Se nos va el año y es momento de hacer algunas valoraciones del mismo. El pasado año por estas fechas escribía similar artículo y empezaba así: “El año ha sido una puta mierda.”
Básicamente este 2021 ha sido igual, con la salvedad de que lo han disfrazado mejor. Pero aunque la mona se vista de seda mona es y mona se queda. Pues la puta mierda es igual.
Pongo hasta la escena como toda una declaración de simpatías. Estoy hasta los mismísimos cojones de tanta machangada.
Seguimos viviendo en las rarezas distópicas que se ha insertado en nuestras vidas y en la que parece que cuando vemos la luz al final del túnel nos vuelven a sesgar y sumir en la oscuridad. Una extraña dicotomía de la que va a ser muy difícil salir mientras esta sociedad mundial de carácter pastueño y movida como títeres bajo oscuros dogmas no sepa reaccionar. Sobre todo la población europea.
A nivel de este blog indudablemente la situación sanitaria sigue condicionando algunos de sus escritos. Eso es inevitable. Este 2021 comenzaba siendo prudente pues no me esperaba que fuera mejor que el nefasto 2020.
Entre otras cosas escritas esto ha sido el blog en este 2021.
He lanzado profecías que se han ido cumpliendo.
He introducido escritos sobre los dioses y cosmogonía de la Grecia Clásica (escrito más leído del año) y de leyendas canarias.
He tenido que hacer de tripas corazón y tirar por Carnavales de archivo fotográfico ante la imposibilidad de que las fiestas de invierno pudieran celebrarse en las calles. De recuerda a grandes patriotas de la Villa en sus magníficos trabajos fotográficos de aquellos fabulosos carnavales de siglo XX en La Orotava. De traer a carnavaleras de pro como la amiga Meyo Bautista que pese a las vicisitudes de esta coyuntura no pierde la alegría carnavalera.
De hacer un recuerdo de las fiestas del Rosario y San Jerónimo en viejos archivos fílmicos. Más todo lo publicado o recordado en referencia a nuestras Fiestas. Sí tuvimos la alegría, dentro de las limitaciones y prudencias debidas, de poder volver a correr el cacharro en la Víspera de San Andrés y de tener unas navidades un poco más amenas.
He hablado de turismo, de casas antiguas, de la Canal, de tecnologías ya obsoletas.
Igualmente he escrito de botánica (eso es un decir) haciendo referencia a la flor del mundo que tan bonita luce en nuestra Villa y de nevadas en el Casco de La Orotava ocurridas hace tres décadas y de las que fui testigo directo
De tratar temas como el Trastorno del Espectro Autista, artículo dedicado a Marco, hijo de mi amiga Patri González y que ha sido otro de los artículos más leídos este año.
También escribir sobre insignes villeros como el amigo José Manuel Rodríguez Maza (igualmente entre lo más leído del año) y de Doña América González.
El colaborar con José Rodríguez Maza en entrevistar en su fabulosa librería a Anto Illimani Mera en su épica aventura al Manaslu. Lo de la entrevista no es nuevo para mí, pero nunca a tanta profundidad. No fue algo del blog, pues esa colaboración la hice a título personal. Pero está publicada también aquí.
El volver a traer viejas historias como las del bicho de San Vicente a razón de la erupción de Cumbre Vieja que nos ha tenido en vilo en este último trimestre del año. Un abrazo grande para todos los palmeros.
De recordad visitas deportivas como la que hizo el Atlético de Madrid a La Orotava hace treinta años. Visitas que también fueron artísticas como la realizada por el cantante y actor Leift Garret en 1978.
De emocionarme en el homenaje dado por el Colectivo Cultura la Escalera a las lavanderas. Jornadas estas que se repetirán, esperemos que sí, durante el primer semestre del año 2022. El sentir la historia entre los muros de los lavaderos de San Francisco es algo que no tiene precio. Igualmente entrevistas al amigo José Antonio García (C.C.L.) en la exposición de fotos antiguas inaugurada en primavera en la Casa de la Cultura de San Agustín dentro del programa, adaptado a las circunstancias, dentro del marco de las Fiestas.
