Tristemente empezamos a tan bajas cotas del año ha escribir de fallecimientos. Llegando de Santa Cruz me comunican el fallecimiento de don Ulpiano Gutiérrez.
Son muchos los recuerdos que se agolpan con contundencia en mi mente al evocar a don Ulpiano. De esas grandes generaciones de villeros que habitaron la calle Calvario, Llano de San Sebastián y alrededores. Hermano de Eduardo y Jesús “Borbolla” y cuñado de Veva. Buenísimas personas que dejaron una imborrable huella en el Casco.
De profesión taxista siempre lo recordaré porque hasta que reformaron la calle Calvario era un fijo lavando su viejo Mercedes al lado de la extinta gasolinera Texaco. No me cabe duda que su automóvil siempre fue el más impoluto de toda La Orotava, pues lo mimaba y limpiaba con mucho esmero.
Gran persona siempre deparaba buena conversación, pues era hombre que hacía pueblo porque conocía pueblo. Tristemente ya casi no va quedando nadie de aquel grupo de almas que vivían en la Fortaleza y alrededores. Se nos va diluyendo esas últimas grandes generaciones que ha dado la Villa. Tristemente cuando ocurren estos óbitos es cuando nos damos cuenta de la nostalgia y añoranza de otros tiempos.
Siempre nos quedará la imagen de Ulpiano lavando su Mercedes, de la gasolinera Texaco. De su hermano Eduardo con el camión y su otro hermano Jesús con la lavandería. De mecánicos como Julio Villavicencio y Santiago, de negocios legendarios en la calle Calvario como el bazar de Juan Santos o de un barman como Reinaldo Lima. Y de aquel grupo arquitectónico que nunca debió desaparecer bajos las excavadoras de la ignorancia de no mantener aquel lugar llamado la Fortaleza. ¡Que tiempos! Todos ellos ya gozando del descanso eterno.
Desafortunadamente, y dada la premura con la que publico esto, púes he de volver para Santa Cruz, no recuerdo tener ninguna imagen de él en mis archivos fotográficos.
Mi más sentido pésame para la familia y amigos de don Ulpiano. Que la Luz eterna y perpetua ya brille para él.
Descanse en Paz don Ulpiano Gutiérrez