Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

viernes, 3 de enero de 2020

Reservando los Reyes en la juguetería de don Adolfo.

Ya vienen los Reyes magos.
Ya vienen los Reyes magos
al nidito de Belén.
Olé, olé La Orotava y olé
La Orotava ya se ve, ya se ve, ya se ve.
Cargaditos de juguetes,
cargaditos de juguetes
para el Niño de Belén.
Olé, olé La Orotava y olé
La Orotava ya se ve, ya se ve, ya se ve…


Y ya vienen de camino los Reyes Magos a la Villa. Y como tal me voy a la juguetería de don Adolfo en la calle la Carrera a reservar los juguetes para todos los niños/as de La Orotava y para mi. Este año opto por los juguetes de antaño de generaciones pasadas frente a las nuevas tecnologías de video consolas, ordenadores gaming, smartphones y toda esa miríada de aparatos tecnológicos. Estos Reyes 2020 quiero que me dejen juguetes de los años 20 del siglo XX. ¿Y dónde mejor que conseguirlos sino en esta mítica juguetería villera?
Lo primero que pido, es un balón. Pero no un balón cualquiera. Quiero un balón de reglamento como decíamos en la niñez. Que para eso son los que llevan al Mundial de futbol. Un balón con fundamento. También quiero juegos de mesa. Un tablero para jugar a las Damas y al Ajedrez. Y quiero el Juego de los récords, puzles y demás. 



Quiero un títere con forma de mago. Para no perder nunca la magia de la niñez. Pero también quiero las emociones y adrenalina de la pista de coches Racing 80. Me gusta aunar magia y velocidad.



La dependienta que trabaja para don Adolfo, muy amable ella, me enseña más coches donde elegir. Me gustan sobre todo el Mercedes 190 y el camión de madera así que creo que me los llevaré. Me comenta que vaya al escaparate que hay más juguetes. La verdad que entré a la tienda tan deprisa por la ilusión que ni reparé en él.



Un caballito de madera y una pista de coches, scalextric como le dicen en estos tiempos. Indudablemente elijo este ultimo pues el caballito de madera no me gusta. Me parece demasiado repipi. 


Salgo a la calle y miro el otro escaparate y la verdad me quedo absorto de la emoción e ilusión. Pero lo que elijo de ahí lo diré más adelante. 



Vuelvo a entrar y me pongo a buscar qué más puedo pedir a Melchor, Gaspar y Baltazar. Veo soldados, cañones, astronautas y más coches. Me gusta este estante. Lo reservo todo.



De nuevo la señorita requiere mi atención y me dice ¿te gustan los trenes? Mira el que está sobre el estante que bonito es. La verdad que sí. Es muy bonito. Una bonita locomotora con vagones de colores. Tal vez me lo lleve.



Y le pregunto señorita ¿qué juguetes me puede ofrecer para las princesitas villeras?  Y me dice ven y mira. Y observo esta bonita fila de muñecas de porcelana y de plástico que se unen a otros juguetes que ya he visto como cocinitas, costuras con su maquina a juego, etc. Pido las cuatro muñecas de la derecha y la grúa. Que los Reyes Magos se las hagan llegar a todas. 



Señorita ¿y tiene usted más muñecas? Y me dice sí. Gírate y las verás. Y veo a la Bettina y a la legionaria. Me las llevo también. Ella muy amable las baja de la repisa y me dice ¿mira te gustan estas que tengo aquí? Y me enseña estas bonitas muñecas de porcelana. La verdad me cuesta elegir y lo hago en base al parecido físico de quienes quiero que los Reyes se la regalen.




Ya tengo todo elegido y mi reserva hecha para cuando pasen los buenos de Melchor, Gaspar y Baltazar… ¡Ahhh pero se me olvidaba el escaparate de la calle y lo que vi! La señorita me acompaña y me pregunta qué me gusta. Y le digo apúnteme todo para mis amigos y amigas pero para mi el tren de la compañía Río Grande con sus bonitos vagones Sarita Fe. Además, uno de sus vagones lleva carbón. Yo me he portado bien este año. Si no lea usted mi blog. Pero como no quiero correr el riesgo de que me traigan carbón quiero este tren para poner el carbón en su vagón. Por si acaso, ya se sabe que siempre hay algún paje vengativo infiltrado del tipejo ese de Laponia.  ¡Pues a ver si los Reyes Magos van a ser tan severos conmigo de dejarme carbón cuando me llevo todo este escaparate! La cuna, la muñeca, la rueca de coser. La mesita con la Nancy (que no estoy seguro que se llame así) … ¡Y hasta el caballito de madera! Aunque me sigue pareciendo repipi. 



Pues ya mi reserva de Reyes en la juguetería de don Adolfo está hecha. ¿Cuánto le debo señorita por estos mágicos regalos? Me dice son 4.500 pesetas, pero como los reyes son mágicos y no necesitan dinero que ponga bajo el árbol leche y galletas y un poco de agua para los camellos. Me despido de ella deseándole que los reyes le dejen también muchas cosas y que feliz me voy pues todos mis amigos/as van a recibir estos bonitos regalos.

Tanta emoción me ha dado sed así que me encamino a la plaza del Quiosco a tomar un merecido refrigerio. ¡Y ayy mi sorpresa! Pero si aquí están los amigos de la Escalera con sus juguetes. ¿Podrá existir la magia y reservar aquí también? Yo creo que sí así que empiezo a ver qué me gusta.

