Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

martes, 7 de julio de 2020

Antonio "Ñete" Polo Regalado. Una vida plagada de historias y anécdotas.

Ayer le dábamos el último adiós al amigo Ñete y ahora, en los sonidos de la madrugada, cuando empiezo a redactar este artículo se me agolpan en la mente muchas imágenes y recuerdos de este gran amigo que se nos ha marchado.


Antonio Polo Regalado "Ñete".
Imagen: © Paco García 2017.

Hablar de la figura de Ñete no es fácil por lo extenso del personaje. Hombre que fue esencia de pueblo. Afable, cariñoso, amigo de sus amigos. Jamás lo vi la buscando la foto en loor del protagonismo o siendo una especie de “entendido sentenciador” con sus opiniones en las redes sociales que tanto utilizó al final de su vida. No. Ñete fue de esos personajes de pueblo que antaño tanto pulularon por La Orotava. Por eso fue mi amigo. Porque pueblo llama a pueblo. Dicen que el perro y el niño siempre van donde les dan cariño. Y Ñete fue niño de La Orotava. Nunca contrajo nupcias ni tuvo descendencia. Pero su gran amante sin lugar a dudas fue la Villa. Él conoció mundo a lo largo de su vida pues viajó a varios puntos del país en la época del Frente de Juventudes y ya en su adultez y vejez otros viajes por el país y a los santuarios marianos de Fátima y Lourdes. Pero su felicidad fue entre nuestras calles y plazas donde forjó una vida que cómo él mismo me decía hace unos meses: “me daría para escribir varios libros”. Hay que incidir que con Ñete se van 120 años de historia de una familia en prácticamente la misma zona del Casco. Su abuelo, don Francisco Polo, llegó a La Orotava procedente de Málaga con el batallón Borbón a instalarse en el acuartelamiento de San Agustín tras el desastre del 98 y aquella alarma que se extendió de que los estadounidenses invadirían Canarias lo que obligó a reforzar las guarniciones de las islas y la llegada a su vez de las primeras unidades de la Guardia Civil que en nuestro pueblo se instalaron en lo que hoy es el MAIT. Muchos de esos soldados tras finalizar su periplo como militares de reemplazo se quedaron en La Orotava contrayendo matrimonio con villeras como fue el caso de don Paco que se casó con doña Agustina Rocío Báez. Eso resultó fundamental para que su nieto Ñete fuera testigo privilegiado de la segunda mitad del siglo XX en La Orotava debido a la zona en que nació y residió como fue la mítica pensión-bar el Suizo. Allí donde se forjaron tantas historias de las que Ñete fue testigo privilegiado. Por eso a él no se le podía pedir lo que su corazón no sentía. La vida se la daba el sentir el pueblo y sus gentes. El bullicio y la esencia villera de aquella época. Él fue como un grupo de células en el organismo de la cosmogonía villera. Salvo sus viajes, poco salió de La Orotava y eso le imprimió un carácter especial de recuerdos y sentimientos.

Ñete en su niñez. Foto propiedad Antonio Polo Regalado.

Ayer al llegar a su duelo tras los correspondientes pésames quise verlo. Darle el ultimo adiós para un amigo tan querido. En ese duro trance me acompañó el amigo Felipe Casanova y admito que me derrumbé. Lloré ante su féretro observando aquel cuerpo apagado, inerte, sin palpito que antaño había estado rebosante de vitalidad, energía e inmensa alegría. De aquel hombre con una sonrisa perenne en los labios y de una educación que jamás se alborotaba. Mucho calló y aguantó porque él no era de prontos ni arrebatos de fuerte carácter. Al contrario, la vida siempre encarada con regocijo. Aun no me creo que haya fallecido, sino que este es un sueño y yo estoy en un lento letargo abotargado por una especie de veneno onírico. No asimilo su marcha, pero a la vez soy consciente de que las hilanderas de la vida ya cortaron el hilo de Ñete y éste debe seguir su camino pues ha trascendido a otro mundo. 

