en mí alma dulcísima impresión.
Lleva a mi Patria, lindo mensajero,
de mi pecho un suspiro,
que nace de un recuerdo que venero,
recuerdo en que me inspiro.
Acaso en fuerza del dolor que siento
mi corazón estalle.
No importa, no; daré el postrer aliento
por mi querido Valle.
Título: “Delirio”
Autora: Margarita J. del Castillo.
Malograda poetisa orotavense que murió a los 26 años de edad
cuando su labor artística era una promesa para las letras regionales.
Llegó la Primavera (oficialmente a las 21:58 H en Canarias)
aunque este escrito está publicado unas horas antes. Cambiamos de Estación y
entramos, en teoría porque el tiempo está muy cambiante, en épocas más cálidas.
Ha sido un invierno raro por estos lares, aunque brutales en otras zonas como
estados Unidos y Canadá. Y aun hay ingenuos que rechazan la idea más que contrastada
del cambio climático. Este ha sido un invierno seco que no le ha dado el agua
suficiente, si es que alguna vez en suficiente, en nuestros campos. Un invierno
que lo he pasado a nivel de salud fatal. Por eso la sequedad, al igual que la
lluvia, de escritos. Espero que con estos nuevos tiempos que llegan pueda
mejorar porque los cambios de temperatura y esos días alternantes de un falso
invierno y un falso verano no me han ayudado en nada. Y así estamos muchas
personas. Pero la rueda del tiempo gira inexorable y con ella la Primavera.
He elegido para este escrito el poema “Delirio” de Margarita
J. del Castillo. Lo leí en la revista Hespérides de agosto de 1926 en el numero
dedicado a La Orotava y del que tantos fragmentos he extraído para este blog.
No es en sí su lectura una oda a la Primavera, pero me gustaron sus versos de cómo
la autora, en una supuesta, o tal vez real lejanía de su patria villera,
encomienda a un ave la misión de ser su mensajero a pregonar sus sentimentales
y amorosas palabras por el Valle. Y con esa noble misión llega a nuestras
fuentes y arboledas. Con su extenso y verde follaje. Desde el mar al monte y
desde la cumbre a la playa. Ese embajador volador que surca por aire la
distancia para llevar este sentido mensaje a la tierra natal de la damisela que
añora su terruño. Creo que son unos bonitos versos para dar la bienvenida a
esta nueva estación y a su vez reivindicar una figura que era desconocida para
mi como la de esta poetisa villera.
Pero a la vez evoco recuerdos de la niñez y juventud cada
vez más lejana en el tiempo. Vienen a mis recuerdos los extensos parajes de
tierra y verdor del Mayorazgo, Carmenaty, La Playita…Aún quedan algunas zonas
que se resisten a desaparecer como baluartes y testigos pétreos y terrosos de
cuando el Casco estaba muy delimitado y concentrado. Recuerdo las tardes de los
fines de semana, siempre se ha dicho, o decía, que La Orotava es muy aburrida
en esos días, cuando cogíamos nuestras bicicletas para jugar por la zona en
aquellas improvisadas pistas que la naturaleza, o el propio uso formaban.
Tiempos donde si tenias una bicicleta con cambios, era una palanca de cambios
como la de los coches situada en la barra y siempre dudé de si ese invento
funcionaba, tenías la mejor bici del mundo. Tiempos de partidillos de fútbol
con el riguroso balón que tenía que ser de “reglamento”. Y que se acababan
cuando la torre de la parroquia de la Concepción marcaba la ultima hora en
punto de luz solar. Eran otros tiempos pues éramos de una época que íbamos al
colegio por igualmente por las tardes y las únicas que de verdad teníamos eran
la de los fines de semana y vacaciones. La juventud de hoy en día no sabe
aprovechar ni valorar la libertad que se les ha dado. A nosotros nos hubieran
dicho de tener todas las tardes libres y hubiéramos visto los cielos abiertos.
