Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

miércoles, 9 de junio de 2021

Domingo Luis y las Fiestas de La Orotava.

Consultando mis archivos fotográficos me encontré con esta imagen de mi autoría y propiedad del año 2006. En la misma podemos ver al inolvidable Domingo Luis Expósito el “Popi”. Y caí en la cuenta de que este mes Domingo cumple un lustro de fallecido. Pasa el tiempo, pero el recuerdo de las buenas personas permanece perenne en lo más honorable de nuestros sentimientos. Creo que es buen momento para hacer un recordatorio a este amigo que tanto aprecié y apreciaré siempre.

Domingo durante las Fiestas del año 2006 en la exposición de coches antiguos. Inconfundible con su puro y su arraigada personalidad. Genio y figura. Imagen: © Paco García 2006.

 

Llegan estas fechas de fiestas mayores en La Orotava y se suele recordar y evocar al pasado en muchas cosas. Y me parece muy bien. Pero todo eso es inicuo si no se recuerda a las personas. A los pueblos los forman sus gentes que son los que forjan su historia. Y Domingo, entre tantos otros que podría nombrar, fue durante muchísimos años una persona imprescindible en esa parte de las Fiestas que no se ven. Porque hay una Fiesta paralela y secundaria de todas esas personas que se encargan de que todo esté donde tiene que estar. Claro ejemplo es que si no hubieran manos comprometidas a ellas en Corpus no se pondría ni un pétalo de flor sobre las calles villeras. A no ser que la trajera el viento. Creo que se me entiende lo que quiero expresar.

Domingo por su vinculación de toda una vida con la parroquia de la Inmaculada Concepción conoció de primera mano toda esa fiesta secundaria que hace posible la Fiestas. Y yo que conocía bien a Domingo sé que él las sentía con pasión. Muy interiorizada y a su manera. Él era hombre que a veces parecía cascarrabias y distante, pero era todo humanidad. Domingo se emocionaba ver la salida del Corpus. En ese momento donde Dios se convierte en La Orotava y La Orotava en Dios. Y donde toda la cosmogonía villera se expande en su máxima expresión y transita nuestras alfombradas y floreadas calles. La mirada se le llenaba de orgullo porque él, repito, a su manera, comprendía toda esa grandeza religiosa, historia, artística, festiva y municipal condensada a través del tiempo. Porque vivía intensamente la Cara A de las fiestas porque conocía bien la Cara B de la misma. Atisbaba lo invisible para comprender lo tangible. Por su puesto siempre refiriéndome a su contexto de la intensidad que en esos días se viven dentro de los muros de la Concepción.

Todos los que conocimos a Domingo, todos los que somos del Casco y todas las personas devotas de los oficios religiosos saben quien era y la grandeza humana que tenía. De estos días de la semana grande de nuestras Fiestas siempre recuerdo a Domingo por nuestras calles observándolo todo. Me lo solía encontrar por las tardes solía en la plaza del Quiosco junto a los amigos Manolo Toste y Antonio Polo Regalado “Ñete” e íbamos a tomar un refrigerio al bar Parada y luego marchábamos a los puestos de alrededor a tomarnos unos perritos. Él gustaba mucho de ir a un auto bar que ahora estoy enrabietado de no recordar el nombre. Es, o era, de una gente que hacían unos perritos calientes y tenían un vino espectacular, según decían pues yo no bebo. Y allí pasábamos el rato entre amigos y él relataba sus vivencias en las Fiestas, las tradiciones, lo que se ha ido perdiendo a través del tiempo y demás. Hasta que llegaba una hora prudencial y se retiraba pues nunca fue hombre de trasnochar. Y si no íbamos al auto bar tomábamos rumbo a los puestos de las turroneras donde siempre se deleitaba con algún turrón. Domingo tenía mucha historia en la Villa y fue de esas personas que dejaron huella en nuestro pueblo.

De Domingo se podría hacer todo un libro. Pero hoy quería tener estas palabras para él pues siempre lo llevo en el añorado recuerdo y allá donde esté sé que sigue atento a su querida Villa y a su parroquia de la Inmaculada Concepción. Cada vez que voy al cementerio siempre paso a hacerle una visita, como a tantas personas en ese peregrinar que he de hacer en nuestro camposanto, pues el honor y la gratitud imperan en mi para que no los olvide. Domingo fue de esas personas que forjaron historias y anécdotas de esa gloriosa Orotava que parece que se va diluyendo en el tiempo. Infinidad de anécdotas podría relatar sobre el Popi.

Sea este mi humilde homenaje a Domingo pues no me cabe duda que esta semana andará por la Villa pues él, como la esencia de La Orotava, es inmortal.

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Primera edición del texto: Junio de 2021.