Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

jueves, 18 de mayo de 2017

Gracias por todo don Jesús.

A principio de esta tarde me enteraba de la marcha de don Jesús Martínez, sacerdote paúl y capellán de la Iglesia de San Francisco de Asís. Me comentaban que regresa a su Navarra natal, a tierras pamplonesas, y que esta tarde había una misa de acción de gracias por él. Lástima que por obligaciones no haya podido estar presente y participar en un acto de agradecimiento hacia este gran sacerdote y mejor persona.
No sé exactamente el tiempo que don Jesús ha residido en La Orotava. Si no me equivoco llegó aquí a principio de este siglo tras más de treinta años de misionero en Filipinas. Lo conocí hace ya varios años que me lo presentaron y esporádicamente iba a alguna misa a San Francisco y me pareció un verdadero sacerdote. Un hombre de una dialéctica directa y de ideas claras, pero a la vez sencilla, que nos recuerda que el camino de la Vida no siempre es fácil, pero que no estamos aquí para sufrir, sino para la búsqueda de Cristo a través de nuestras experiencias personales. Un hombre dándolo todo por Dios. En definitiva, al igual que su paisano San Ignacio de Loyola, un verdadero soldado de Cristo Rey. Un cura como los de antaño. Incluso llegué a ir a algún Vía Crucis en tiempos de Cuaresma y se notaba que era un hombre de una profunda Fe. Un gran capellán que para la iglesia de San Francisco de Asís, tan bonita y acogedora y de buenos feligreses. Cuantísima gente buena se ha ido en los últimos tiempos de este templo, bien por ley de vida como Jose y Víctor, entre otros, y ahora por el devenir de las causas don Jesús. Pero siempre presentes en el corazón de quienes los hemos conocido.
Personalmente lo voy a echar de menos. Aunque servidor no es muy prodigo en misas, disfrutaba a las que fui y él presidia. Es un sacerdote que le da un matiz muy solemne a las misas. Últimamente me lo encontraba mucho por las mañanas cuando iba por la calle rezando el Rosario o rezándolo sentado a la entrada de la casa de los Paules. O enfrascado en la lectura del periódico mientras tomaba un café en el Manjar. Figura iconográfica la suya con su traje negro y su alzacuello mientras caminaba ligeramente encorvado con su pequeña cojera. Siempre nos saludamos afectuosamente, y si no va orando, no me gusta interrumpir esos momentos de meditación, pues tenemos unos minutos de charla. Aunque en los últimos tiempos me comentaron que estaba algo recogido por una pequeña lesión.  La Orotava pierde un gran sacerdote y un excelente ser humano. De esa gente irreemplazable en su oficio de ministro de Dios y en su trato a los demás. De esos villeros que sin ser villeros se adaptaron perfectamente al pueblo desde los primeros segundos que llegaron aquí. Tratar a este tipo de personas son la que de verdad nos hacen crecer como seres humanos por su sapiencia, honestidad y forma de ser.
Don Jesús ha sido un enorme placer el habernos conocido y el haber tenido cierto trato. El comprobar con alegría que aún quedan sacerdotes de raza y corazón como usted. Ahora toca volver a su Navarra natal. No sé si por petición propia o por petición de su Orden. Conociéndolo, y pese a sus 86 años, es un espíritu inquieto y no creo que se aburra en su nuevo destino. Aunque creo que ya se seculariza. Pero bien es verdad que como se suele decir los sacerdotes nunca se jubilan. Para los que lo conocemos y apreciamos nos hubiera encantado que se quedara aquí. Porque es un hombre de una extraordinaria vocación de servicio e inteligencia y que tuvo que pasar infinitud de adversidades en su época de misionero, pero siempre con el inquebrantable compromiso a Dios.
Según me comentan por Whatssap ahora que tengo unos minutos de descanso y subo esto de que en la misa cantó una canción de su tierra titulada “adiós Pamplona” y le cambió la letra por “adiós La Orotava” que hizo llorar a todos los asistentes a la misa.
Espero verlo estos días antes de su marcha, aunque no sé cuándo se va, seguro que nos volveremos a cruzar en la vida. Y si no es así, pues con la Fe de encontrarnos algún día en el camino de Emaús.
Suerte en su nueva andadura y que el Señor y la virgen de la Caridad estén siempre con usted don Jesús. 

*Actualización:
Ha pasado un año de este escrito y don Jesús sigue a sus 87 años al pie del cañón en tierras navarras. Sé que mantiene contacto con la comunidad paúl de La Orotava y con varios de sus antiguos feligreses a los que siempre encarga saludos para el pueblo. Según sé, está relativamente bien de salud y animado en su nuevo lugar de residencia. 
Se le echa de menos y gentes que lo trataban a diario o asisitían a sus misas me comentan la gran añoranza que sienten por ya no estar aquí. Dejó una gran huella muy difícil de borrar.



*Apéndice:
El amigo Desiderio González Palenzuela por medio de Facebook me remite este comentario que viene a puntualizar de manera acertada este escrito:

“Una persona entregada y servicial para con todos. Excelente sacerdote, su llegada a la Villa, fue en Febrero del año 2003. Vino los primeros meses a sustituir al padre Felipe García Olmo, en Santo Domingo de Guzmán. En Octubre de ese año llegó don José Vega y don Jesús paso a San Francisco, sustituyendo al padre Juan García Granel. Desde la festividad de San Francisco del año 2003 hasta hoy 18 de Mayo de 2017, ha sido su capellán.
14 años de entrega generosa a la Iglesia de San Francisco que han dado abundantes frutos, espirituales y materiales.

Muchos sacerdotes como don Jesús, hacen mucha falta, en muchos lugares."

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Primera edición del texto: Mayo de 2017.
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