En sus años de juventud.
"Cuando era un dandi" como solía decirse Ñete a sí mismo.
Foto propiedad de Antonio Polo Regalado.
Son tantas las historias propias de Ñete y comunes que tuvimos que no sé ni qué relatar. Como dije en el anterior escrito teníamos pendiente un proyecto de entrevistas donde él narrara su vida y vivencias. Ese proyecto quedó sin gestar porque yo sabía que eso le supondría un esfuerzo físico importante que ya le costaba afrontar a lo que se unió esta pandemia y el estado de alarma. Me dejó muchos audios en los últimos tiempos e historias a lo largo de nuestros muchos años de amistad que transcribí y que siguen durmiendo el sueño de los justos en mis archivos para que cuando llegué el momento sean publicadas. Solo me pidió una cosa. Fue a principio de este año. Quería que escribiera un artículo sobre su hermano Paco. Le insistí que no era la persona más adecuada porque yo era joven cuando este falleció y tal vez la memoria me jugará una mala pasada. Pero ante la insistencia accedí. De aquel matrimonio formado entre don Víctor Polo y doña Esperanza Regalado tal vez Paco y Ñete fueran los que más sentimientos villeros tenían. Paco era un intelectual y un hombre de múltiples inquietudes culturales. Tal vez Ñete no explotó nunca del todo sus cualidades, pero fueron dos hermanos cien por cien villeros en una familia muy villera. Tal vez Ñete presentía su final y necesitaba ese recuerdo a Paco. Incluso le dio suma preocupación no tener fotos de Paco que facilitarme. Pero en ese anhelo de poder expresar su recuerdo hacia él le di la oportunidad mediante un audio publicado en dicho artículo.


Del matrimonio de don Francisco Polo (malagueño) y doña Agustina Rocío (villera)
nació Víctor Polo Rocío.
Se casó este con la villera Esperanza Regalado con la que tuvieron cuatro vástagos:
Francisco, Luisa, Manuel y Antonio (Ñete en brazos de su madre) Polo Regalado.
Salvo la joven que no la identifico el resto de los fotografiados de la imagen están todos fallecidos.
Una gran familia villera
Foto: Antonio Polo Regalado


Pero Ñete no fue nunca un hermano pequeño a la sombra de sus hermanos mayores. Ñete fue mucho Ñete. Hemos perdido a un hombre con una memoria prodigiosa que en sus últimos años se potenció. Hablaba conmigo y era una conversación computable facilitándome datos muy certeros a la vez que su lenguaje adquirió un tono de otra época porque me hablaba con expresiones de antaño que él no solía utilizar. Los misterios de la vida. Tuvo sus fases por este camino en esta tierra donde los rumbos los imponen los vientos que nos soplan y en pilotó la nave de su vida siempre donde tenía el corazón. Ayer en su duelo evocamos muchas anécdotas. Pero muchísimas. Su época en el Frente de Juventudes, sus años de adultez en el Suizo, su afición al mundo de los radioaficionados y como no podía faltar su época más espiritual en los movimientos carismáticos del Puerto de la Cruz y un asiduo a la misa que se celebraba a las 18:00 H en la querida parroquia de Santo Domingo de Guzmán que compaginó con sus viajes que siempre tenían un trasfondo religioso. Su afición por el mundo de los radioaficionados la recuperó y acrecentó en los últimos años de su vida. Adquirió la costumbre de estar hablando por teléfono y acabar las frases con esta coletilla: “¡Te copio! ¿O.K. Charly? ¡Pásame el indicativo!”. Comprenderán que no voy a desentrañar las conversaciones tenidas porque pertenecen al ámbito personal. Pero les voy a contar dos anécdotas de aquella parte espiritual de Ñete.

Imagen esta muy emotiva para mi.
La tomé en el año 2005 a la salida de la procesión de María Auxiliadora de su santuario salesiano.
Aunque la foto no tiene mucha calidad en ella podemos ver de izquierda a derecha
a Manolo Toste, Antonio Polo Regalado "Ñete" y a Domingo Luis Expósito "el popi".
Tres grandes amigos ya fallecidos a los que echo muchísimo de menos.
Imagen: © Paco García 2005.


Un día me comentaba que había estado en el Puerto en una conferencia de carácter religioso que había dado una señora latinoamericana. Y me decía que esta mujer hablaba y de pronto empezaba a sollozar y chillar, luego se calmaba y así sucesivamente. Y yo como en estos temas soy muy reacio le decía en todo de broma en vaya berenjenales que te metes. Hasta que a los pocos días haciendo zapping en la tele llego en el junto momento que empezaba dicha. No es que Ñete no se equivocara, sino que yo también me quedé obnubilado por la misma. Y las cámaras enfocaban a Ñete y él también estaba obnubilado, aunque como le dije después “estabas acojonado”. Ayer también me comentaban una anécdota que yo conocía como fue que al llegar al santuario de Lourdes lo hicieron de noche y en el pueblo no había nada abierto para tomar una cena o a lo menos un pequeño refrigerio. La frugal cena aquella noche fue unos caramelos que llevaba Ñete en el bolsillo. Y sin queja, sin aspavientos, riendo con ganas de cenar se fue a dormir. Ese era el carácter de Ñete. Y si alguna vez tomaba un pequeño enfado le duraba lo justo para luego soltar una sonora carcajada.