Pero a la vez también he experimentado la enorme tristeza de despedir, entro otros/as, a José María Albarrán, Pedro Eustaquio, José Manuel de Taoro Martín, Domingo Rodríguez del Rosario, Fina Salazar y tantos villeros/as que se han ido en este año. Siempre los llevaremos en el corazón. Descansen en Paz.
Ha sido también un año donde el blog ha tenido que pararse durante algunos meses por obligaciones. Aunque mi filosofía siempre es que un blog debe tener sus tiempos de descanso para así poder armonizarlo. También ha sido el año al que a 100 x 100 villeros de La Orotava le ha nacido un hermano como es La Biblioteca Hiperbórea. Blog este dedicado a mundo del libro. O más bien decir a los libros de mi biblioteca.
Visto así no ha sido mal año para el blog. Ni en número de artículos ni en visitas. Indudablemente este año 2021 ha sido el año donde 100 x 100 villeros de La Orotava ha recorrido con más fuerza el continente americano de norte a sur y de este a oeste. ¿El por qué? Eso ya lo escribiré el mes que viene. Todo ello acompañado de las fuertes visitas recibidas desde el resto de España y Europa, más las que se unen desde Asia, África y Oceanía. En ese aspecto sí que estoy muy contento.
Pero sigue faltando un algo. Ese algo que como sociedad adolecemos desde hace casi dos años. Pero no quiero pecar de agorero ni de optimista. Al entrar el año 2020 dije que me daba buena sensación el año porque me gustaba la cifra. Igual me gusta el número 2022, pero prefiero no opinar más allá de mi simpatía con el número.
100 x 100 villeros de La Orotava seguirá en este 2022 en el mismo compromiso adquirido hace casi cinco años. Ser un blog que defienda los valores de estirpe, pueblo, honor, cultura y tradición. Pero sin ciegos radicalismos, porque toda virtud está en disposición de ser corrompida. Por lo tanto primero la asepsia y luego el sentimiento. Siempre en aguerrida libertad. Sin tutelas y con la línea editorial con lo ha caracterizado siempre. El día que tales virtudes no se extrapolen a este blog lo finiquitaré y le daré el cierre sin temblarme el pulso por ello. Lo que nunca haré será engañar a mis lectores/as. Ellos/as son lo más importante para mí porque son mi audiencia.
Esperemos que pronto volvamos a tener una normalidad. No esa “nueva” normalidad que tanto se propugna. Sino la normalidad que ha de tener cualquier sociedad libre. Pero eso hay que pelearlo fuera de los laboratorios farmacéuticos y de los hospitales. Lugares imprescindibles, no nos cabe duda, para combatir esta pandemia. Pero nuestra libertad y salud va más allá de tales asépticos muros. No es ahí dónde nos jugamos el futuro. O se es títeres o se es hombres y mujeres libres. Tú elijes.
Este es mi último escrito del 2021. Pedir disculpas por los fallos que el blog haya podido tener y de los cuales soy el único responsable. Pero siempre con el amor a lo que hago. Porque al final el único legado que le voy a dejar a La Orotava es el relato de mis propias vivencias. Esperemos poder seguir relatándolas en este 2022.
Feliz año para todos/as los lectores y amigos de 100 x 100 villeros de La Orotava. Mis mejores deseos para estos tiempos venideros para todo este planeta tierra y en especial para esta Europa fenecida. Espero que como ave fénix renazcas de tus cenizas y rompas las cadenas de la ignominia que te oprime. Y no sigo escribiendo. No por miedo, que es ninguno, pero no puedo ser heraldo de la verdad en solitario. Cada cual desde su interior tiene que ser heraldo de esa verdad que nos ha definido durante milenios. Pero hay que tener por seguro que las falanges de Alejandro, las legiones de César y los tercios de Felipe II no hubieran consentido esto.
Para todos/as un fuerte abrazo.
¡Viva la muy Noble y Leal Villa de La Orotava!