Ya vienen los Reyes magos
al nidito de Belén.
Olé, olé La Orotava y olé
La Orotava ya se ve, ya se ve, ya se ve.
Cargaditos de juguetes,
cargaditos de juguetes
para el Niño de Belén.
Olé, olé La Orotava y olé
La Orotava ya se ve, ya se ve, ya se ve…
Y ya vienen de camino los Reyes
Magos a la Villa. Y como tal me voy a la juguetería de don Adolfo en la calle
la Carrera a reservar los juguetes para todos los niños/as de La Orotava y para
mi. Este año opto por los juguetes de antaño de generaciones pasadas frente a
las nuevas tecnologías de video consolas, ordenadores gaming, smartphones y
toda esa miríada de aparatos tecnológicos. Estos Reyes 2020 quiero que me dejen
juguetes de los años 20 del siglo XX. ¿Y dónde mejor que conseguirlos sino en
esta mítica juguetería villera?
Lo primero que pido, es un balón.
Pero no un balón cualquiera. Quiero un balón de reglamento como decíamos en la
niñez. Que para eso son los que llevan al Mundial de futbol. Un balón con
fundamento. También quiero juegos de mesa. Un tablero para jugar a las Damas y
al Ajedrez. Y quiero el Juego de los récords, puzles y demás.
Quiero un títere con forma de
mago. Para no perder nunca la magia de la niñez. Pero también quiero las
emociones y adrenalina de la pista de coches Racing 80. Me gusta aunar magia y velocidad.
La dependienta que trabaja para
don Adolfo, muy amable ella, me enseña más coches donde elegir. Me gustan sobre
todo el Mercedes 190 y el camión de madera así que creo que me los llevaré. Me comenta
que vaya al escaparate que hay más juguetes. La verdad que entré a la tienda
tan deprisa por la ilusión que ni reparé en él.
Un caballito de madera y una
pista de coches, scalextric como le dicen en estos tiempos. Indudablemente
elijo este ultimo pues el caballito de madera no me gusta. Me parece demasiado repipi.
Salgo a la calle y miro el otro escaparate y la verdad me quedo absorto de la emoción
e ilusión. Pero lo que elijo de ahí lo diré más adelante.
Vuelvo a entrar y me pongo a
buscar qué más puedo pedir a Melchor, Gaspar y Baltazar. Veo soldados, cañones,
astronautas y más coches. Me gusta este estante. Lo reservo todo.
De nuevo la señorita requiere mi
atención y me dice ¿te gustan los trenes? Mira el que está sobre el estante
que bonito es. La verdad que sí. Es muy bonito. Una bonita locomotora con vagones
de colores. Tal vez me lo lleve.
Y le pregunto señorita ¿qué juguetes
me puede ofrecer para las princesitas villeras? Y me dice ven y mira. Y observo esta bonita
fila de muñecas de porcelana y de plástico que se unen a otros juguetes que ya
he visto como cocinitas, costuras con su maquina a juego, etc. Pido las cuatro muñecas
de la derecha y la grúa. Que los Reyes Magos se las hagan llegar a todas.
Señorita ¿y tiene usted más
muñecas? Y me dice sí. Gírate y las verás. Y veo a la Bettina y a la
legionaria. Me las llevo también. Ella muy amable las baja de la repisa y me
dice ¿mira te gustan estas que tengo aquí? Y me enseña estas bonitas muñecas de
porcelana. La verdad me cuesta elegir y lo hago en base al parecido físico de
quienes quiero que los Reyes se la regalen.
Ya tengo todo elegido y mi
reserva hecha para cuando pasen los buenos de Melchor, Gaspar y Baltazar… ¡Ahhh
pero se me olvidaba el escaparate de la calle y lo que vi! La señorita me
acompaña y me pregunta qué me gusta. Y le digo apúnteme todo para mis amigos y
amigas pero para mi el tren de la compañía Río Grande con sus bonitos vagones
Sarita Fe. Además, uno de sus vagones lleva carbón. Yo me he portado bien este
año. Si no lea usted mi blog. Pero como no quiero correr el riesgo de que me
traigan carbón quiero este tren para poner el carbón en su vagón. Por si acaso,
ya se sabe que siempre hay algún paje vengativo infiltrado del tipejo ese de Laponia.
¡Pues a ver si los Reyes Magos van a ser
tan severos conmigo de dejarme carbón cuando me llevo todo este escaparate! La
cuna, la muñeca, la rueca de coser. La mesita con la Nancy (que no estoy seguro
que se llame así) … ¡Y hasta el caballito de madera! Aunque me sigue pareciendo
repipi.
Pues ya mi reserva de Reyes en la
juguetería de don Adolfo está hecha. ¿Cuánto le debo señorita por estos mágicos
regalos? Me dice son 4.500 pesetas, pero como los reyes son mágicos y no
necesitan dinero que ponga bajo el árbol leche y galletas y un poco de agua
para los camellos. Me despido de ella deseándole que los reyes le dejen también
muchas cosas y que feliz me voy pues todos mis amigos/as van a recibir estos
bonitos regalos.
Tanta emoción me ha dado sed así
que me encamino a la plaza del Quiosco a tomar un merecido refrigerio. ¡Y ayy
mi sorpresa! Pero si aquí están los amigos de la Escalera con sus juguetes. ¿Podrá
existir la magia y reservar aquí también? Yo creo que sí así que empiezo a ver qué
me gusta.
