Un Pueblo para su Gente y una Gente para su Pueblo. La Villa de La Orotava es más que un sentimiento. Blog siempre en aguerrida libertad.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Don Leoncio González.

Muchas veces como villero y como bloguer uno tiene que escribir cosas que nunca le gustaría tener que hacerlas. Esta es una de esas veces. Momentos en los que me duelen las manos para escribir y donde se me humedecen los ojos para ver lo que escribo. Como siempre, saben que no voy a contar ni a biografiar a nadie. Voy a contar mis experiencias personales que tuve con don Leoncio.
El viernes a última hora de la noche me enteré del fallecimiento de don Leoncio Gonzalez, profesor durante muchos años del colegio Salesiano-San Isidro de La Orotava, el pasado 31 de octubre a los 75 años de edad. Ayer sábado no dejé de mandar Whatsapp y correos para ver quién me podía facilitar una foto de él pues en mis archivos fotográficos no encontré ninguna. Y como las fotos de mi época de estudiante no sé dónde están pues tuve que recurrir a preguntar a las amistades. Afortunadamente preguntando se llega a Roma y pude contactar vía Facebook con dos hijos de don Leoncio, Beatriz y Diego, y ella me facilitó amablemente la foto que acompaña este escrito.
Don Leoncio me dio clase en 7º de la antigua EGB. Precisamente ese año fue mi tutor y mi profesor de Lengua y Sociales. Personalmente lo recuerdo con mucho cariño porque siempre me pareció un gran profesor y mejor persona. Hombre serio y orondo. Con una voz potente y muy característica, pero como he dicho, una gran persona. Un profesor de antaño que enseñaba de una manera más humana a la de ahora que parece que deriva la enseñanza a todos los niveles a algo más tecnológico basado en otras metodologías. Imposiciones de los nuevos tiempos. Como profesor lo recuerdo sobre todo en la materia de Sociales que me gustaba más que Lengua. Lo recuerdo explicándonos geografía con aquellos mapas de Vicent Vives que rellenábamos y coloreábamos atlas en mano.  Nunca le vi para nadie ni un mal gesto, ni una mala contestación. E igual puedo decir de los compañeros de colegio en aquella época hacia él. Era en aquellas alturas un profesor muy bregado en su oficio. Primero como docente en el colegio de Santo Tomas y luego en los Salesianos donde desarrolló la mayor parte de su vida laboral. Como he dicho más arriba tenía una voz muy potente y característica que lo hacían dialécticamente expresarse de una manera muy sencilla y directa para sus alumnos. Maneras que se potenciaba por su aspecto serio. Pero no serio de persona agria. Sino serio ante la responsabilidad que tenia de formar a sus alumnos. Porque luego nos íbamos a las típicas excursiones a Las Raíces, la Caldera o Chanajiga y era un hombre de lo más afable y distendido. Como lo fue, porque tengo constancia de ello, en su vida fuera de las aulas.
Se retiró unos años después de mi paso por el colegio Salesiano por problemas cardiovasculares. Aunque nunca perdió el ánimo y las ilusiones por la vida.
No suelo nunca mezclar mis cosas personales en el blog. Pero hoy quiero hacer una excepción. En aquel séptimo de EGB del que fue don Leoncio mi tutor llegó un momento que a mí me asfixiaba el mismo colegio. Yo nunca encajé allí quería marcharme. No porque pasara nada malo ni por problemas con nadie. Simplemente que a mí no me gustaba el sitio. Y puedo decir que tuve en su mayoría grandes profesores de los cuales guardo mucho y buen recuerdo. Por eso escribo esto. Y llegó un momento en aquel curso que don Leoncio empezó a notar que algo pasaba. Que las cosas no iban cómo debían de ir. Tras algunas tutorías y conversaciones un día me llamó y ambos hablamos y me preguntó qué pasaba. Y recuerdo que le dije “mire no es por usted ni los profesores. No es por nadie en concreto. Es que yo aquí no me siento en mi lugar”. Y él se quedó pensativo y me dijo no te preocupes que todo tiene arreglo y lo importante es que avances en este curso y vayas a octavo con otra perspectiva y nuevas ilusiones. En aquel año me ayudó mucho, me exigió también bastante, y estuvo al tanto de mí. Me podrán decir es que era su trabajo y para eso estaba. No lo sé. Yo nunca lo vi así. Para mí fue un educador que se preocupó de un adolescente para que sacara adelante un curso, para que confiará más en sí mismo y para fortalecerlo como persona. Porque aquella preocupación siguió en cursos superiores hasta que salí de los Salesianos.
