Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Delirio primaveral.

¡Oh! tu, pájaro hermoso, que en la región vacía,
te elevas a las nubes en incansable vuelo;
Ya se halle frío y turbio, ya despejado el día,
tu rumbo inclina recto hacía la Patria mía.

Que si otro cielo buscas, allí encuentras un cielo,
si anhelas suave y oloroso ambiente,
en ella lo hallarás;
Y si sediento vas, en cualquier fuente
tus alas batirás.

Allí no faltarán para tu nido
el haya ni el laurel,
donde tendrás después de entretejido,
de verdor un dosel.

Allí, para obsequiarte, las numerosas flores
con gran contentamiento y gusto se abrirán
esparciendo en el aire gratísimos olores;
Y ostentación haciendo de sus ricos colores,
el clavel y la rosa tu vista admirarán.

Ya verás, otras aves tus hermanas,
que en armonioso coro
a Dios dirigen, de su dicha ufanas,
su cántico sonoro
y juntas las verás al horizonte
su vuelo encaminar,
unas veces del valle al alto monte
y otras hacía el mar.

Dile a ese hermoso Valle que pisaré su suelo
si se cumplen mis ansias y mi única ambición,
por estar viendo siempre sus árboles, su cielo,
sus flores que me inundan de plácido consuelo,
y dejan en mí alma dulcísima impresión.

Lleva a mi Patria, lindo mensajero,
de mi pecho un suspiro,
que nace de un recuerdo que venero,
recuerdo en que me inspiro.

Acaso en fuerza del dolor que siento
mi corazón estalle.
No importa, no; daré el postrer aliento
por mi querido Valle.

Título: “Delirio”
Autora: Margarita J. del Castillo.
Malograda poetisa orotavense que murió a los 26 años de edad cuando su labor artística era una promesa para las letras regionales.


Llegó la Primavera (oficialmente a las 21:58 H en Canarias) aunque este escrito está publicado unas horas antes. Cambiamos de Estación y entramos, en teoría porque el tiempo está muy cambiante, en épocas más cálidas. Ha sido un invierno raro por estos lares, aunque brutales en otras zonas como estados Unidos y Canadá. Y aun hay ingenuos que rechazan la idea más que contrastada del cambio climático. Este ha sido un invierno seco que no le ha dado el agua suficiente, si es que alguna vez en suficiente, en nuestros campos. Un invierno que lo he pasado a nivel de salud fatal. Por eso la sequedad, al igual que la lluvia, de escritos. Espero que con estos nuevos tiempos que llegan pueda mejorar porque los cambios de temperatura y esos días alternantes de un falso invierno y un falso verano no me han ayudado en nada. Y así estamos muchas personas. Pero la rueda del tiempo gira inexorable y con ella la Primavera.  
He elegido para este escrito el poema “Delirio” de Margarita J. del Castillo. Lo leí en la revista Hespérides de agosto de 1926 en el numero dedicado a La Orotava y del que tantos fragmentos he extraído para este blog. No es en sí su lectura una oda a la Primavera, pero me gustaron sus versos de cómo la autora, en una supuesta, o tal vez real lejanía de su patria villera, encomienda a un ave la misión de ser su mensajero a pregonar sus sentimentales y amorosas palabras por el Valle. Y con esa noble misión llega a nuestras fuentes y arboledas. Con su extenso y verde follaje. Desde el mar al monte y desde la cumbre a la playa. Ese embajador volador que surca por aire la distancia para llevar este sentido mensaje a la tierra natal de la damisela que añora su terruño. Creo que son unos bonitos versos para dar la bienvenida a esta nueva estación y a su vez reivindicar una figura que era desconocida para mi como la de esta poetisa villera.
Pero a la vez evoco recuerdos de la niñez y juventud cada vez más lejana en el tiempo. Vienen a mis recuerdos los extensos parajes de tierra y verdor del Mayorazgo, Carmenaty, La Playita…Aún quedan algunas zonas que se resisten a desaparecer como baluartes y testigos pétreos y terrosos de cuando el Casco estaba muy delimitado y concentrado. Recuerdo las tardes de los fines de semana, siempre se ha dicho, o decía, que La Orotava es muy aburrida en esos días, cuando cogíamos nuestras bicicletas para jugar por la zona en aquellas improvisadas pistas que la naturaleza, o el propio uso formaban. Tiempos donde si tenias una bicicleta con cambios, era una palanca de cambios como la de los coches situada en la barra y siempre dudé de si ese invento funcionaba, tenías la mejor bici del mundo. Tiempos de partidillos de fútbol con el riguroso balón que tenía que ser de “reglamento”. Y que se acababan cuando la torre de la parroquia de la Concepción marcaba la ultima hora en punto de luz solar. Eran otros tiempos pues éramos de una época que íbamos al colegio por igualmente por las tardes y las únicas que de verdad teníamos eran la de los fines de semana y vacaciones. La juventud de hoy en día no sabe aprovechar ni valorar la libertad que se les ha dado. A nosotros nos hubieran dicho de tener todas las tardes libres y hubiéramos visto los cielos abiertos. Bien es cierto que éramos una juventud más inocentona sin tantas tecnologías ni cosas perjudiciales como las que hoy los ata y azota. Recuerdos primaverales donde las tardes se hacían más grandes y a la puesta de sol una sinfonía de mirlos rendía tributo al astro rey que ya iba desapareciendo por la Corona. Los mismos que horas antes cantaban por nuestras plazas, esa expresión de las “horas muertas” de las 14:00 a las 16:00 también he notado que ha ido desapareciendo, o nos despertaban las mañanas dominicales. Tiempo de flores. Muchas flores que nos deleitaban con su fragancia en alfombras que cubrían lo que hoy son urbanizaciones y asfalto. Con sus interminables plataneras y sus huertas de papa y frutales. Fragancias muchas veces aderezadas con el aroma del gofio de nuestros molinos. Aun me emociono de ir caminando por ciertos lugares y que me llegue el olor a jazmín, naranjos, limoneros y rosales. Aromas de pueblo, aromas de La Orotava. Y donde había flores no podían faltar las abejas. Hoy prácticamente desaparecidas de nuestro Casco y que con su vuelo y zumbido que nos ponía alerta anunciaba cual Vivaldis voladores que ya estaba aquí la Primavera. Por suerte a nivel personal aun puedo disfrutar de estas cosas como he dicho caminando por ciertas zonas de la Villa o en los terrenos.
Escribiendo estas palabras igualmente recuerdo las tardes primaverales y jornadas estivales bañándonos en el Estanque Triangular y el del Jardín Prohibido a los que ya le dediqué un escrito en su momento https://100x100villerosdelaorotava.blogspot.com/2017/02/el-estanque-triangular-y-el-del-jardin.html 
Recuerdos de atarjeas corriendo el agua fresca. De croar de ranas, gatos ociosos y pájaros revoloteando. De enredaderas de colores que ya anunciaban la Semana Santa y de molestos cardos con los que inevitablemente rozábamos.
Recuerdos de primeros amores, de amistades que se han forjado con el tiempo y de amistades que se fueron. Como hubiera cantado Antonio Machín:
Gira, el mundo gira
en su espacio infinito
con amores que comienzan,
con amores que terminan,
con las penas y alegrías
de otras gentes como yo.
¡Oh Mundo!,
Por eso ahora yo te miro,
y en tu silencio yo me pierdo…”

