Como bien sabrán este año no hay Carnaval. Repito: ESTE AÑO NO HAY CARNAVAL. Por mucho que la gente, empezando por las administraciones públicas, así lo manifiesten. Yo no soy persona carnavalera, pero considero que esta fiesta es calle, alegría, jolgorio, colorido… y eso al cibermundo no se puede extrapolar. Así lo creo y así lo manifiesto. Luego vendrá ciber Semana Santa, ciber Alfombras, ciber Corpus… mientras haya dinerito… Y si es público mejor.
Yo no entiendo nada de carnavales. Ese es un mundo muy abstracto donde no comprendo las cosas ni me llama la atención. Pero ahora está de moda la palabra “reinventarse” y yo me dije este año no puedo hacer fotos, pero sí fotos de otros años. Unas han sido publicadas y otras seguirán durmiendo el sueño de los justos. El año pasado previo a los días de Carnaval publiqué diez imágenes de mis archivos. Por lo que en este 2021 publico nuevas imágenes, u otras ya publicadas, junto a otras de archivos externos a los míos, pero de manera más concreta. Gente carnavalera que conozco y a la cual les voy a dedicar un escrito. Todo ello unido a los recuerdos del Carnaval del año 2020. Escritos y recuerdos que irán saliendo a partir de hoy hasta el 17 de febrero que es Miércoles de Ceniza y quema de Crispín.
Ya que este año la fiesta está en la ciber calle pues que no se diga de este blog.
Pero no voy a empezar con una imagen actual. Ni siquiera una imagen de mis archivos personales. Empiezo con esta imagen de año 1914 realizada por el fotógrafo Benavent. Tal vez realizada un 22 de febrero, pues en dicho día se celebraba ese año el domingo de Carnaval. Y comienzo con dicha foto para evocar esas voces del pasado. Indudablemente es una imagen con mucha fuerza visual. Está realizada en la plaza del Ayuntamiento. Obviamente no queda nadie vivo en esa imagen. Es más, rizando el rizo solamente hay una habitante de La Orotava que ya era nacida en aquel momento como es la vecina del barrio de San Antonio doña Agustina Ramos que era una niña de pocos meses. A mí me es imposible identificar a nadie de la foto. Tal vez los conociera de adultos y ancianos. Esta imagen fue divulgada el año pasado por las redes sociales y como digo me trasmite mucha fuerza. Porque observamos prácticamente el mismo entorno urbanístico, pero en diferentes espacios en el tiempo. Diferentes épocas, diferentes villeros/as pero el nexo común de la tradición carnavalera.
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| Grupo de niños en el Carnaval de La Orotava del año 1914. Imagen tal vez fechada un ¿22 de febrero? Fotografía realizada por Foto Benavent. |
En la imagen distinguimos una especie de simbiosis entre Carnaval y folclore. Reparamos en niños/as vestidos de magos/as y luego otros vestidos de corsarios, arlequines, etc. Por lo cual me hace pensar si el disfraz iba asociado al estatus social o que en aquellos momentos, aunque lo dudo, existiera algún acto festivo que mezclaba carnavales con folclore. Detrás de esa masa infantil contemplamos a las mujeres ataviadas al estilo de antaño y como no, de traje y sombrero a todo caballero que se preciara. Indudablemente era una época que todo lo marcaba la rectitud moral y el saber estar. No era ese libertinaje de hoy en día que a veces marca esta festividad, y no precisamente para bien, en muchos puntos del planeta. Era algo bonito, pero ordenado. Afortunadamente La Orotava aún mantiene en su Carnaval esa esencia de fiesta de pueblo. Pero como se ha dicho a colación de otras festividades: decrecer es la solución. Y el carnaval villero, desde mi punto de vista, ya está creciendo un poco más de lo que debería de ser. Repito, opinión personal.
Me parece una bonita imagen para iniciar esta serie de escritos y un recordatorio para las generaciones pasadas. Si no fuera por ellos/as hoy ni estaríamos aquí y a saber qué pueblo sería éste.
Saludos a todos/as a través de las movedizas arenas del tiempo en el reloj de Cronos.
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Imagen: Foto Benavent y propietarios de la misma.