Antiguo Convento de San Benito,
otrora dominico, la luz de la mañana
regresó con la familia vicenciana:
el Evangelio como carisma congénito.
otrora dominico, la luz de la mañana
regresó con la familia vicenciana:
el Evangelio como carisma congénito.
pues en la mirada ascendente
se alcanza lo trascendente.
La cruz de tu torre: mi conquista.
para mi espíritu digna morada
cuando la palabra queda obrada
y a la conciencia da buen cobijo.
cuando la palabra queda obrada
y a la conciencia da buen cobijo.
brotó una fuente de eximente,
donde persignada la frente
en lo íntimo nuestra Fe se acredita.
que llevaba por nombre tu calle,
manantial de este fértil Valle
que al alma su sequedad apacigua…
tus santos, la Virgen y sus advocaciones;
junto a tu Hijo en las Tribulaciones
ya se aleja de esta vida la amargura.
el de María, dulce e Inmaculado;
el de Jesús, por siempre Sagrado;
los dos pródigos en bendiciones.
del vía crucis que la oscuridad revierte;
donde la vida reina sobre la muerte
y se alza Cristo Resucitado en victoria.
Llega con la alborada el Encuentro.
Ahí tu Hijo, cargando humilde y sereno
desde Santo Domingo su trono de Nazareno
al son de una madrugá llevada adentro.
mi Señora de los Dolores
por nuestros continuos errores,
que son como sismos y sus réplicas.
arrepentido, el silencio noble
toca al corazón con un redoble:
el reencuentro con Dios y su amistad;
lo hallé presto en el Sagrario,
junto a la Virgen del Rosario
que por sus cuentas rige sustento.
tu impronta llama al sentimiento:
alegría, anhelo… un aliento
que abrió en par mis ventanas…
la noche entre mi ruego y el rezo
y la luna llena como aderezo:
la casa de Dios seguía encendida.
José Juan Santana.
Exterior de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán en estos días. Foto: © Paco García 2020. |
Imagen de Santo Diomingo de Guzmán ubicada en la sacristia. Dicha imagen me guista más que la que tienen expuesta al público en la iglesia. Foto: © Paco García 2004 |
Calendas este año distintas, agridulces, con un sentimiento de
impotencia y resignación, pero aceptando que es lo mejor para combatir esta
terrible pandemia que nos azota como jinetes del Apocalipsis y que parece que
no tiene fin ni medios con qué combatirla. Las fiestas en honor a Santo Domingo
de Guzmán y la virgen de la Candelaria a lo largo de estos años han ido haciéndose
un hueco en las múltiples celebraciones a lo largo y ancho de la Villa pero
como todas han tenido que suspenderse.
Quienes me leen con asiduidad ya saben que el templo de Santo Domingo
de Guzmán es uno de mis rincones favoritos de La Orotava. Un lugar que emana
paz y tranquilidad al espíritu. Un sitio donde el imperante silencio hace que
nos recarguemos de las energías telúricas que habitan entre sus sagrados muros.
La fortuna nos es adversa en estos tiempos de pandemia y como es lógico las
iglesias deben estar cerradas y no podemos visitarlas. Por lo tanto, hace meses
que allí no entro pues de momento me abstengo totalmente de entrar a ningún
lugar. A mí eso de días de precepto y esas cosas… conmigo no funciona. Pero he
de pasar un sábado por la tarde aprovechando que abren antes de misa y entrar unos
minutos.
La virgen de la Candelaria. Foto: © Paco García 2004. |
Más no puedo expresar porque mis palabras quedan eclipsadas, y con justicia,
por este bello soneto que hoy comparto gracias a la amabilidad y generosidad de
este gran lector que honra el blog. Cada frase, palabra, adjetivo… está todo
tan bien compuesto… Lo leo reiteradas veces y cada vez me gusta más. Señor don
Juan José cuando volvamos a la normalidad y que Santo Domingo de Guzmán y la
virgen de Candelaria puedan de nuevo transitar las calles recité usted este
soneto desde algún balcón a la salida del cortejo procesional. Esta
composición, como todas las de su autoría, merecen ser leídas y escuchadas.
Sea hoy un afectuoso homenaje a la querida parroquia de Santo Domingo de Guzmán en forma de soneto. Felicidades a todos los Domingo que hoy celebren su onomástica y a la comunidad de fieles y religiosos de esta bella parroquia.
Un saludo.
Recuerda que también puedes seguirme en Instagram, Twitter y YouTube pinchando sobre los iconos:
"...Ante tu fachada elevo la vista,
pues en la mirada ascendente
se alcanza lo trascendente.
La cruz de tu torre: mi conquista..."
pues en la mirada ascendente
se alcanza lo trascendente.
La cruz de tu torre: mi conquista..."
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo en tus
redes sociales y de mensajería. Con ello ayudas a la difusión del mismo y
permites que el blog siga creciendo. Si me lees desde el móvil o Tablet activar
navegación como web. Gracias.
Recuerda que también puedes seguirme en Instagram, Twitter y YouTube pinchando sobre los iconos:
Soneto propiedad de don Juan José Santana.
© 2020 Francisco García.
Imágenes sujetas a derecho de propiedad intelectual bajo licencia de Copyright.
Queda prohibidos, dentro de los límites establecidos en la Ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de estas imágenes por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático o cualquier otra forma de cesión de dichas imágenes sin la autorización previa y por escrito del titular del Copyright. Recuerde que hacer una captura de pantalla es un método igualmente ilegal punible ante la Ley de Propiedad Intelectual. El desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento.
Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Agosto de 2020.
Imágenes sujetas a derecho de propiedad intelectual bajo licencia de Copyright.
Queda prohibidos, dentro de los límites establecidos en la Ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de estas imágenes por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático o cualquier otra forma de cesión de dichas imágenes sin la autorización previa y por escrito del titular del Copyright. Recuerde que hacer una captura de pantalla es un método igualmente ilegal punible ante la Ley de Propiedad Intelectual. El desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento.
Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Agosto de 2020.