Bien es cierto que éramos una juventud más inocentona sin tantas tecnologías ni
cosas perjudiciales como las que hoy los ata y azota. Recuerdos primaverales
donde las tardes se hacían más grandes y a la puesta de sol una sinfonía de
mirlos rendía tributo al astro rey que ya iba desapareciendo por la Corona. Los
mismos que horas antes cantaban por nuestras plazas, esa expresión de las “horas
muertas” de las 14:00 a las 16:00 también he notado que ha ido desapareciendo,
o nos despertaban las mañanas dominicales. Tiempo de flores. Muchas flores que
nos deleitaban con su fragancia en alfombras que cubrían lo que hoy son
urbanizaciones y asfalto. Con sus interminables plataneras y sus huertas de
papa y frutales. Fragancias muchas veces aderezadas con el aroma del gofio de
nuestros molinos. Aun me emociono de ir caminando por ciertos lugares y que me llegue
el olor a jazmín, naranjos, limoneros y rosales. Aromas de pueblo, aromas de La
Orotava. Y donde había flores no podían faltar las abejas. Hoy prácticamente
desaparecidas de nuestro Casco y que con su vuelo y zumbido que nos ponía
alerta anunciaba cual Vivaldis voladores que ya estaba aquí la Primavera. Por
suerte a nivel personal aun puedo disfrutar de estas cosas como he dicho
caminando por ciertas zonas de la Villa o en los terrenos.
Escribiendo estas palabras igualmente recuerdo las tardes
primaverales y jornadas estivales bañándonos en el Estanque Triangular y el del
Jardín Prohibido a los que ya le dediqué un escrito en su momento https://100x100villerosdelaorotava.blogspot.com/2017/02/el-estanque-triangular-y-el-del-jardin.html
Recuerdos de atarjeas corriendo el agua fresca. De croar de ranas, gatos
ociosos y pájaros revoloteando. De enredaderas de colores que ya anunciaban la
Semana Santa y de molestos cardos con los que inevitablemente rozábamos.
Recuerdos de primeros amores, de amistades que se han
forjado con el tiempo y de amistades que se fueron. Como hubiera cantado
Antonio Machín:
“Gira, el mundo gira
en su espacio infinito
con amores que comienzan,
con amores que terminan,
con las penas y alegrías
de otras gentes como yo.
¡Oh Mundo!,
Por eso ahora yo te miro,
y en tu silencio yo me pierdo…”
Han pasado los años. Las primaveras han venido y marchado
fieles al sendero cósmico que acompañan al movimiento de traslación de nuestro
planeta. Han cambiado los parajes, la forma de vivir, de sentir, de amar lo que
nos rodea… pero jamás podemos olvidarnos de la bendita juventud que ahora nos
atenaza en nostálgicas divagaciones que nos recuerdan que ya hemos vividos más
que lo que aun nos queda por vivir. Venerable juventud que me hace igualmente
delirar en pensar lo injusto que es el tiempo y que no deberíamos de crecer
nunca. Ser como Peter Pan en Nunca Jamás y vivir en una magia perpetua. Cruel
mundo este que nos atenaza con sus adversidades. Evoco y convoco con todo el
poder de mi ser y mi espíritu dichos tiempos y recuerdos que embriagan mi alma
frente a la edad adulta en estos que llaman vida y más parece una batalla
diaria. Me decía siempre un señor mayor llamado don Pepe que la vida era muy
bonita, pero a la vez muy dura. Lo expresaba con aquella mirada y tono de voz
que solo lo da la experiencia de los años. Pero con igual orgullo y alegría me
decía que disfrutaba cada día del pueblo y sus gentes porque ya para él no
había el ímpetu de la juventud sino el ocaso de la vejez. Reivindiquemos pues
la mocedad para poder llegar sabios a la madurez.
Tiempo que viene tiempo que se va. Disfrutemos tod@s de la
Primavera, aunque con este invierno tal vez las alergias campen a sus anchas.
Llegan tiempos de más luz y calor. Hasta la llegada de la magia del Solsticio
de Verano cuando en las hogueras de forma espiritual quememos todo lo malo.
Tiempos de disfrutar La Orotava en paseos en horas crepusculares y en la benignidad
y silencio de nuestra noche. Tiempos de sentarse en nuestro querido Quiosco, o
donde gusten, y disfrutar del ambiente y de esa catarsis de cálidos colores que
se forma los últimos rayos solares del día. Disfruten/mos, los que tengan la suerte,
de nuestro pueblo.
Como he dicho son tiempos de luz. El sol se eleva
majestuosos en el firmamento y sigue su rumbo refulgente hasta el próximo equinocio.