La alegría de Ñete era esta.
Sentir el ambiente y esencia de nuestras calles y sus gentes.
Imagen: © Paco García 2012.
Tantas y tantas historias que contar sobre él. Sin lugar a dudas fue una figura anónima, entiéndase el contexto en que lo digo, de La Orotava pero un testigo privilegiado de la misma. Mi recuerdo para con Ñete siempre será imperecedero porque en nuestros largos años de amistad no hizo sino siempre el bien por mí. Ya de ese grupo de amigos de La Orotava quedan pocos con vida. Grupo que contábamos nuestras anécdotas villeras porque nacimos y crecimos en la misma matriz de La Orotava.
Por la situación que estamos viviendo no hubo misa en la Concepción, sino que hubo un pequeño sepelio y responso en el propio tanatorio. Me situé frente Ñete junto a Felipe Casanova y cuando don Oscar asperjaba su cuerpo con agua bendita a mi me invadió una serie de recuerdos y vivencias con él a cámara rápida. Sé que no nos veremos más en este mundo pero que nos volveremos a encontrar. Se que ayer cuando la lápida del cementerio sellaba su vida terrenal para siempre empezaba su tránsito a la vida eterna. En eso creyó fervientemente y eso me da la fe de que algún día lo volveré a ver junto a sus padres y hermanos, sus tan recordados y queridos abuelos, y nuestros amigos Manolo, Domingo, Charly y tantos otros que nos precedieron. Me deja el inmenso honor de haberme brindado y tributado su amistad y cariño que siempre fueron recíprocos. Me deja el inmenso valor del revisionismo a muchos de mis artículos y sus enormes aportaciones si las consideraba necesarias pues al instante me llamaba y si había algo que añadir me daba unos datos rigurosos y precisos. Me deja un legado histórico de sus vivencias que no se perderán en el implacable paso del tiempo manejado por la férrea mano de Cronos.  Pero a la vez me dejas un vacío inmenso que voy a ser incapaz de llenar. Te llevas un trozo de mi corazón y me dejas la enorme pena de tu marcha. De irte con 72 años en vez de haber sido inmortal. El ya no oír más tus historias pese a tus dificultades respiratorias pero abnegado en querer trasmitírmelas. El no oír más de tu ventana del Suizo por la calle Juan Padrón aquello de “¡carcamal!” … El que ya no me de vida una persona que nos daba la vida a los amigos. Esa persona de Luz que pasa por nuestra existencia y cuando se extingue ya no hay ni siquiera quién la pueda igualar. El ya ni siquiera poder preguntarle a Luis aquello de “¿cómo está el niño?”. Con tu marcha nos dejas a todos vacíos, tristes, con la añorada falta de alguien importante en nuestras vidas. Ayer una persona, que por su profesión y vida social ha conocido a innumerables personas, me confesó que el único y verdadero amigo que había tenido en su vida fue Ñete. Para él en los momentos más oscuros de su existencia Ñete fue un baluarte donde acogerse ante el infortunio del camino.


Luis Pérez más que un cuñado fue para Ñete fue como un hermano mayor y un segundo padre.
Luis se ha desvelado en todo momento por él y hasta el ultimo día no le faltó su atención y cariño
como igualmente hicieron los hijos de Luis y Luisa para con su tío.
Imagen: © Paco García 2017.

Cada hombre forja su historia en el yunque de la vida. Y Ñete dio los golpes que debía dar con el martillo que a cada persona se le asigna. Ni uno más ni uno menos, sino los que su corazón creyó oportunos. Hombre de excepción con sus aciertos y fallos, pero siempre con el inquebrantable amor para con su pueblo y aún más para con sus seres queridos. Se ha ido una leyenda de la Muy Noble y Leal Villa de La Orotava que pierde a otro de sus grandes hijos.
Descansa en Paz Amigo. Hasta que el Destino nos alcance de nuevo.
* La misa por el eterno descanso de Ñete será el próximo miércoles 15 de Julio a las 19:30H en la parroquia de la Inmaculada Concepción. 

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Primera edición del texto: Julio de 2020.