Y me han gustado enormemente
porque según me relata José Juan él no es natural de la Villa, sino que vino
aquí a residir hace 15 años. Alguien que indudablemente ha sabido comprender la
idiosincrasia de este pueblo y se ha sabido integrar a la perfección en el
mismo. Villeros que sin ser de aquí son acogidos por esta patria como un hijo
más de su predilección natalicia.
Me contaba sus impresiones y
emociones por el pueblo y las Fiestas. Con la sorpresa de que compartía conmigo
una poesía que al leerla me dejo profundamente emocionado pues las musas
inspiraron a este señor a elevar un poético sexteto que bien podría haber
salido de la pluma del más insigne de los villeros.
No puede resistirme a pedir su
autorización para publicarlo en el blog. Y he aquí mi nueva sorpresa cuando me
envía 11 páginas de poemas sobre La Orotava que sinceramente son de una calidad
exquisita por lo que a lo largo del tiempo iré publicándolos en base a las
onomásticas relacionadas. Y aquí está, para que ustedes puedan solazarse con su
lectura como yo lo he hecho, este poema dedicado a nuestra Infraoctava de Corpus.
Gracias José Juan por esta deferencia que ha tenido para el blog y que no se
pierda esa inspiración para elevar a poema lo que emana de los sentimientos.
Infraoctava del Corpus
(sextetos)
(Y sediento, hallé la fe que obsequia…
(Y sediento, hallé la fe que obsequia…
con el lloro raudo por esa acequia
para rocíar tus alfombras floridas;
con un Jueves en que te quise aún más,
de amores que son para siempre jamás,
con tu Corpus bálsamo a mis heridas…)
I
La solemnidad bella se vestía
para honrar a la Eucaristía:
El Corpus fiel a su Infraoctava,
Jardín místico hecho ofrenda,
hollaba pétalos para ser senda
con sus pasos hacia La Orotava.
Se elevó a arte lo efímero
y el Teide levantó su sombrero;
el cielo fue mirador de la tierra
por una majestuosa alfombra
que en la plaza a todos asombra
y a la esperanza nos aferra…
Regresa el día más esperado,
el Corpus y Jesús Sacramentado;
Cuerpo y Sangre, flores y tradición,
hasta el alma el olor a brezo
y la retama perfumando el rezo
de un pueblo que pide la bendición.
II
El pan celestial que la fe levanta
dejaba un nudo en la garganta.
Y gozado ese hermoso lance
seguía el espíritu festivo,
con su traje por tres días cautivo
y el ensueño del primer romance.
Y vino la más noble romería
Y vino la más noble romería
de San Isidro y Santa María,
que sus sonidos alivian las penas
y toda buena amistad afianza:
La fiesta exaltó la semejanza
del sentir villero corriendo por las venas.
José J. Santana
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