Han pasado los años. Las primaveras han venido y marchado fieles al sendero cósmico que acompañan al movimiento de traslación de nuestro planeta. Han cambiado los parajes, la forma de vivir, de sentir, de amar lo que nos rodea… pero jamás podemos olvidarnos de la bendita juventud que ahora nos atenaza en nostálgicas divagaciones que nos recuerdan que ya hemos vividos más que lo que aun nos queda por vivir. Venerable juventud que me hace igualmente delirar en pensar lo injusto que es el tiempo y que no deberíamos de crecer nunca. Ser como Peter Pan en Nunca Jamás y vivir en una magia perpetua. Cruel mundo este que nos atenaza con sus adversidades. Evoco y convoco con todo el poder de mi ser y mi espíritu dichos tiempos y recuerdos que embriagan mi alma frente a la edad adulta en estos que llaman vida y más parece una batalla diaria. Me decía siempre un señor mayor llamado don Pepe que la vida era muy bonita, pero a la vez muy dura. Lo expresaba con aquella mirada y tono de voz que solo lo da la experiencia de los años. Pero con igual orgullo y alegría me decía que disfrutaba cada día del pueblo y sus gentes porque ya para él no había el ímpetu de la juventud sino el ocaso de la vejez. Reivindiquemos pues la mocedad para poder llegar sabios a la madurez.
Tiempo que viene tiempo que se va. Disfrutemos tod@s de la Primavera, aunque con este invierno tal vez las alergias campen a sus anchas. Llegan tiempos de más luz y calor. Hasta la llegada de la magia del Solsticio de Verano cuando en las hogueras de forma espiritual quememos todo lo malo. Tiempos de disfrutar La Orotava en paseos en horas crepusculares y en la benignidad y silencio de nuestra noche. Tiempos de sentarse en nuestro querido Quiosco, o donde gusten, y disfrutar del ambiente y de esa catarsis de cálidos colores que se forma los últimos rayos solares del día. Disfruten/mos, los que tengan la suerte, de nuestro pueblo.
Como he dicho son tiempos de luz. El sol se eleva majestuosos en el firmamento y sigue su rumbo refulgente hasta el próximo equinocio. Tiempos de luz física sí. Pero también de luz espiritual. De disfrutar de las personas cercanas y de aquellas que se aman. Tiempos que al igual que renacen las flores y las plantas también renazcan las personas. Aunque esta publicación la ven hoy fue redactada ayer que coincidió con la festividad de San José y por tanto Día del padre. Y ayer hablaba con una persona que, aunque ríe por fuera llora por dentro porque perdió a su padre hace un tiempo y su padre lo era todo para ella. Me dijo que no ha podido ser feliz desde la marcha de su progenitor. Y mientras escribía esto, más avanzado de lo que ahora mismo lee querido lector/a, tuve un flash mental de esa simbiosis que significaba en la Antigüedad la Primavera y el renacimiento de la vida. E invocando a las musas que iluminaron al rey Salomón a escribir la sublime obra del Cantar de los Cantares copio noble y respetuosamente estas estrofas para mi amiga, que por otra parte parece que el sabio rey escribiera para ella misma:

