Sinceramente no sé no cómo atinar a escribir esto. Me acabo de enterar del repentino fallecimiento de Domingo Damián Ojeda en el día de ayer, 8 de Junio, a los 61 años. Todo un referente en La Orotava y Canarias en la producción de documentales y cortometrajes, tanto en su faceta de guionista como director. Un cineasta de pura cepa.
Trabajos todos de una grandísima calidad fílmica y que con el paso del tiempo se han ido manteniendo y revalorizándose por el mensaje dado.
Pero Domingo también hizo sus
pinitos en el mundo de la literatura. Tengo con él una bonita anécdota de que
compré hace ya muchos años su libro “Relatos de una Villa embrujada”. Lo leí y
quedó en mi biblioteca. Cuando este blog decidió reseñar libros sobre La
Orotava no podía faltar el suyo. Y le di una tremenda alegría, porque después de
tantos años él pensaba que ya nadie se acordaba de este pequeño, pero grandísimo
libro. La reseña pueden leerla pinchando aquí.
Me escribió dándome las gracias por ello y por rescatarlo después de tantos años publicado. Luego coincidimos un día en La Orotava y personalmente me volvió de reiterar su agradecimiento. Son esas bonitas anécdotas que a veces pasan.
Se nos ha ido joven. Muchísimo antes de tiempo. La Villa vuelve a ser golpeada con la pérdida de esos hijos de un intelecto prominente. De esas pérdidas en lo cultural que son irreparables.
Nos quedará siempre su mensaje humano y sus trabajos. Pero la pérdida física, y por tanto esa fuente que emana cultura ya se a cerrado por ley de vida. Porque él a todas sus inquietudes culturales le ponía mucho sentimiento y amor. Como expresó en Relatos de una Villa embrujada: “…forjado en las extrañas de mi clamorosa fragua…”.
Sentimos este fallecimiento, pero vivirá siempre en su prolífica obra.
Mi más sentido pésame para sus familiares y amigos.
Domingo Damián Ojeda, descansa en Paz y que la tierra te sea leve.