El otro día hablando con un amigo me comentaba que las bodas parece que han pasado de moda, sobre todo las religiosas. Con los nuevos roles sociales las bodas civiles van ganando terreno a las sacramentales. En aquel momento recordé esta imagen de mi autoría y propiedad del año 2013. Fotografía de la primera edición de Entre Molinos en la recreación de una boda católica de mediados del siglo XX.
No sé si las bodas ya son algo del pasado o si es mejor optar por una boda civil. Allá cada cual. Ahora con el tema del Covid las bodas andan de capa caída, sobre todo en su aspecto de celebración, que ha llevado a suspenderse muchas de ellas. Otros lo ven como una gran oportunidad para hacer bodas pequeñas y familiares pues una boda barata no es. Yo como soy un libre pensador digo que cada uno haga lo que le de la gana. Te casas, te juntas o cómo mejor estén. No como antes que se juntaba una pareja y decían “viven en concubinato y en pecado”. ¡Qué le interesa a nadie cómo vive una pareja! Que cada cual viva en pareja como mejor convenga. Este es un tema donde entran muchos factores como la Fe, la filosofía, el pragmatismo e incluso las posibilidades económicas de los contrayentes. Lo principal es que se amen y respeten.
Esta foto inédita de mis archivos pertenece al 26 de mayo del año 2013 en la primera edición de Entre Molinos. Un archivo del que poco he publicado. No por nada en concreto, pero creo que mi trabajo fotográfico en la segunda edición del año 2017 fue más completo fotográficamente hablando. En esa primera edición anduve algo desubicado.
Entre Molinos año 2013. Recreación de una boda. Imagen: © Paco García 2013. |
En la imagen observamos a las personas que ese día se caracterizaron para tal fin. Vemos a los novios con un vestido y traje clásicos y a los invitados arreglados como dictaban los cánones de la época. Ellas con traje y variados peinados, sobreros, pamelas y tocados. Ellos de traje corbata y sombrero. Y el cura vestido de cura. ¡Como debe ser! Sinceramente viendo la imagen creo que hemos perdido elegancia en el buen vestir.
Esta recreación tuvo lugar en los umbrales de la iglesia de San Francisco y luego el cortejo nupcial bajó caminando hasta en número 1 de la calle Colegio donde se sitúa la casa Díaz Flores entre los aplausos y vítores de la multitud asistente.
Típico era en esas calendas de antaño celebrar las bodas en las casas o en salones habilitados para tal fin. Esa opción dio buenos beneficios a sus propietarios muchos años y fue la génesis de algunos negocios especializados en bodas, bautizos y comuniones. Era costumbre repartir dulces entre la vecindad, según leo y me cuentan, más otras costumbres hoy desaparecidas o muy acotadas. Ya tampoco suele ser habitual el típico crocante en el banquete nupcial donde tantas imágenes en La Orotava los podemos observar. Hoy en día se opta por eso de “cocina creativa” que yo nunca lo he entendido muy bien de cómo es eso de que te pongan un plato y veas más el plato que la comida. Indudablemente hoy si los novios hicieran una boda en el salón de una casa los machacarían a críticas. La gente es tan elitista que una boda así sería de pobres. Y eso es lo que fuerza a estirar más el brazo de la manga. Yo creo que hay algunos que se han divorciado sin haber acabado de pagar la boda.
En fin, no sé muy bien qué razonamientos dar a la aseveración de mi amigo de que las bodas ya no están de moda. Extrapolé esta pequeña reflexión al blog porque recordé las fotos de esta boda y me dije ya tengo para un escrito y así mismo publicar una nueva imagen de mis archivos.
Eso sí, cada uno/a que se casé donde le venga gana. Y si no te casas o te juntas descuida que tampoco pasa nada por ello. Sinceramente creo que lo importante no es que haya boda. El amor y respeto entre una pareja es lo mágico, poderoso y bonito. Muy por encima del rito, religioso o civil, de cualquier boda. Evocando al Génesis que el hombre y la mujer formen un todo en uno y un uno en todo.
Saludos.
Posdata: Y si no se casan y tienen un hijo/a el cura debe bautizarlo. Aunque los padres no estén casados no por ello renuncian a su Fe que es la de sus padres y ancestros y que es la misma que le quieren dar a su retoño.
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