Y me veo este coche de madera. ¡Me
encanta! Lo que nos divertiríamos con él por las calles villeras. Me da envidia
ese niño que tanto se divierte subido a él. Pues lo pido para mis amigos y para
mí.
Sigo mi periplo por aquella mágica
plaza de juguetes. ¡¿Qué veo?! ¡Si son boliches! Para mis amigos que me leen
desde la Península boliche, viruca y canica es lo mismo. Pero si están todas
las que recuerdo. Las de cristal con esa especie de papel dentro. Nunca he
sabido si es papel o es un efecto del cristal. Están también las de porcelana,
las de colores metalizados y ¡los bolichones! Que recuerdos me trae de los
recreos en el patio del colegio y las plazas. Tener esto era lo máximo. Como dirían
hoy los jóvenes “eres el puto amo”. Mis favoritas siempre han sido las metalizadas pues las asociaba a los planetas en el Universo. Hay tantas
donde elegir y tan bonitas que las pido todas.
Y me veo las pelotas de trapo. ¡Ohhh
pero yo ya encargué balones de reglamento! Bueno pido algunas para los más nostálgicos
y para jugar sin romper nada.
Avanzo por esta mágica plaza y me
encuentro los cochitos de lata sujetos a un palo o los carritos de verga como dirían
otros. No puedo dejar de pensar lo felices que seriamos corriendo por el
empedrado de nuestro Casco antiguo con tan veloces artilugios. ¿Tal vez estoy
pidiendo mucho? Bueno yo los pido para todos los niños/as de la Villa que
seguro que hay de sobra en las mágicas alforjas de los Reyes.
Y ahora recuerdo una cosa… ¿hay
boliches pero no trompos? Me niego a ello por lo que voy a comprarlos de inmediato.
No sé qué es ese símbolo tan raro con esta forma “€” pero los encargo. Nunca he
bailado bien el trompo, siempre he sido más de boliches.
Pero todo no va a ser jugar. También
hay que tener un dulce detalle. Así que voy a encargar higos secos y naranjas
para que los Reyes se las dejen a todos/as. Una bolsita de higos una malla de
naranjas. Que bien nos va a saber. Además, que esta es una bonita tradición a
recuperar y para nada enfrentada con el Roscón de Reyes.
Me voy feliz para casa con el encargo
hecho a los Reyes Magos para mis amigos, para mi y para todos los niños de La Orotava
y del mundo. Seguro que si nos portamos bien nos lo dejan todo.
Bueno esto ha sido una pequeña
historia contada con bastante prisa pues este articulo prácticamente fue
realizado de manera espontánea cuando recordé que en el año 2013 estuve en la juguetería
de don Adolfo en la primera edición de Entre Molinos. Quise traer algunas fotos
junto a otras más recientes para recordar lo que eran los juguetes de antaño.
De casi todos los expuestos los recuerdo pues fueron también de mi época.
Creo que hoy estamos perdiendo la
naturalidad y la interrelación humana que tenían los niños mediante los
juguetes y juegos. Obviamente los tiempos cambian y no es lo mismo el jugar al Parchís
o la Oca cuatro personas en una mesa que jugar cuatro personas en cuatro
continentes distintos al Fornite. No es lo mismo el Bingo en familia que el
navegar con la Tablet y tantas diferencias como hoy existen. Es cierto que la
calle no es lo que era como en nuestra infancia y juventud y muchos padres
prefieren tener a los hijos apalancados en el sofá Tablet en mano que en la
calle. Hasta cierto punto es comprensible. Si nos damos cuenta los 6 de enero
antaño eran días de niños en las calles. Hoy el numero a mitigado bastante
porque ya los Reyes se los enseñan por Skype. Sociológicamente podemos analizar
la evolución de la sociedad viendo sus juguetes. Antes era divididos en sexos y
cada uno en su rol. Hoy se tiende a lo unisex y fuertemente tecnológico. Aun así,
aun perviven juguetes de toda la vida como balones, bicicletas, muñecas y demás
que se resisten a desaparecer.
Esta foto no es de La Orotava. Pero ilustra bien la época de estos juguetes. Niños con su fotingo camión artesano, en Garafía. Foto en el fondo Antonio Candelario Rocha. Archivo General de La Palma. |
No quiero extender más el escrito
porque podría empezar a relatar ya de juguetes que tuve y demás y cómo eran los
reyes magos de mi infancia. ¿Pero si lo cuento todo en este 2020 qué dejo para
el 2021? Pero sí quiero decir una cosa. Los ositos de peluche están bien. Pero
las mascotas no son ositos de peluche sino seres vivos. No regalen si no son responsables
y capaces de mantenerlo. Que luego da mucha lastima abandonarlos o dejarlos en
albergues.
Pórtense bien que los reyes los están
mirando. No vaya a ser como lo que leí el otro día en el Facebook y que decía
así.
-¿Qué haces hijo mío?
-La carta para los Reyes Magos, mami.
-Pero ¿por qué en papel de lija?
-¡Para que no se la pasen por el culo, como la del año pasado! 😟😡🤬
😂🤣🐫🐫🐫🧙♂️🧙♂️🧙♂️
-La carta para los Reyes Magos, mami.
-Pero ¿por qué en papel de lija?
-¡Para que no se la pasen por el culo, como la del año pasado! 😟😡🤬
😂🤣🐫🐫🐫🧙♂️🧙♂️🧙♂️
Para todos/as felices Reyes.
Un abrazo.
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© 2020 Francisco García.
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Primera edición del texto:Enero de 2020.