Y me veo este coche de madera. ¡Me encanta! Lo que nos divertiríamos con él por las calles villeras. Me da envidia ese niño que tanto se divierte subido a él. Pues lo pido para mis amigos y para mí.



Sigo mi periplo por aquella mágica plaza de juguetes. ¡¿Qué veo?! ¡Si son boliches! Para mis amigos que me leen desde la Península boliche, viruca y canica es lo mismo. Pero si están todas las que recuerdo. Las de cristal con esa especie de papel dentro. Nunca he sabido si es papel o es un efecto del cristal. Están también las de porcelana, las de colores metalizados y ¡los bolichones! Que recuerdos me trae de los recreos en el patio del colegio y las plazas. Tener esto era lo máximo. Como dirían hoy los jóvenes “eres el puto amo”. Mis favoritas siempre han sido las metalizadas pues las asociaba a los planetas en el Universo. Hay tantas donde elegir y tan bonitas que las pido todas.




Y me veo las pelotas de trapo. ¡Ohhh pero yo ya encargué balones de reglamento! Bueno pido algunas para los más nostálgicos y para jugar sin romper nada.



Avanzo por esta mágica plaza y me encuentro los cochitos de lata sujetos a un palo o los carritos de verga como dirían otros. No puedo dejar de pensar lo felices que seriamos corriendo por el empedrado de nuestro Casco antiguo con tan veloces artilugios. ¿Tal vez estoy pidiendo mucho? Bueno yo los pido para todos los niños/as de la Villa que seguro que hay de sobra en las mágicas alforjas de los Reyes. 



Y ahora recuerdo una cosa… ¿hay boliches pero no trompos? Me niego a ello por lo que voy a comprarlos de inmediato. No sé qué es ese símbolo tan raro con esta forma “€” pero los encargo. Nunca he bailado bien el trompo, siempre he sido más de boliches.



Pero todo no va a ser jugar. También hay que tener un dulce detalle. Así que voy a encargar higos secos y naranjas para que los Reyes se las dejen a todos/as. Una bolsita de higos una malla de naranjas. Que bien nos va a saber. Además, que esta es una bonita tradición a recuperar y para nada enfrentada con el Roscón de Reyes.




Me voy feliz para casa con el encargo hecho a los Reyes Magos para mis amigos, para mi y para todos los niños de La Orotava y del mundo. Seguro que si nos portamos bien nos lo dejan todo.

Bueno esto ha sido una pequeña historia contada con bastante prisa pues este articulo prácticamente fue realizado de manera espontánea cuando recordé que en el año 2013 estuve en la juguetería de don Adolfo en la primera edición de Entre Molinos. Quise traer algunas fotos junto a otras más recientes para recordar lo que eran los juguetes de antaño. De casi todos los expuestos los recuerdo pues fueron también de mi época.

Creo que hoy estamos perdiendo la naturalidad y la interrelación humana que tenían los niños mediante los juguetes y juegos. Obviamente los tiempos cambian y no es lo mismo el jugar al Parchís o la Oca cuatro personas en una mesa que jugar cuatro personas en cuatro continentes distintos al Fornite. No es lo mismo el Bingo en familia que el navegar con la Tablet y tantas diferencias como hoy existen. Es cierto que la calle no es lo que era como en nuestra infancia y juventud y muchos padres prefieren tener a los hijos apalancados en el sofá Tablet en mano que en la calle. Hasta cierto punto es comprensible. Si nos damos cuenta los 6 de enero antaño eran días de niños en las calles. Hoy el numero a mitigado bastante porque ya los Reyes se los enseñan por Skype. Sociológicamente podemos analizar la evolución de la sociedad viendo sus juguetes. Antes era divididos en sexos y cada uno en su rol. Hoy se tiende a lo unisex y fuertemente tecnológico. Aun así, aun perviven juguetes de toda la vida como balones, bicicletas, muñecas y demás que se resisten a desaparecer. 

Esta foto no es de La Orotava. Pero ilustra bien la época de estos juguetes.
Niños con su fotingo camión artesano, en Garafía.
Foto en el fondo Antonio Candelario Rocha.
 Archivo General de La Palma.

No quiero extender más el escrito porque podría empezar a relatar ya de juguetes que tuve y demás y cómo eran los reyes magos de mi infancia. ¿Pero si lo cuento todo en este 2020 qué dejo para el 2021? Pero sí quiero decir una cosa. Los ositos de peluche están bien. Pero las mascotas no son ositos de peluche sino seres vivos. No regalen si no son responsables y capaces de mantenerlo. Que luego da mucha lastima abandonarlos o dejarlos en albergues.

Pórtense bien que los reyes los están mirando. No vaya a ser como lo que leí el otro día en el Facebook y que decía así.

-¿Qué haces hijo mío?
-La carta para los Reyes Magos, mami.
-Pero ¿por qué en papel de lija?
-¡Para que no se la pasen por el culo, como la del año pasado! 😟😡🤬
😂🤣🐫🐫🐫🧙‍♂️🧙‍♂️🧙‍♂️

Para todos/as felices Reyes.
Un abrazo.

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Primera edición del texto:Enero de 2020.