Tiempos de luz física sí. Pero también de luz espiritual. De disfrutar de las personas
cercanas y de aquellas que se aman. Tiempos que al igual que renacen las flores
y las plantas también renazcan las personas. Aunque esta publicación la ven hoy fue redactada ayer que coincidió con la festividad de San José y por tanto
Día del padre. Y ayer hablaba con una persona que, aunque ríe por fuera llora
por dentro porque perdió a su padre hace un tiempo y su padre lo era todo para
ella. Me dijo que no ha podido ser feliz desde la marcha de su progenitor. Y
mientras escribía esto, más avanzado de lo que ahora mismo lee querido
lector/a, tuve un flash mental de esa simbiosis que significaba en la
Antigüedad la Primavera y el renacimiento de la vida. E invocando a las musas
que iluminaron al rey Salomón a escribir la sublime obra del Cantar de los Cantares
copio noble y respetuosamente estas estrofas para mi amiga, que por otra parte
parece que el sabio rey escribiera para ella misma:
“Ya pasó el invierno y la lluvia terminó.
Las flores brotaron en la tierra,
llegó el tiempo de los cánticos
y en nuestra tierra ya se oye el arrullo de la tórtola.
Va ofreciendo sus frutos la higuera
y la viña en flor derrama su perfume!
¡Levántate, amiga mía, belleza mía, y ven!
¡Tú!, mi paloma en las grietas de los peñascos, escondida en
lugares escarpados,
enséñame tu rostro, hazme oír tu voz,
tu voz tan cariñosa y tu faz encandiladora”
Así que en este nuevo nacimiento del ciclo de la naturaleza disfruta.
Porque las personas no mueren, igual que la Naturaleza al llegar el invierno,
mientras vivan en el corazón y se les honre en el recuerdo. La energía ni se
crea ni se destruye, se transforma, por eso el ciclo de la vida en el planeta
tiene sus estaciones, y aunque tu no veas a tú padre sabes que lo sientes, lo
oyes e incluso lo percibes. Está ahí. Al igual que en el invierno, sabemos en
las noches más largas y oscuras que llegará la primavera y la luz. Con este
símil, que sé que es muy fácil de decir, pero muy difícil aplicarlo a la
situación, quiero expresarte amiga que renazcas con la primavera. Como el ave
fénix renace de sus cenizas. El tiempo pasa, siempre gira implacable la rueda
del dios Cronos, y llegará el momento, como nos pasará a todos, que Vida
(primavera) y Muerte (invierno) se enfrenten en singular batalla. Y la Luz
vence a las Tinieblas. Y así como la flor florece, los campos se visten de sus
mejores colores y los ríos bajan limpios y caudalosos, al llegar tal momento el
nexo indestructible del amor entre padre e hija es tan fuerte, o incluso más,
como la vida abriéndose paso en las situaciones más adversas. No dudes que en
otras primaveras se reencontraran de nuevo. Cuando ya ambos se unan para la
eternidad en las moradas cósmicas.
Pero ahora te toca reír y vivir tu primavera con flores y
risas en este mundo y en la vida que se te ha entregado, y que él mismo
contribuyó a darte, para que vivas plenamente. Porque tú, al igual que él,
sabes que ese es su deseo. Que vivas y seas feliz. Ya el invierno y sus frías y
tenebrosas noches, ha sido muy largo y tortuoso para ti.
A los demás pues igual mensaje. Disfruten siempre de los
seres amados y las amistades. Disfrútenlos todo el año, pero llegan estaciones
de poder hacer más actividades juntos. Primavera con amor, flores y risas en un
corazón y espíritu flamígero por la regeneración de la vida.
Yo como soy un soso renazco, pero con el Solsticio de Invierno.
Al menos me queda el consuelo que dicho Solsticio en la Antigüedad era el
solsticio de los dioses.
Disculpas querido lector/a por lo algo extenso que ha sido
este escrito. He intentado aunar poesía, recuerdos personales y buscar símiles
entre las antiguas creencias del nacimiento de la vida con la llegada de esta
estación y el renacer de una persona. Pero si sirve para mucha gente que puede
estar en igual situación estas palabras son igualmente valedoras.
Tiempo de disfrutar, pues el tiempo que pasa ya no vuelve. Tiempo
de estar en la Patria mía…en la Patria nuestra.
Feliz primavera para tod@s.
Estampa primaveral de La Orotava. Cuando pueblo y Naturaleza vivían en armoniosa simbiosis. |
Este video es de hace dos años realizado por servidor en una
recopilación de postales y dibujos antiguos. Lo recato como acompañante de este
escrito.
© 2019 Francisco García.
Texto (salvo el poema “Delirio” perteneciente a la obra de Margarita
J. del Castillo y el Cantar de los Cantares) sujeto a derechos de propiedad
intelectual bajo licencia de Copyright.
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la
Ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o
parcial de este texto por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o
mecánico, el tratamiento informático o cualquier otra forma de cesión del texto
sin la autorización previa y por escrito del titular del Copyright.
Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Marzo de 2019.
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