Se nos va el año 2022 y por tanto es hora de hacer cierta reflexión introspectiva en el blog. Eso de “reflexión introspectiva” es algo que queda muy fino para que otros/as la lean. Yo la suele leer mucho entre finos/as que por ahí escriben. Como si uno no viera el día a día de las cosas. En fin, finuras literarias.
Como viene siendo habitual en estos años el último escrito del año suelo dedicarlo a realizar una valoración del blog. Este año será en penúltimo, pues para el día 31 hay otro escrito pendiente que es imposible omitirlo y que lo he escrito con gran ilusión hacia el personaje protagonista.
Hagamos un rápido repaso de este año 2022.
Empezamos con una sexta ola que fue brutal en nuestro municipio, llevando a un nivel de contagios que superaba la suma total de las cinco restantes. Afortunadamente aguantamos la embestida pese a la tristeza de que algunas vidas se perdieron. Eso conllevó que los primeros meses del año estuvieran marcado por ciertas restricciones. Tema que siguió afectando a muchas actividades que me hubiera gustado asistir.
Pero dentro de toda actividad lo que puedo decir de este 2022 es que ha sido el año donde 100 x 100 villeros de La Orotava ha fortalecido y consolidado nexos de amistad con el grupo de patriotas villeros del Colectivo Cultural la Escalera. Podremos discrepar en otras cosas, pero jamás en el inmenso honor y lealtad a nuestro pueblo. El grueso de mis trabajos y archivos ha sido con ellos en el proyecto “Vamos a la acequia”, pequeños reportajes como la inauguración de la exposición fotográfica del Baile de Piñata y en la Víspera de San Andrés, más otros eventos menores a los que he asistido. Para mí ha sido un orgullo y honor tal compañía y lo mucho que he aprendido de la misma. Sólo espero que en este año 2023 que ya asoma el Colectivo y 100 x 100 villeros de La Orotava puedan seguir teniendo metas en común y retroalimentarnos mutuamente. Desde estas páginas mi agradecimiento a doña Miguelina y a todos los componentes del CCL por su deferencia y hospitalidad para con mi persona y para este blog.
También he tenido mis momentos emotivos, como el recuerdo a todos/as los viller@s difuntos de los que he escrito en los últimos cinco años. Pero las personas no mueren mientras los llevemos en el corazón y ell@s están perennemente siempre presentes en este blog y en un rinconcito muy especial de nuestros corazones.
A nivel de escritos ha sido un año donde he evocado la memoria de personajes ilustres que pasaron por nuestra Villa y que sus testimonios
fueron recopilados en el magnífico libro “Lo que han dicho de ti” del fallecido don Víctor Rodríguez Jiménez. Hay muchísimo material aún sin publicar que verá la luz en el 2023, pues considero que son testimonios del pasado que debemos rescatar.
Incluso intentaré rescatar y articular, aunque no prometo nada, varios libros que tengo en mi biblioteca pendiente de leer sobre la Villa. Todo se andará.
He realizado varias entrevistas, algunas aún sin publicar, a personas tan queridas en la Villa como doña América González y Nico González Valladares. Aparte de otras que extraje aprovechando la coyuntura en “Vamos a la acequia”.
También se montaron varios vídeos en forma de cortometraje sobre las recreaciones teatrales de dicho proyecto con la satisfacción de que tuvieron gran aceptación. Al igual que las fotografías de dichas jornadas donde experimenté con técnicas fotografías de la época, obviamente en forma digital, para adaptarlas al contexto del mismo
Deportivamente he podido escribir sobre las gestas de Anto y Fefi en Nepal que tan importantes han sido para ellos por las connotaciones que llevaban implícitas. Es un orgullo y honor el tener a estos villeros que han paseado en nombre de La Orotava y su escudo en sus importantes logros deportivos y de visibilización.
Ha sido también un año donde he podido volver a fotografiar algún evento deportivo, aunque ya antes de la pandemia tenía claro que este tipo de actividades no deben ser cubiertas por este blog. Aún así estuve presente en el Cross de María Auxiliadora y la verdad que me dio muchísima alegría, pues era síntoma de que estábamos volviendo a la normalidad, si es que algo ha vuelto a ser normal.
Sí es verdad, y con inmensa pena lo escribo, que las Fiestas de La Orotava cayeron en malas fechas y no pude estar presente. Esas espinitas que se nos clavan en lo más profundo del corazón y alma, pero otros deberes me requerían. Espero poder disfrutar de las Fiestas del año 2023. Ese ha sido un tropiezo y caída muy doloroso este año.
Ciertamente también está la parte de las largas hibernaciones que tiene el blog. Son absolutamente necesarias para el buen funcionamiento del mismo. El no pararlo sería una carga mental y de tiempo que no estoy dispuesto a ceder. Este blog es una afición y no una obligación. Detenerlo unos cinco meses al año me permite asumir el pleno funcionamiento cuando está activo.
Por su puesto sigo en mi línea de trabajar en producción propia. Todo artículo y fotografía que aquí se expone han de ser, dentro de lo máximo posible, de mi autoría y propiedad. Respeto inmensamente el trabajo ajeno, por tanto, no puedo arrogarlo y subyugarlo a mi propiedad. Lo ajeno se deja quieto como decía la canción. Prefiero sacrificar y no publicar un artículo antes que aprovecharme el esfuerzo e inspiración de otros. Eso es algo que tengo clarísimo.
Igualmente, en este 2023 sigo la misma línea editorial que siempre he caracterizado al blog. Por y para La Orotava. La lealtad a un Pueblo y una Raza desde la cuna hasta la tumba. Hace poco lo redacté de la siguiente manera en unas palabras que articulé en un momento de inspiración:
¡Raza!; ¡Estirpe!
¡Estripe!; ¡Pueblo!
¡Pueblo!; ¡Honor!
¡Honor!; ¡Tradición!
¡Tradición! ¡Nobleza!
¡Nobleza!; ¡Lealtad!
Lealtad; ¡La Orotava!
Esas palabras es lo que es 100 x 100 villeros de La Orotava y son los luceros que alumbran este sendero. Créanme que hago todo lo posible, y con muchos sacrificios, para que este blog esté a la altura que se exige en nuestro imperativo histórico. Sé, y soy consciente de ello, que no estoy a la altura. Jamás lo podré estar. Pero en toda publicación que realizo pongo mi máxima ilusión y empeño.
Creo que ya no me queda nada más que decir. Hay una frase en los cuarteles de la Legión que reza: “Cada pueblo tiene fama de ser el más valiente, pero aquí hay que demostrarlo”. Pues esto es lo mismo. En cada día y hora hay que demostrar con ilusión y cariño, pero en este caso también con coherencia, el amor a La Orotava.
De forma condensada esta es mi valoración, que si bien hubiera deseado que fuera más completa a lo largo del año, sí que la catalogo como positiva.
Sin más, y a falta de ese último artículo mencionado más arriba le deseo a todo el pueblo de la muy Noble y Leal Villa de La Orotava un feliz año 2023 donde la unidad, la fortaleza y el orgullo a nuestra tierra y nuestra raza han de ser nuestras premisas frente a los liquidadores de nuestra grandeza y a aquellos que quieren movernos como marionetas. Como dice la canción, para mi todo un himno: “La Orotava es más que un sentimiento…”
Saludos para tod@s. Y buena entrada para un año 2023 en el que espero que veamos la Luz y sepamos discernir entre lo bueno y lo malo.
¡Viva La Orotava!