Me siento muy triste por su fallecimiento. Triste por no enterarme de ello y acompañarlo en su entierro. Me siento triste porque me duele La Orotava y me duele aún más la perdida de estos grandes villeros. Ahora estoy escribiendo en los silencios de la noche y se me agolpan los pensamientos de recuerdos. Podría una noche de sábado estar de cena por ahí, en un pub o en cualquier lugar de ocio. Pero me veo en la necesidad y en el agradecimiento de escribir esto como humilde reconocimiento a don Leoncio. Porque en la vida como estudiante de cada persona uno conoce grandes profesores, yo los tuve antes y después de él. Pero siempre queda un recuerdo especial para el primer lugar de enseñanza y su claustro de profesores que nos formaron en los primeros años. Sé que estas palabras no van a devolver al esposo, al padre de familia, al abuelo, amigo, compañero de trabajo, vecino… Pero quiero expresarlas como me lo dista el corazón. No por quedar bien, o publicarlas en el blog para que lo lean y me felicitan por tan emotivas palabras. No, eso no me interesa. No me hace falta un blog para eso. Lo que me interesa es recordar a un buen hombre del cual yo guardo gran respeto y gratos recuerdos. Y más cuando son personas que en su profesión fueron gente honorable, respetable y de gran educación y humanidad. Y más aún cuando todos esos adjetivos se le podían seguir dando a don Leoncio muchos años después de que él fuera mi profesor y yo su alumno. Aun hoy en día yo me encuentro mis antiguos profesores en los Salesianos y los sigo tratando de don y de usted. Porque tuve en su mayoría grandes profesores. Los que somos de mi generación y pasamos por allí podemos decir que tuvimos el enorme privilegio de contar en la EGB con el mejor claustro de profesores que se podía desear. Con sus aciertos y errores que serían muchos porque todos somos humanos. Pero creo esos profesores, hoy en este escrito representados por don Leoncio, es algo de lo que sentirse orgulloso. Yo me siento orgulloso. Y lo cortes no quita lo valiente pues como he dicho nunca encajé en los Salesianos.
Estuve luego unos años fuera de La Orotava y un día me lo encontré, ya estaba él jubilado, lo saludé y estuvimos hablando. Luego me sorprendía verlo en el Smart que conducía pues me chocaba un coche tan pequeño para un hombre corpulento como él. Si la memora no me falla lo recuerdo en un Escarabajo color beige. Pero no estoy seguro de este dato. Hace bastante que ya no coincidíamos por las calles villeras. Pero siempre que nos cruzábamos no faltaba el saludo de rigor.
Grandes e irreparables perdidas ha tenido este año el colegio Salesiano de La Orotava. Don Antonio Jiménez, otro sacerdote que estuvo hace algunos años en el colegio, no recuerdo su nombre pues fue muy posterior a mi época, y ahora don Leoncio. Haciendo memoria ya son cinco los profesores fallecidos que a mí me dieron clase. Don Jesús Atienza, don Paco, don Evaristo, don Antonio Jiménez y el referido don Leoncio González.
Para finalizar quiero expresar mi pésame a la familia de don Leoncio. A su esposa doña Fátima y a sus hijos María Goretti, Beatriz y Diego. Con estos dos últimos ayer sábado pude ponerme en contacto a través de Facebook. Quiero agradecer especialmente a su hija Beatriz la amabilidad y deferencia que tuvo de facilitarme la foto siendo para ella un desconocido pues no recuerdo de haberla tratado en persona. Por decirlo de alguna manera invadí su Facebook. Pero le comuniqué mi intención de escribir algo sobre su padre y no me puso objeción a ello.
Gracias Beatriz por tu enorme cortesía pues te agradezco enormemente que este escrito lleve la foto de tu padre.
Triste está perdida y triste mi corazón por ella.
Allá donde esté don Leoncio, que seguro que es un mundo mejor que este, muchas gracias por todo. Muchas gracias por formarnos, no solo a mí, sino a varias generaciones, como alumnos y a la vez como personas. Y más en aquellos años de pre adolescencia y adolescencia que son fundamentales encontrar personas adecuadas en esos momentos de la vida que a veces son tan sensibles.
Descanse en Paz don Leoncio González. Gran educador y excelente persona.


© 2017 Francisco García.
Texto sujeto a derechos de propiedad intelectual bajo licencia de Copyright.
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la Ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de este texto por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático o cualquier otra forma de cesión del texto sin la autorización previa y por escrito del titular del Copyright.
Todos los derechos reservados a favor de © Francisco García.
Primera edición del texto: Noviembre de 2017.

https://twitter.com/100x100Villeros
https://plus.google.com/u/0/101164729732568889162
Correo:100x100villerosdelaorotava@gmail.com
#Somos100x100VillerosdeLaOrotava
#SomosOrotava
#OrgullososdeserLaOrotava
#LaOrotavaesmásqueunSentimiento




Foto propiedad de Beatriz González Ayubes.

Don Leoncio González.