Acabo de llegar del entierro de
Anita y quiero compartir mi opinión con todos en estos momentos de tristeza.
Hoy es una jornada triste. Día de
abatimiento en lo más profundo del corazón villero. Hoy hemos despedido a María
Josefa Martín Herrero, Anita. La Orotava llora a una de sus hijas más ilustres
y queridas. Si no la más.
Para este quien escribe comentar
el deceso de Anita le es trago amargo. Pero la vida es así. Hace unos días en este blog escribía
lleno de orgullo y alegría sobre Entre Molinos. Hoy escribo lleno de pesar y
tristeza por Anita. Pero todos tenemos un fin en este mundo y Anita no era una excepción.
Simplemente era Anita, nuestra Anita. Pero aun así nos cuesta asimilarlo por el
hecho de que es alguien que ha formado parte de nuestras vidas desde que
tenemos uso de razón. Y tal vez nos costara asimilar como poco a poco se fue
apagando su luz en esta vida. Si a mí me preguntan quién es la primera persona
de la que tengo recuerdo fuera del entorno del hogar indudablemente respondería
que de Anita. ¿Cuántas generaciones no trataron con ella? No solo los nacidos
estando ella en su negocio que empezó a regentar con 12 años. Sino los que eran
mayores que ella en ese momento. Posiblemente Anita haya sido la villera más
conocida de las generaciones que van desde el siglo XIX al XXI.
Trabajadora nata e incansable. Siempre
al pie del cañón en su establecimiento. Hiciera frio o calor, tronara, lloviera
o la adversidad que fuera. Ella siempre estaba allí en una especie de inmunidad
contra todo. Siempre con palabras amables y amplia sonrisa. Nunca le oí una crítica
hacia nadie, un reproche o una mala palabra. Más ese arte y salero que tenía
para vender y que la hacían única. Ella
vivía y dejaba vivir. Por eso era tan querida por su pueblo. Aunque su fama
traspasó las fronteras de la patria chica para llegar incluso a la Península.
Anita, te nos has ido en
Primavera. Porque eras como dicha Estación. Alegre, lozana y llena de vida y
luz. Anita mantuvo siempre su soltería, pero tenía un fino amante platónico
como era su pueblo. El sentimiento siempre fue reciproco. Porque Anita amaba a
La Orotava y sus gentes y nosotros la amábamos a ella de igual manera. Hoy
estaban presentes en el duelo gente muy conocida en La Orotava. Gente muy
arraigada al pueblo y muy orgullosos de ser villeros. Políticos y ex políticos de todos los colores,
empresarios… de lo más variado de la sociedad villera. Don Oscar, párroco de la
Concepción, le hizo una homilía preciosa comentando que conoció a Anita allá
por el año 2010 en el centro para personas con Alzheimer y le pareció una
persona encantadora.
Podría escribir libros enteros de
Anita contando anécdotas y siempre será poco. Ella era muy grande de corazón.
El alma mater de la plaza. Espero que aquellos que gobierna o hacen oposición,
lleven al próximo pleno el anhelo que tenemos muchos villeros de que a la
“plaza de Anita” se la llame oficialmente plaza de Anita. Porque se lo merece y
es de justicia ese cambio de nombre. Y así se lo hice saber personalmente a
alguien del más alto poder político en este pueblo. Bien es verdad que en su
momento se le hizo un homenaje del que ella se sentía orgullosa, aunque siempre
dijo que no quería causar molestias y que no hieran gastos. Pero Anita tiene
que tener su lugar en la plaza y desde 100 x 100 villeros de La Orotava pido
como ciudadano que esto se lleve a pleno. Otros dirán una estatua, un busto o
lo que sea. Pero Anita tiene que tener su recuerdo imperdurable en la plaza que
todos la conocemos por su nombre. Y porque las generaciones venideras tienen
que conocer qué fue y qué representó Anita para este pueblo.
¿Qué más puedo decir de Anita?...
Me siento tan triste. Solo quiero expresar que hoy hemos perdido a una gran
mujer. Hoy La Orotava es menos Orotava porque ha perdido otro poco más de su
ADN villero. Para los que la conocimos y tratamos nos queda el inmenso orgullo
de poder decir “yo conocí a Anita”. Y eso es algo que debemos llevarlo en el
corazón porque las personas no mueren mientras sigan presentes en el recuero. Desde
este blog la figura de Anita no se va a olvidar. Porque hoy no solo hemos
despedido a una mujer, empresaria y vecina. Hoy le hemos dicho adiós a una
villera. A una de los nuestros. Que Dios te premie en su Gloria con tus seres
queridos y con los grandes villeros que te han precedido. Te echaremos de menos
en esta pérdida irreparable para la Villa de La Orotava y sus gentes.
Me despido haciéndome eco de las
palabras del párroco de la Concepción que como epitafio le dedicó estas
palabras: “Anita pasó por este mundo sembrando risa y alegría.”
Anita descansa en Paz.
© 2017 Francisco García.
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Primera edición del texto: Junio de 2017.
© 2017
Imagen. Extraída de Google. Ignoro su autor/a. Solo le he añadido escudo y crespón y un efecto en blanco y negro. Espero que se me disculpe utilizarla pues no poseo buenas imágenes de Anita.