“Ya pasó el invierno y la lluvia terminó.
Las flores brotaron en la tierra,
llegó el tiempo de los cánticos
y en nuestra tierra ya se oye el arrullo de la tórtola.
Va ofreciendo sus frutos la higuera
y la viña en flor derrama su perfume!
¡Levántate, amiga mía, belleza mía, y ven!
¡Tú!, mi paloma en las grietas de los peñascos, escondida en lugares escarpados,
enséñame tu rostro, hazme oír tu voz,
tu voz tan cariñosa y tu faz encandiladora”

Así que en este nuevo nacimiento del ciclo de la naturaleza disfruta. Porque las personas no mueren, igual que la Naturaleza al llegar el invierno, mientras vivan en el corazón y se les honre en el recuerdo. La energía ni se crea ni se destruye, se transforma, por eso el ciclo de la vida en el planeta tiene sus estaciones, y aunque tu no veas a tú padre sabes que lo sientes, lo oyes e incluso lo percibes. Está ahí. Al igual que en el invierno, sabemos en las noches más largas y oscuras que llegará la primavera y la luz. Con este símil, que sé que es muy fácil de decir, pero muy difícil aplicarlo a la situación, quiero expresarte amiga que renazcas con la primavera. Como el ave fénix renace de sus cenizas. El tiempo pasa, siempre gira implacable la rueda del dios Cronos, y llegará el momento, como nos pasará a todos, que Vida (primavera) y Muerte (invierno) se enfrenten en singular batalla. Y la Luz vence a las Tinieblas. Y así como la flor florece, los campos se visten de sus mejores colores y los ríos bajan limpios y caudalosos, al llegar tal momento el nexo indestructible del amor entre padre e hija es tan fuerte, o incluso más, como la vida abriéndose paso en las situaciones más adversas. No dudes que en otras primaveras se reencontraran de nuevo. Cuando ya ambos se unan para la eternidad en las moradas cósmicas.
Pero ahora te toca reír y vivir tu primavera con flores y risas en este mundo y en la vida que se te ha entregado, y que él mismo contribuyó a darte, para que vivas plenamente. Porque tú, al igual que él, sabes que ese es su deseo. Que vivas y seas feliz. Ya el invierno y sus frías y tenebrosas noches, ha sido muy largo y tortuoso para ti.
A los demás pues igual mensaje. Disfruten siempre de los seres amados y las amistades. Disfrútenlos todo el año, pero llegan estaciones de poder hacer más actividades juntos. Primavera con amor, flores y risas en un corazón y espíritu flamígero por la regeneración de la vida.
Yo como soy un soso renazco, pero con el Solsticio de Invierno. Al menos me queda el consuelo que dicho Solsticio en la Antigüedad era el solsticio de los dioses.
Disculpas querido lector/a por lo algo extenso que ha sido este escrito. He intentado aunar poesía, recuerdos personales y buscar símiles entre las antiguas creencias del nacimiento de la vida con la llegada de esta estación y el renacer de una persona. Pero si sirve para mucha gente que puede estar en igual situación estas palabras son igualmente valedoras.
Tiempo de disfrutar, pues el tiempo que pasa ya no vuelve. Tiempo de estar en la Patria mía…en la Patria nuestra.
Feliz primavera para tod@s.

Estampa primaveral de La Orotava. Cuando pueblo y Naturaleza vivían en armoniosa simbiosis.

Este video es de hace dos años realizado por servidor en una recopilación de postales y dibujos antiguos. Lo recato como acompañante de este escrito.


© 2019 Francisco García.
Texto (salvo el poema “Delirio” perteneciente a la obra de Margarita J. del Castillo y el Cantar de los Cantares) sujeto a derechos de propiedad intelectual bajo licencia de Copyright.
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